Dos cubanos que
han inscrito sus nombres en la historia del ballet del siglo XX, el maestro
Fernando Alonso y el primer bailarín Carlos Acosta, obtuvieron este martes el
Premio Benois 2008, uno de los más significativos galardones internacionales del
mundo de la danza.
La bailarina
española Tamara Rojo, la italiana Silvia Azzoni, el bailarín brasileño Marcelo
Gomes y el coreógrafo Jean-Christophe Maillot también fueron premiados en una
ceremonia celebrada en el famoso teatro Bolshoi de Moscú.
El jurado de
la XVI edición de
los premios lo integraron prestigiosas figuras del arte coreográfico
internacional, encabezados por el importante coreógrafo ruso Yuri Grigorovich.
Entre sus miembros destacaron la bailarina y maestra cubana Loipa Araújo, el
célebre bailarín argentino Julio Bocca (que fuera el primer acreedor de la
distinción en 1992) y la primera bailarina italiana Alessandra Ferri.
Fernando Alonso
(1914), uno de los fundadores del Ballet Nacional de Cuba y de la escuela cubana
de ballet recibió el galardón honorífico por la obra de toda la vida. Está
considerado uno de los grandes pedagogos del ballet, ha sido maestro de más de
una gran estrella internacional, entre las que descuella quien fuera su
compañera y también fundadora de la principal compañía cubana: Alicia
Alonso.
Es fundamental su
aporte en la configuración de una manera singular de asumir la danza clásica: la
escuela cubana de ballet, reconocida internacionalmente. En su larga carrera
artística ha dirigido el Ballet Nacional de Cuba, el Ballet de Camagüey y
la Escuela
Nacional de Ballet. En el año 2000 fue galardonado con el
Premio Nacional de Danza de Cuba, reconocimiento que solo habían obtenido antes
Alicia Alonso y Ramiro Guerra. También ostenta el Premio Nacional de Enseñanza
Artística.
El otro cubano
galardonado con el Benois, Carlos Acosta, es una de las grandes estrellas
internacionales del ballet. Primer bailarín del Royal Ballet de Londres,
invitado habitual del Ballet Nacional de Cuba, el American Ballet Theater, el
Ballet de la Ópera de París y el Ballet del Boshoi, ha deslumbrado a la crítica
y al público por su extraordinario poderío técnico y su singular proyección
escénica.
Era el favorito
para imponerse en su categoría en esta edición de los premios por su
interpretación del papel principal en el Espartaco (Khachaturian/Grigorovich)
del teatro Bolshoi, considerada el gran acontecimiento de la temporada anual del
célebre teatro ruso.
El Premio Benois,
que algunos medios de prensa califican como el Oscar de la danza, fue creado en
1991 en Moscú por la Asociación Internacional de Coreógrafos. El
premio, una estatua de bronce, lleva el nombre del director escénico Alexandre
Benois y reconoce cada año los eventos de ballet más sobresalientes, incluyendo
trabajos coreográficos e interpretativos.
La prima ballerina
assoluta Alicia Alonso, principal figura del ballet en Iberoamérica, lo recibió
en el año 2000.
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