Con un espectáculo de gala en el teatro Heredia, en el que
vibraron los ritmos y colores de la región, quedó inaugurado ayer en la tarde el
31 Festival Internacional del Caribe, dedicado especialmente a la República de
Trinidad y Tobago.
Al dar la bienvenida a los artistas e intelectuales de 24 países concurrentes
a la cita, y de manera particular a la nutrida representación trinitobaguense,
encabezada por Winston Peters, Ministro de Arte y Multiculturalismo, Orlando
Vergés, presidente del Comité Organizador, subrayó la importancia de tender un
puente de entendimiento entre dos culturas insulares, florecientes en uno y otro
extremo del arco de las Antillas.
Luego de trazar un breve bosquejo histórico de las islas de Trinidad y
Tobago, el también director de la Casa del Caribe recordó cómo la diversidad
etnocultural caracteriza el perfil de sus habitantes, donde se acrisolan
descendientes de los esclavos africanos y de los colonos europeos, junto a
indios, árabes e inmigrantes de otros lejanos países asiáticos.
En otro momento de su discurso alertó contra quienes han pretendido sembrar
el divisionismo entre las culturas antillanas por razones de origen colonial,
idioma y desarrollo económico, intento que se ha estrellado en el proyecto de
integración que de forma incipiente, gradual pero consistente se va logrando en
estos tiempos.
Al respecto, la embajadora de Trinidad y Tobago en Cuba, Jennifer Jones, al
agradecer la dedicatoria del Festival, manifestó las expectativas que entre los
suyos ha generado la próxima creación de la Comunidad de Estados de América
Latina y el Caribe, y deseó la pronta y total recuperación del presidente
venezolano Hugo Chávez, quien será el anfitrión de ese cónclave y al que
calificó cómo un notable intérprete de la ideas de Bolívar. La diplomática
afirmó que los trinitarios y tobaguenses encuentran en Santiago una matriz muy
cercana, la cual se verá fortalecida al término de la Fiesta del Fuego.
Durante la velada, el maestro Enrique Bonne recibió el Premio Internacional
de la Casa del Caribe, con el cual la institución valora la labor cultural de
alcance social integrador de individualidades y entidades de la región. Bonne,
quien dedicó el Premio a la memoria de Joel James, fundador de estos Festivales,
se ha destacado no solo por su pródiga cosecha de canciones y piezas antológicas
de la música popular bailable, incluyendo el ritmo pilón, sino también por el
fuego con que ha curtido a la legendaria agrupación de tambores que lleva su
nombre en la ciudad y que ayer animó parte del espectáculo bajo su égida.
La gala llegó a su fin en medio del despliegue mayúsculo de bailarines y
figurantes, al ritmo de la steel band de El Cobre, donde la percusión
metálica trinitaria ha hallado una prolongación cubana. En el público se
hallaban presentes Lázaro Expósito, miembro del Comité Central y primer
secretario del Comité Provincial del Partido, y representantes del Cuerpo
Diplomático de los países del área.
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