
El destacado torcedor cubano José Castelar Cairo (Cueto), recordista Guinness en tres ocasiones, comenzó en la mañana del sábado último a confeccionar un nuevo tabaco gigante para romper su propia marca mundial lograda hace tres años con un habano de 20,41 metros de longitud, certificado por la Casa londinense como el mayor del planeta. Esta vez, Cueto prepara su Habano Universal en el Pabellón No. 3, de la antigua fortaleza de San Carlos de La Cabaña, sede de la Feria Internacional del Turismo, evento al que este afamado tabaquero dedica su nueva hazaña. El se propone preparar durante sábado, domingo, lunes y martes la “tripa” de dicho puro, tal y como lo hace usualmente en su mesa de trabajo de la Tienda La Triada, de la Compañía Caracol, especializada en la venta de las reconocidas marcas de Habanos, donde Cueto muestra su habilidad como buen torcedor a los clientes de ese establecimiento. Su tarea más compleja, “pasar la capa al tabaco gigante”, la acometerá durante miércoles, jueves y viernes ante expositores y visitantes de FIT Habana´2008, quienes tendrán libre acceso al Pabellón de Caracol para admirar la labor de este torcedor que ya ganó el Guinness con tabacos de 11,04 m., 14,80 m. y 20,41 metros de longitud. Ahora cuenta con el coauspicio del Ministerio del Turismo, la compañía Caracol, el Semanario Opciones y la Embajada Británica en La Habana. ESTIMULOS DE LOS GUINNESS Un diploma e inscribir su nombre en un libro cuya tirada asciende a 100 millones de ejemplares que circulan en 37 idiomas por todas las naciones del planeta, constituyen los estímulos que reciben quienes obtienen el aval para inscribir su hazaña personal en el Guinness World Records. Tales tentativas son verificadas in situ por representantes oficiales de esa prestigiosa Casa londinense, que confeccionarán un expediente con los datos generales, en este caso de Cueto, al que añadirán fotos, vídeos y detalles particulares de su nueva acción, que testimonian en conjunto la hazaña. Ese file será enviado a la capital británica por los observadores o jueces nombrados, y una vez allí una junta avalará o no las hazañas. El libro Guinness que a fines de agosto venidero cumplirá 53 años de haberse publicado por vez primera, no avala actualmente iniciativas que puedan resultar catastróficas para los atrevidos, como es el caso de las glotonerías de consumir comidas o líquidos en menos tiempo. Fuente: Opciones
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