
El Papa Benedicto XVI pidió hoy que la Iglesia católica en Cuba, ‘conforme a sus legítimas aspiraciones’, pueda tener un ‘normal acceso’ a los medios de comunicación en el país caribeño. En una audiencia con un grupo de obispos en la Palacio Apostólico del Vaticano, el pontífice pidió ‘justas medidas’ para que la Iglesia católica pueda contar con templos y lugares de culto necesarios para cumplir con su misión ‘estrictamente’ pastoral. En un largo discurso que pronunció en español, Benedicto XVI dijo a los prelados, encabezados por el presidente de la conferencia episcopal y arzobispo de Camaguey, Juan García Rodríguez, los temas que más le interesan de la situación cubana. Aunque no fue directo en sus afirmaciones políticas, dejó en claro sus expectativas en su mensaje dirigido no sólo a quienes lo escuchaban ahí, sino también al gobierno que en las últimas semanas ha hechó los mayores cambios políticos en los últimos 50 años. Reconoció la ‘vitalidad’ de los católicos en la isla, su ‘unidad y entrega a pesar de las muchas dificultades y limitaciones’, además de animar a sus miembros a desplegar un ‘audaz y generoso’ esfuerzo de evangelización en todos los ámbitos y lugares. ‘En este momento de la historia la Iglesia está llamada a ofrecer a toda la sociedad cubana la única esperanza verdadera; Cristo nuestro señor, vencedor de la muerte y el pecado’, estableció. ‘Se cuánto preocupa -agregó- la situación familiar, amenazada en su estabilidad por el divorcio y sus consecuencias, la práctica del aborto o las dificultades económicas así como por las separaciones familiares a causa de la emigración’, ponderó. Solicitó por ello redoblar esfuerzos para que todos comprendan los ‘auténticos valores’ del matrimonio, además exigió alentar con ‘medios petinentes’ el ‘derecho fundamental’ de las familias a la educación religiosa y moral de los propios hijos. El obispo de Roma auguró que la próxima beatificación de José Olallo Valdés, la primera de la historia en suelo cubano, ofrezca ‘un nuevo impulso’ a los cristianos y sea, ‘en todo momento, fermento de reconciliación, de justicia y de paz’. Fuente: Milenio.com
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