En esa área de la ciudad están ahora, frente a frente, las doradas
cúpulas de la catedral ortodoxa rusa y el cubanísimo santuario de la
Virgen de Regla, Patrona de la rada habanera.
La Sacra Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán crece en un entorno eminentemente portuario.
Cinco domos rematados con bronce chapado en oro y refulgentes cruces
brillan entre conventos católicos y remozados edificios coloniales,
calados por oleadas de salitre y años.
La suntuosa verticalidad del flamante templo bizantino contrasta con la
reposada sobriedad de la parroquia reglana, ratificando un marcado
antagonismo geográfico, arquitectónico y confesional.
La estela monótona de una lanchita de pasajeros une a estos polos de la
fe, en cuyos extremos son venerados, indistintamente, íconos de
blancura eslava y una virgen negra vestida de azul marino.
Sin embargo, esta armonía de religiones y la cubanización de santos
foráneos enriquecen el proceso cultural que el antropólogo Fernando
Ortiz comparó con un ajiaco, por su profusión de ingredientes y
delicioso resultado.
Quizás por ello resulta propicio que la primera misa del flamante
templo ortodoxo sea víspera del Día de la Cultura Nacional, como una
confirmación de la histórica convergencia entre rusos y cubanos.
Fuente: Cubaheadlines
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