El huracán "Paloma" no tuvo
compasión del pueblo costero cubano de Santa Cruz del Sur, que hoy
recuerda con casas arrasadas, fango en las calles y un panorama
desolador cómo hace 76 años una entrada de mar causada por otro ciclón
mató a 3.000 de sus habitantes.
En la tarde de este sábado,
víspera de la efeméride, "Paloma" se asomó al área costera de este
pueblo de la provincia de Camagüey para entrar en territorio cubano
sobre una marea que se levantó hasta cuatro metros sobre el nivel
habitual del Caribe y dejó decenas de casas echas jirones.
Hoy
"Paloma" ya se ha dispersado y de él apenas queda una zona de bajas
presiones, pero los vecinos de Santa Cruz aún no pueden volver a esa
zona, a unos dos kilómetros del centro de la población.
Está
rodeada por fango la estatua con una figura humana que recuerda con una
mano en alto la altura de siete metros que llegó a subir el mar en 1932.
Tejados
de madera rotos, escombros, cables tirados y columnas pulverizadas,
electrodomésticos convertidos en amasijos de hierros y hasta inodoros,
llenan las calles de la zona que los vecinos llaman "La Playa", donde
ya hay operativos de limpieza con camiones de gran tonelaje desplazados
a la zona varios días atrás.
A unos pocos metros de la estatua,
la Capitanía General del puerto es una estructura sin entrañas y con
varios departamentos reducidos a escombros por rachas de viento de más
de 200 kilómetros por hora que golpearon todo lo que encontraron a su
paso a partir de las 19.20 hora local del sábado (00.20 GMT del
domingo).
"Esto era mi oficina", dijo a Efe Tomás, trabajador de
la Capitanía, mientras retiraba los primeros escombros junto a otras
tres personas, todos con uniformes del ministerio del Interior.
En
los alrededores, el 95 por ciento de las casas tienen algún daño lo
suficientemente importante como para que sean ya inhabitables para sus
1.450 inquilinos, indicó a Efe Reinerio, de la Cruz Roja local.
Tras
haber sido evacuados el viernes, decenas de ellos aguardan hoy a un
kilómetro y medio de distancia, en un cordón que marca el límite del
tránsito autorizado, que ayer fue superado por las aguas del mar en su
camino tierra adentro.
"No sé qué habrá quedado de mi casa",
declaró allí a Efe José, empleado de Geocuba, empresa encargada de las
señalizaciones para el tráfico marítimo.
José participó en la
retirada preventiva de las boyas el jueves y sabe que mañana, lunes,
tendrá que volver a colocarlas, pero aún no sabe cuándo regresará a su
casa.
En el edificio de la compañía telefónica estatal del
centro del municipio, la torre de telecomunicaciones está doblada como
si en vez de acero su estructura hubiera sido de goma.
Los
santacruceños estaban preocupados por la coincidencia de fechas de
"Paloma" con el ciclón de 1932 y también con "Ike", que hace apenas dos
meses, igualmente un día 9, se convirtió en el primer huracán de gran
intensidad que entraba en Camagüey desde 1963.
"Claro que
estábamos asustados con lo del 32. Todos pensábamos en ello, pero ya
estaba toda la gente de la playa evacuada", dijo a Efe Ronald, de 34
años, trabajador de correos.
Recordó que el viento delantero del
centro del huracán les dejó sin torres a ellos y a la emisora de radio
local, y que a continuación se instaló la calma que daba parte de la
presencia del ojo del ciclón, y que luego, con los vientos traseros,
"llegó todo el agua del mundo".
"El mar llegó hasta aquí cerca y las casas de los barrios más bajos se inundaron. Yo tengo un metro de agua en mi casa", dijo.
Hasta
varios kilómetros al norte de Santa Cruz, el desbordamiento de ríos y
cañadas hizo que las aguas hayan cubiertos decenas de kilómetros
cuadrados dedicadas a ganadería y agricultura, algo muy poco habitual
en esta zona.
En Jibirú, a unos 35 kilómetros de Santa Cruz,
Mario, de 60 años, pasó la noche en vela en su casa, con sus hijos, su
mujer y los puercos que se refugiaron en la zona más alta de la finca,
mientras el agua inundaba todo lo que había alrededor.
Explicó a
Efe que hace dos años permutó un terreno que tenía por la finca que
ahora trabaja, y que, aunque no son habituales estos fenómenos, no está
seguro de que haya sido la decisión correcta.
"No sé, esto no es muy habitual, pero yo estoy empezando a pensar en permutar", dijo.
Fuente: Union Radio
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