La británica Vanesa Redgrave, una de las leyendas vivas del cine mundial, llegará a La Habana esta semana para asistir a la premiere de The Fever (2004), película escrita y dirigida por su hijo Carlo Nero, de acuerdo con el sitio cultural Cubarte. Redgrave viajará con Nero para presentar una película en la que ella interpreta a una mujer que pese a ser apolítica, se sorprende envuelta en política. En la cinta trabajan, además, Angelina Jolie, Michael Moore y Joely Richardson, hija de Redgrave y del ya fallecido Tony Richardson. Su anterior visita a La Habana fue hace 47 años, según la propia Redgrave le recordó al cineasta cubano Enrique Pineda Barnet en Moscú, donde coincidieron en 1987. Entonces vivió en una casa que el Instituto Cubano del Cine utilizaba para cineastas y otros artistas que carecían de vivienda en los años 60. La actriz, ahora con 71 años de edad, es una de las celebridades mundiales que en esa década apoyaron con fervor el proceso revolucionario iniciado en Cuba bajo el liderazgo de Fidel Castro. Pineda Barnet rememora ahora aquel fugaz encuentro de Moscú con Redgrave, a quien no dudaría en proponerle, si por fin coinciden ahora en La Habana, un papel para una película que comenzará a rodar cuando concluya La anunciación, ahora en proceso de posproducción. Aunque la trayectoria cinematográfica de Vanesa Redgrave se inició en 1958, su consagración fue en los 60 y 70 en filmes como Blow-up, Camelot, Isadora, Julia… Ha sido dirigida por talentos como Michelangelo Antonioni, Joshua Logan, Karel Reisz y Fred Zinnemann. — ¿De qué le gustaría conversar con Vanesa Redgrave si coincidieran ahora en La Habana? ―No me he planteado qué conversar con ella si viene por fin a Cuba. Dicen que viene, pero no sé nada más… —Dice usted que fue ella quien lo reconoció y se le acercó durante un festival de cine de Moscú, y que hablaron de su primera visita a Cuba a principios de los 60. ¿Tiene algún recuerdo especial de aquella Vanesa Redgrave? —Me llamaron de El Herald y me preguntaron algo parecido a lo que me preguntas tú ahora, y les conté que el encuentro con ella fue casual, no fue una cita. Nos encontramos al paso en ese festival de 1987. Yo estaba haciendo el casting de La bella del Alambra, y fue en esa ocasión cuando conocí a Beatriz Valdés. Vanesa estaba allí. Nos saludamos y me preguntó: "¿No me recuerdas?" Y le dije: "Claro, ¿cómo no recordarla a usted?" Yo pensaba, desde luego, en sus películas, pero ella me aclaró: "No, que si no me recuerdas de cuando yo estuve en La Habana y viví en Villa Miseria…" Parece que se refería a que quizás pasó una noche ahí, con Fernando Villaverde y su esposa, que trabajaban en el ICAIC y eran fanáticos del cine estadounidense. Villa Miseria era una casa que había heredado el ICAIC y la utilizaba para albergar a trabajadores con dificultades de vivienda. Allí vivió también Sergio Giral. Y así fue mi encuentro con Vanesa Redgrave en Moscú… — ¿Alguna actuación de Vanessa Redgrave le merece especial atención? —Mi gran placer es haberla visto en esa Isadora maravillosa. Fue una revelación ver a aquella mujer tan tremenda. Pero recuerdo muy bien todo su cine en general. Es una actriz impresionante, como todos esos rostros de procedencia europea que se han asomado al cine de Hollywood. Es un rostro de una personalidad muy fuerte y profunda, poco común. Una anécdota muy curiosa de ella es de cuando fue a recibir un Oscar y al abrirse el abrigo, en el escenario, tenía debajo un uniforme del Ejército Rebelde. Aquello fue tremendo. Toda la prensa lo reflejó. — Si tuviera la oportunidad de dirigirla, ¿qué tipo de papel le gustaría darle? —Dentro del cine cubano, Vanesa Redgrave seria una persona extraña, enigmática… Justamente ahora tengo un proyecto, un guión no terminado aún, para mi próxima película, que se llamaría Verde, verde: Hay dos personajes masculinos y uno femenino, una mujer que ya no es un rostro de dama joven, sino una mujer madura, hermética, que no habla en ninguna escena, pasa por la película todo el tiempo, pasa constantemente. Un personaje obsesivo... Y el protagónico masculino, un homosexual, que está todo el tiempo pensando en lo que pudo ser su realización personal con esa mujer. El otro personaje masculino es un homofóbico asesino, y en medio de ellos aparece esa mujer. Para ese papel femenino, siempre pensé en una gran dama del cine, al estilo de Vanesa, de Sofía Loren que ya no están haciendo la damita joven, pero tienen una personalidad grande. — ¿Le propondría ese papel si ella viene a La Habana por fin, y se encuentran? —Sí, se lo propondría perfectamente. Como le propondría a Javier Bardem el papel del homófobo criminal. — ¿Y cómo va su película Te espero en la eternidad? —Bueno, ahora se llama La anunciación. Toda la película tiene que ver con el cuadro de Antonia Eiriz que se llama así. La película está terminada, ahora estamos en la posproducción, ese proceso de dar color, textura, de tanto detalle…
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