Mencionados en la obra el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, escrita por Miguel de Cervantes y Saavedra en 1605, los molinos de viento se conocieron en Europa desde las Cruzadas (1096-1191) y alcanzaron gran difusión en Holanda, Alemania y Grecia durante el siglo XIII. Esas turbinas eólicas se emplean en el bombeo de agua, trituración de granos y serrado de madera y son mencionadas por el historiador árabe Tabari, en el año 859 de nuestra era. Más de seis mil de esos dispositivos existen en Cuba, país que prioriza el desarrollo de la energía eólica, la fuente renovable con mayor auge en el mundo en los últimos años. Esos equipos benefician principalmente a vaquerías y otros centros de la rama ganadera del Ministerio de la Agricultura y su monto total podría alcanzar los siete mil, si se suman varios cientos en manos de campesinos. Según el doctor Conrado Moreno, director de la Universidad Técnica de Energía Renovables (UTER) ahora están fuera de servicio cientos de esas instalaciones, debido a la falta de mantenimiento y de piezas de repuesto, fundamentalmente. De acuerdo con Moreno, fue a principios de la pasada centuria que se trajo a esta isla caribeña el primer molino de viento, luego que su uso pasara del viejo continente a Estados Unidos, nación urgida de garantizar el vital líquido al ganado y las locomotoras del ferrocarril, entonces en pleno auge. En la Isla se propagaron inicialmente en Camagüey, región ganadera, en la cual encontraron calurosa acogida por las posibilidades de exposición al viento y la suave brisa predominante en esas llanuras. Los primeros molinos cubanos de viento se lograron en esa provincia, tradición que se mantuvo hasta 1980, cuando pasaron a confeccionarse en menor escala en Bayamo, Ciego de Ávila y en otros talleres e industrias del archipiélago. Hoy son Granma y Pinar del Río las únicas aportadoras de esos aparatos que debían enaltecer con más frecuencia nuestros campos y cuyo incremento estará en consonancia con el aprovechamiento de la energía eólica, la fuente renovable que mayor auge ha tenido en el mundo en los últimos años. Su costo de instalación es ya competitivo respecto a las fuentes tradicionales de energía, subrayan expertos de CUBASOLAR, la Sociedad Cubana para la Promoción de la Energía Renovable y el Respeto Ambiental. Como línea estratégica de este desarrollo eólico, se someterán a prueba en la Mayor de las Antillas diversas tecnologías, incluyendo aquellas diseñadas para soportar los frecuentes huracanes que azotan al archipiélago. Se han identificado ya como potencial eólico país el extremo occidental de Pinar del Río, Isla de la Juventud, la costa norte de las provincias de Holguín hasta Villa Clara, el Noreste de la región oriental de Cuba, fundamentalmente en su franja árida costera sur. Fuente: Juventud Rebelde
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