
Para los padres resulta difícil superar la muerte de sus hijos cuando éstos se ven involucrados en accidentes de tránsito, cuarta causa de muerte en la población joven. Más doloroso es cuando los jóvenes se suicidan; el fenómeno ya alcanzó a la población infantil. En las zonas urbanas de nuestro país se registra el mayor número de suicidios e intentos de suicidio. Las estadísticas indican que siete de cada 10 ocurren en estas regiones. En los últimos años el fenómeno social ha crecido en promedio 4 por ciento. No obstante, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) asegura que en algunas entidades federativas, las tasas de suicidio infantil se ha triplicado durante los últimos años. Incluso advierte que frecuentemente el suicidio de niños está relacionado con historias de maltrato. A lo largo de los años el suicidio ha sido mal visto. A las familias de las víctimas no les permitían enterrar los cuerpos en los cementerios. La OMS y OPS indica que en Latinoamérica y El Caribe hasta 33% de las personas presentan algún problema de salud mental. En una encuesta de adolescentes escolarizados de nueve países de El Caribe se evidenció que 12% de los encuestados había intentado suicidarse y 50% había tenido síntomas de depresión. Canadá, Cuba, El Salvador, Trinidad y Tobago, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela tienen tasas de suicidio en varones de 15 a 24 años de edad que superan los 10 por cada 100,000 habitantes. El fenómeno social ha crecido notoriamente, lo preocupante es que toca a menores de edad. Como respuesta a la problemática, se han hecho investigaciones profundas sobre las causas del suicidio. Hasta el momento no existen conclusiones definitivas. Algunos expertos en la materia, como los adscritos a la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, aseguran que en México han aumentado de manera preocupante los suicidios en niños y adolescentes. La catedrática Aída Valero Chávez indica que los problemas sentimentales, económicos; depresión, esquizofrenia y trastorno bipolar, están consideradas como las principales causas para atentar contra la vida. Según el INEGI, en el año 2003 ocurrieron 3,327 suicidios. En promedio, ocurrieron 104 suicidios en cada estado de la República. Estos casos fueron los que se concretaron; por lo que toca a intentos de suicidio, el INEGI reporta 222. Jalisco es la entidad con mayor número de suicidios, pues ahí se concentra 9.3%; en Veracruz 8.5; Distrito Federal 6.6; Chihuahua 5.4; Guanajuato, Nuevo León y Sonora 5; Yucatán 4.9, y Tabasco 4.5 por ciento. En el caso de Quintana Roo, el fenómeno crece, pues existe una relación entre migración y suicidio. Hombres, los más propensos Mujeres y hombres llegan a tener ideas suicidas, pero son estos últimos quienes concretan el acto. Pueden atentar contra su vida desde la infancia, sin embargo, el riesgo aumenta desde que inician la adolescencia. Para investigadores de la UNAM, el aumento de suicidios en hombres desde la infancia y de mujeres resulta preocupante, por lo que se necesitan políticas educativas y de salud para disminuir el fenómeno. Se ha logrado identificar que más de 40% de hombres y mujeres que intentaron quitarse la vida, en algún momento reportaron problemas familiares, (esta es la primera causa de suicidio). En segundo lugar están los problemas amorosos y los conflictos entre amigos. Reportes del INEGI indican que de cada 10 suicidas, seis desempeñaban ocupaciones remuneradas. El medio más utilizado fue la estrangulación; mediante ella se perpetraron siete de cada 10 actos. El uso de arma de fuego en vivienda ocupó el segundo lugar, al ser utilizado en 28 de las entidades federativas para llevar a cabo la acción auto destructiva; la excepción se dio en Chiapas, Tabasco, Veracruz y Yucatán, donde el ingerir veneno ocupó el segundo lugar en importancia. Un suicidio cada 40 segundos Dado los altos índices de suicidios y escasa información sobre las causas, en varias partes del mundo se han creado redes de suicidólogos, son psicólogos, psiquiatras o terapeutas. Algunos miembros de estas redes (las cuales se pueden contactar a través del Internet) aseguran que cada segundo en algún país del mundo un ser humano trata de suicidarse, y cada 40 segundos alguien cumple su propósito. Según las experiencias compartidas, en la mayoría de los países europeos el número de suicidios es mayor que el número de muertes por accidentes de tránsito. Las tasas más altas de suicidios se registran en el Báltico, Rusia y Finlandia. Con la evolución de la tecnología, los expertos aseguran que ésta puede ser utilizada en actos suicidas. Por ejemplo, Internet podría contribuir a prevenir esta causa de muerte; sin embargo, se comprobado que es empleada hasta para realizar pactos suicidas. Aislamiento e Internet, mala combinación Los excesos en la formación de niños y adolescentes pueden ser dañinos, al grado de convertirlos en candidatos suicidas; el problema aumenta si existen antecedentes familiares depresivos. La constante exposición a la violencia familiar y externa, así como la dependencia, son factores importantes. Una de las principales características de quienes atentan contra su vida es el aislamiento, esta conducta aumenta con la exposición al Internet. Según la Organización Mundial de la Salud, los jóvenes depresivos tienden a alejarse, uno de cada cinco lo hace a través de la “red”. El cyber espacio también es utilizado para buscar maneras de terminar con su vida. En la niñez y adolescencia los lugares preferidos para cometer el atentado es el hogar, la vía pública y escuela. En el caso de los hombres optan por el ahorcamiento; las mujeres el envenenamiento, según los reportes del INEGI. El suicidio genera muchos cuestionamientos, pues cuando se trata de adultos, los familiares se preguntan cómo es posible que se quitara la vida teniendo familia, esposo o hijos; incluso estos cuestionamiento surgen cuando se trata de una persona con padecimiento de cáncer en etapa terminal, aunque sean los más propensos a suicidarse debido al estado de depresión en el que se encuentran. La incertidumbre aumenta cuando se trata de un adolescente o niño. En los hospitales del IMSS quienes más recurren a tratamiento son los adultos; sin embargo, cuando los especialistas hacen las valoraciones correspondientes detectan que los primeros intentos de suicidio se registraron en la niñez o adolescencia. Aunque el suicidio es un problema alarmante (no se cura sólo se controla) 60% de los pacientes que se someten a tratamiento no lo terminan. Cómo ven el problema los especialistas Para el presidente de la Asociación en Salud Mental del IMSS, Alejandro Córdova, durante la infancia, la violencia en el entorno del menor (calle o escuela) es un factor importante para crear individuos con tendencias suicidas, más si se repite en el hogar. El otro extremo es que los padres formen niños y jóvenes dependientes, pues en ellos los conflictos interpersonales o amorosos crean frustraciones que los llevarán a atentar contra su vida. “Los pre-adolescentes dependientes reaccionan con excesos por frustraciones y esto se debe prever cuando un niño es explosivo o intolerante”. El especialista en psiquiatría indica que el televisor y los videojuegos tienen un papel importante en la formación del trastorno, pues las series, caricaturas y telenovelas establecen como valor la violencia y ésta será empleada no sólo contra segundas personas, sino contra sí mismo. Internet y genética, binomio detonante Según estudios de expertos en psiquiatría, los antecedentes familiares representan un riesgo para las generaciones. En opinión de Alejandro Córdova, quien además es médico especialista en el hospital psiquiátrico Héctor Tovar, si en la familia existen antecedentes de personas depresivas o con ansiedad, el riesgo el mayúsculo. “Lo que se transmite no es la enfermedad, sino el riesgo. Si algún miembro de primer orden ha tenido algún tipo de trastorno afectivo o bipolar, los niños están en riesgo”. Cabe mencionar que en la sociedad aumentan los índices de depresión y estrés, según el especialista, diversos estudios han demostrado que a mayor estrés también aumentan los niveles de ansiedad y esto puede orillar al individuo a atentar contra su vida. Y es que en los adolescentes, de los casos de suicidio estudiados, se detectó que 75% de ellos estaban asociados con trastornos de ansiedad. Un factor en el que estudiosos han puesto especial atención es el uso de Internet, pues se han encontrado evidencias de que ha sido empleada en la propagación de conductas suicidas entre los jóvenes. Algunos análisis hechos en la Facultad de Medicina indican que la “red” se ha convertido en una herramienta para incitar a los jóvenes a cometer suicidio. Esto es más preocupante cuando los menores están expuestos a desintegración familiar, uso de drogas y alcohol. Con la “red”, los jóvenes se marginan de la comunidad. Prefieren pasar sus días lejos del resto del mundo. Hay casos en los que abandonan escuelas o trabajos para encerrarse a ver televisión o dedicar el tiempo a navegar la red. El proceso suicida sigue cuatro etapas: ideación suicida, amenazas, intentos y suicidio consumado. Aquí el Internet ha coadyuvado a fomentar cada una de estas etapas, en especial la ideación suicida, puesto que han proliferado portales en la red que son aptos para aspirantes a suicidas, en los que se intercambia información sobre lugares y técnicas para morir en grupo. Otros portales incluso explican paso a paso cómo cometer un suicidio, desde métodos hasta dosis exactas para hacer que ciertos medicamentos resulten fatales. Muchos de los jóvenes que visitan estos sitios lo hacen con curiosidad más que con la idea de realizar un acto suicida; sin embargo, cuando se mezclan con las condiciones psicológicas, familiares y emocionales previamente descritas, se vuelven vulnerables. El especialista del IMSS Alejandro Córdova dijo que la familia debe hacer una autovaloración y saber si los padres son intolerantes o son buenos para establecer vínculos con los hijos. Deben ser cariñosos, pero sin excesos. Esto con la finalidad de promover acercamiento y ayudarlos a madurar. “Los padres tienen que reconocer los logros de los hijos, pues en ocasiones el niño tiene la sensación de que las cosas que hacen no tienen valor para su entorno y por lo tanto la vida no es valiosa”. Los cambios en los menores Algunas características en los menores con riesgo a desarrollar trastornos que han sido detectadas por psiquiatras son: cambio en la apariencia, por ejemplo utilización de colores oscuros no para seguir una moda; descuidan el aseo personal. Recientemente, el académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Andrés Alcántara Camacho, dio a conocer un estudio en donde muestra que 40% de los jóvenes pertenecientes a la tribu emos son suicidas en potencia, pues presentan un perfil psicológico depresivo. Aunque no se tiene un estudio estadístico sobre cuántos emos se suicidan, pues este fenómeno tiene pocos años de aparición, se sabe que buscan la muerte por ello se hacen vulnerables a enfermedades. Incluso optan por cortarse en la cara y brazos, para después cubrirlas con el cabello y adornos. Lo recomendable es recurrir con un especialista en psicología o psiquiatría, quienes valorarán al menor e identificarán el riesgo suicida, incluso determinarán si el paciente deberá ser internado o puede seguir un tratamiento externo. Regularmente se suministran medicamentos antidepresivos hasta por dos años. Fuente: El Economista.com.mx
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