Los vecinos de Oleiros pasean a sus hijos por el parque José Martí, pagan sus impuestos junto a la plaza Rigoberta Menchú, conducen por la avenida Salvador Allende y llegan a las playas del municipio por la avenida Ernesto Che Guevara. Este pueblo costero y limítrofe con la ciudad de A Coruña ha cumplido la ley de la Memoria Histórica con décadas de antelación, aunque muchos de sus habitantes creen que su alcalde se ha pasado por la izquierda. El regidor, Ángel García Seoane, es un personaje tan controvertido como su último gran proyecto; invertir 180.000 euros de las arcas municipales en erigir un busto de Ernesto Che Guevara de casi diez metros de alto y setenta toneladas de peso en medio de una rotonda por la que transitan a diario no sólo buena parte de sus paisanos, sino la mayoría de los turistas que cada verano triplican el censo del municipio, de cerca de 32.000 habitantes. La efigie fue instalada hace casi un mes y se ha convertido en el símbolo de la discordia del municipio. Diez días después de su inauguración amaneció con manchas de pintura roja y amarilla que el Gobierno local se encargó de limpiar en tiempo récord, gracias al tratamiento antipintadas con el que cuenta la estatua. El ataque fue perpetrado de madrugada y pese a que desde el mismo día en que se colocó, el conjunto escultórico está custodiado por una cámara de videovigilancia instalada sin permiso de la Delegación del Gobierno que hace apenas unos días amaneció discretamente desconectada. Las dimensiones se la escultura, su presupuesto y el oscurantismo con el que se gestó el proyecto han generado un movimiento ciudadano contra los excesos del alcalde, el independiente fundador de un partido, Alternativa dos Veciños, al que la oposición acusa de haber convertido en un instrumento de control social y político aprendido de la Cuba de Castro. Ángel García Seoane no oculta su admiración por Fidel ni sus intereses en la isla, a la que viaja al menos una vez al año desde hace décadas. El partido del alcalde, Alternativa dos Veciños, ha ganado todas las elecciones municipales desde 1979, aunque desde los comicios del año pasado gobierna en minoría con sólo un millar de votos más que el PP, una formación que en cada cita electoral ve incrementados sus apoyos, aunque nunca hasta ahora de un modo suficiente como para dar el salto a la Alcaldía. El partido que dirige en Oleiros Pablo Cobián ha sido el que ha criticado con mayor firmeza la instalación del busto dedicado al guerrillero revolucionario, también atacado desde el PSOE y el Bloque Nacionalista Galego por su presupuesto y por estar dedicado a un personaje tan ajeno a la realidad gallega. La estatua diseñada a partir del famoso retrato del Che pasará a la historia de este pueblo no sólo por ser la más grande del mundo dedicada al líder sino por aglutinar a los críticos con la gestión de un alcalde que ha convertido Oleiros en la cuna de una nueva revolución. Fuente: Informacion.es
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