Aunque las
apreciaciones son aún muy
preliminares, todo parece
indicar que el huracán
Paloma abandonó Cuba esta
madrugada sin causar daños
de gran magnitud en la
provincia de Las Tunas,
situada a 690 kilómetros al
este de La Habana y
fronteriza con Camagüey, por
cuya costa sur penetró
anoche el peligroso ciclón,
clasificado en ese instante
como de tercera categoría,
de cinco contempladas en la
escala Zaffir-Simpson.
Las
mayores afectaciones se
localizan en el poblado
marítimo de Guayabal, sitio
próximo al punto de impacto
del meteoro, hacia el cual
se dirigen en estos momentos
varios miembros del Consejo
de Defensa Provincial (CDP)
para casos de desastres, con
el fin de valorar
objetivamente la situación.
En virtud de la rapidez con
que actuaron las autoridades
para preservar vidas
humanas, todos los vecinos
de dicha comunidad fueron
evacuados oportunamente,
junto a sus bienes
domésticos.
Según datos también
preliminares, en total
recibieron protección unos
127 mil ciudadanos, la
mayoría en casas de
familiares, amigos y
vecinos, y el resto en
centros habilitados por el
gobierno a esos efectos.
Según se informó hace unos
instantes en reunión del
Consejo de Defensa ya se trabaja para
restablecer el servicios
eléctrico en los sureños
municipios de Jobabo,
Colombia y Amancio, y el
norteño Manatí, lugares que
quedaron a oscuras, bien a
causa de los vientos o
debido a las medidas de
seguridad adoptadas.
Pese a la fuerte amenaza que
representó mientras se
mantuvo en el mar,
felizmente el huracán Paloma
se debilitó mucho en tierra,
en parte debido al
rozamiento, y también a
causa de fuertes corrientes
en las capas medias y altas
de la atmósfera, que lo
presionaron, al punto de
deshacerlo y convertirlo en
masas de agua y viento sin
ninguna organización.
Fuente: Tiempo21
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