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Terapia Celular Regenerativa. De ficción a realidad

Para beneplácito de la salud del hombre, la terapia celular regenerativa es hoy ciencia constituida, aunque todavía falte mucho camino por desandar.

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Este artículo es de hace 16 años

Nacido hace setenta años en el poblado habanero de La Salud, el doctor Porfirio Hernández Ramírez jamás pretendió ser un hombre de ciencia cuando obtuvo el título de médico en 1964. Prefería el trato directo con el paciente y optó por hacer la especialidad de Medicina interna. Al terminar esos estudios, el recién creado Instituto de Hematología necesitó un clínico y fue Porfirio quien ocupó la plaza. Apenas sin darse cuenta el "bichito" de la Investigación lo atrapó con el tiempo, y siempre que pudo entró al laboratorio para indagar en los secretos del fascinante mundo de la sangre y sus enfermedades. Tales inquietudes serían incentivadas después por los primeros trasplantes de médula ósea, primero en ratones, y luego en humanos. Subdirector de Investigaciones del Instituto de Hematología e Inmunología y especialista de segundo grado en hematología, el doctor Hernández Ramírez es el autor principal del trabajo Introducción en Cuba del autotrasplante de células madre hematopoyéticas adultas en pacientes con arteriosclerosis obliterante de los miembros inferiores, que acaba de merecer Premio Especial del CITMA al resultado de mayor relevancia científica en el 2007. LUZ DE ESPERANZA Las células madre se definen como aquellas capaces de experimentar divisiones ilimitadas y dar origen a los distintos tipos de células que existen en el organismo. Tienen la capacidad de regenerar tejidos dañados por diferentes enfermedades, traumas, o envejecimiento, y estimular el surgimiento de nuevos vasos sanguíneos. Las muestras de sangre son analizadas en el laboratorio de Inmunología como parte del proceso de obtención de células madre. En la gráfica aparece el doctor Porfirio Hernández (a la derecha), junto a la doctora Vianet Marsan, y el licenciado Lázaro Orlando del Valle. Si bien en el mundo han sido utilizadas sobre todo en la reparación del músculo cardíaco en personas aquejadas de infarto y cardiopatía isquémica, y en la terapia de oclusiones del flujo sanguíneo, hoy sus perspectivas son promisorias para tratar enfermedades degenerativas del sistema nervioso, diabetes, problemas ortopédicos, de urología y en la recuperación de órganos vitales con fallos funcionales. Investigaciones recientes demuestran su existencia en diferentes puntos del cuerpo, como es la médula ósea, la sangre del cordón umbilical, tejido conjuntivo, córnea, médula espinal, hígado, pulmón, piel y páncreas, entre otros. A partir de la experiencia internacional acumulada en tan apasionante tema durante las dos décadas finales del siglo XX, en el año 2002 nuestro país comienza a desandar en la terapia celular, pilar básico de la llamada medicina regenerativa, por aquel entonces más ficción que realidad. El primer paso, precisa el doctor Porfirio, fue la creación de un grupo de trabajo formado por especialistas del Instituto de Hematología, el Hospital Nacional Enrique Cabrera, el Cardiocentro William Soler, y el CIMEQ, para emplear tan revolucionario proceder en personas aquejadas de isquemias severas de los miembros inferiores, que al no responder a los tratamientos convencionales, estaban próximos a sufrir de manera inmediata algún tipo de amputación mayor ( cortar el pie completo hasta la mitad de la pierna, o por encima de la rodilla). Nosotros, destacó, usamos las células madre adultas obtenidas de la médula ósea o de la sangre periférica de la propia persona, pues más allá de no presentar los problemas de bioética y posibilidades de rechazo que tiene el trabajar con células madre embrionarias de organismos vivos, la ciencia demostró que las primeras son capaces de adquirir características muy similares a estas últimas y formar células de diferentes tipos de tejidos. Ya en marzo del 2004 se hicieron las primeras aplicaciones, las cuales incluyeron posteriormente algunos casos críticos de lesiones del pie diabético y determinadas patologías vinculadas también a la angiología. La muestra inicial comprendió un total de 30 pacientes con isquemia severa de miembros inferiores. Con el uso de los implantes de células madre evitamos la amputación mayor en el 67% de los enfermos que la tenían indicada como último recurso, indicó el doctor Hernández. Según precisó el también miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba, posteriormente incorporamos otros pacientes en estados menos críticos, es decir con dolores intensos en los miembros inferiores, pero sin indicios de cangrena, ni úlceras isquémicas. En ellos el dolor desapareció en un periodo de cuatro semanas. Las células madre adultas son introducidas directamente en los sitios donde aparece la lesión a través de múltiples inyecciones aplicadas de una vez en los gemelos y el músculo tibial. De ser necesario también pueden aplicarse en el dorso del pie o el muslo, según el tipo de daño existente. Quizás uno de los aportes más notables de este proyecto es el haber logrado diseñar un método sencillo y mucho más económico para obtener las células madre, que no requiere utilizar las costosas máquinas separadoras. Para ello se inyecta en el paciente una sustancia estimuladora que hace salir las células madre de la médula ósea hacia la sangre periférica. A las pocos días estas pueden sacarse mediante una extracción de sangre de volumen variable, directamente de una vena del brazo. Lo anterior permitió extender la aplicación de la terapia celular regenerativa a las provincias de Pinar del Río, Villa Clara y Cienfuegos, donde los resultados son promisorios. En la actualidad se dan los primeros pasos para su introducción en Matanzas. Es oportuno destacar que la citada sustancia estimuladora es un fruto del desarrollo de la biotecnología cubana. De no producirse en el país habría que comprarla a precios muy elevados en el mercado internacional, y eso limitaría de manera significativa las posibilidades de generalización del procedimiento, indicó el doctor Hernández. Para beneplácito de la salud del hombre, la terapia celular regenerativa es hoy ciencia constituida, aunque todavía falte mucho camino por desandar. Fuente: Granma

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