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18/11/2008 - 11:45am (GMT-4)
El acusado de asesinar a dos jóvenes en 2005 en Càlig
(Castellón), para el que el fiscal pide cincuenta años de prisión, negó ayer
ante el tribunal que le juzga cualquier relación con este hecho y ha dicho que
las dos colillas con su ADN que se encontraron en el lugar del crimen las colocó
«alguien» para inculparle.
El juicio contra E.P.R., el único acusado por los hechos, se
celebra desde ayer y con jurado popular en la Audiencia Provincial de
Castellón.
Según el escrito de acusación del fiscal, E.P.R. se dirigió al
domicilio de Yalennis Valero, una cubana de 25 años que vivió y trabajó en
Bertamiráns, en la madrugada del 12 de junio de 2005 con la finalidad de
matarla, «con un plan previamente concertado y en conjunción con otras personas
no identificadas, tras haber sido contratados por personas desconocidas y actuar
por móviles económicos».
En relación con este suceso fue investigado un empresario
compostelano que mantuvo una relación sentimental con la víctima, aunque no se
hallaron pruebas de su implicación.
El ministerio público sostiene que el acusado y sus acompañantes
accedieron a la vivienda tras forzar una de sus ventanas y permanecieron en ella
hasta la llegada de sus víctimas.
Los hechos
Sobre las 6.00 horas, la chica y un joven de 23 años amigo suyo
acudieron a la vivienda, donde fueron sorprendidos por el acusado y los que le
acompañaban. Los agresores golpearon violentamente al chico y, posteriormente,
ambos jóvenes fueron atados de pies y manos entre todos los agresores con una
cuerda de tender que se hallaba en la propia casa y, una vez inmovilizados, sin
posibilidad alguna de defensa y con ánimo de acabar con sus vidas, les
dispararon con un arma de fuego en la cabeza, lo que les provocó la muerte.
El acusado negó cualquier relación con estos hechos y ha admitido
haber efectuado dos ingresos bancarios en una sucursal de Caixa Galicia, el
primero de 2.000 euros, dos días después del crimen, y el segundo, de 6.000
euros, el 11 de julio del 2005.
E.P.R. fue interrogado por la Guardia Civil en julio de 2006 y se
sometió de forma voluntaria a una prueba de ADN, pero un día y medio después
huyó a la República Checa por «miedo» a que le implicasen en el suceso debido a
sus antecedentes penales, según declaró ayer.
Fuente: La Voz de Galicia