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20/04/2008 - 9:11am (GMT-4)
Charles Aznavour, gigante de 1,65 que encarna en el mundo a la
canción francesa, inició el jueves en Sao Paulo una gira de despedida
de América Latina, aunque, a sus 83 años bien cumplidos, él afirma que
"nunca pronunció la palabra adiós".
Su gira, parte
latinoamericana de un recorrido mundial que empezó en 2006 en Estados
Unidos y prosiguió en 2007 en Asia y Europa, lo llevará después de
Brasil a Uruguay, Argentina y Chile: en total 10 conciertos hasta el 9
de mayo próximo.
Compositor, cantante y actor, con una carrera de
medio siglo de éxitos tras él, Aznavour agregó el año pasado a su
recorrido la condición de escritor, al publicar su primer libro de
cuentos, titulado 'Mon père, ce géant' ('Mi padre, ese gigante').
Y
sin embargo, antes de alcanzar el éxito, debió luchar para imponer su
físico y su voz atípica, que le valió en sus debuts el apodo poco
elogioso de 'Aznovoice' (juego de palabras que significa "no tiene
voz").
Charles Aznavour (cuyo verdadero apellido es Aznavourian)
nació en París el 22 de mayo de 1924, hijo de una pareja de inmigrantes
armenios, y siempre ha guardado un fuerte vínculo con el país de sus
padres.
Al principio, su objetivo era convertirse en actor, pero
se lanzó a la canción en dúo con Pierre Roche en los albores de los
años 40. En 1946 se relacionó con dos grandes figuras de la canción
francesa, Charles Trenet y Edith Piaf, a la que acompañaba al piano.
Escribió canciones exitosas cantadas por Piaf o por Juliette Gréco,
pero no tuvo entonces ningún éxito como intérprete.
Las cosas
cambiaron a mediados de los años 50 con el éxito 'Sur ma vie' ('Sobre
mi vida', 1954) y actuaciones en el Olympia y el Alhambra de París. En
el cine, rodó a las órdenes de Truffaut 'Tirez sur le pianiste'
('Disparen contra el pianista') en 1960, el mismo año de 'Je m'voyais
déjà' ('Yo me veía ya'), uno de sus más famosas canciones.
En
1963, Aznavour triunfó en el Carnegie Hall de Nueva York y pasó a ser
una estrella mundial de la canción francesa. Dos años más tarde, montó
en el teatro musical parisino Châtelet la opereta 'Monsieur Carnaval',
con 'La bohemia'.
En los años 70, abordó en sus canciones temas
de sociedad: 'Mourir d'aimer' ('Morir de amor'), basado en la película
epónima inspirada en el caso real de Gabrielle Russier (profesora que
se suició tras el escándalo provocado por su relación amorosa con un
alumno) o 'Comme ils disent' ('Como ellos dicen'), sobre la
homosexualidad. Sus canciones eran reinterpretadas por los grandes: Ray
Charles cantó 'La Mamma', Fred Astaire 'Les plaisirs démodés' ('Los
placeres pasados de moda') y Bing Crosby 'Hier encore' ('Ayer todavía').
Paralelamente
prosiguió su carrera en el cine, trabajando en 'El tambor', de Volker
Schlöndorff (1979), o en 'Los fantasmas del sombrerero', de Claude
Chabrol (1982).
Incansablemente, siguió creando canciones, dando
conciertos, realizando giras. En 1988, acudió en ayuda de Armenia,
arrasada por un terremoto, fundó el comité Aznavour para Armenia y
escribió la letra de la canción 'Para tí Armenia'.
En 1991,
compartió el escenario del Palacio de Congresos de París con Liza
Minnelli. En 1995, compro el sello discográfico Raoul Breton (Piaf,
Trenet).
Su último disco 'Colore ma vie' ('Colorea mi vida'),
grabado en parte en Cuba, fue publicado el año pasado, y en él aborda
también temas de actualidad, la realidad social de los suburbios o la
ecología.
Su estatura de artista universal no le impide seguir
teniendo los pies sobre la tierra ni considerando su propia fama con
sentido del humor. En declaraciones hechas a la AFP en el marco de la
parte europea de su gira, al preguntársele cómo se siente uno cuando es
considerado un monumento de la cultura francesa, Aznavour respondió:
"Ser un monumento siempre causa placer, pero a condición que las
palomas no vuelen alrededor".
La gira latinoamericana de Aznavour
comprende actuaciones en Brasil (Sao Paulo, Brasilia, Río, Recife,
Curitiba y Porto Alegre), Uruguay (Punta del Este), Argentina (Buenos
Aires y Córdoba) y Chile (Santiago y Concepción).