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La Habana se inunda

Las imágenes de calles y avenidas convertidas en verdaderos ríos a causa de cualquier aguacero, incluso no tan fuerte, se han hecho más habituales en la capital durante las últimas décadas.

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Este artículo es de hace 12 años

Las imágenes de calles y avenidas convertidas en verdaderos ríos a causa de cualquier aguacero, incluso no tan fuerte, se han hecho más habituales en la capital durante las últimas décadas. fotos: Jorge Luis GonzálezCada desecho que se encuentre fuera de los tanques recolectores de basura va a parar a las fuentes pluviales y las contaminan. En algunos lugares puntuales la magnitud de las inundaciones interrumpe totalmente el tránsito de vehículos y personas, e incluso, llega al extremo de provocar perjuicios en el interior de las viviendas y en centros productivos, recreativos y de servicios. Si esto ocurre con una lluvia de corta duración, ¿qué sucedería entonces en la ciudad si nos azota un ciclón tropical de lento movimiento y acompañado de intensas precipitaciones, capaz de ocasionar acumulados de hasta 200 y más milímetros en 24 horas, algo que por suerte no ocurre hace mucho tiempo? El ingeniero Sergio del Castillo Alonso explica el sistema de organización del trabajo para mantener la limpieza de los conductos encargados del drenaje pluvial. Como explica el ingeniero Sergio del Castillo Alonso, jefe del Departamento de Drenaje Pluvial Ríos y Zanjas, el sistema de redes diseñado en la capital para propiciar la evacuación del agua dejada por las lluvias data de principios del siglo XX, por tanto es imposible que pueda trabajar de manera muy eficiente hoy, cuando la población es muy superior a la cantidad de habitantes reportados en esa fecha. Con el paso de los años la propia urbanización de la ciudad limitó en gran medida el drenaje natural de los terrenos, lo cual aumentó el aporte de agua a las redes, y creó dificultades en el funcionamiento de estas, subrayó. INDISCIPLINA A MUCHAS MANOS Durante el recorrido efectuado por los reporteros de Granma en varios municipios capitalinos, fue fácil ver las consecuencias de la irresponsabilidad y el desorden, al apreciar numerosos tragantes "tapados", debido a la basura depositada encima de ellos, mezcla asfáltica, y objetos de todo tipo, como botellas, latas de cerveza o refrescos, pomos plásticos, y jabas de nylon. Aguas de La Habana cuenta con diez brigadas que atienden de forma permanente un área determinada y tienen que responder por la calidad del saneamiento de las alcantarillas y los registros. Asimismo resultó común encontrar tuberías y registros obstruidos por raíces de árboles, cables eléctricos abandonados, y hasta sacos. La pérdida de contenes y badenes debido al aumento del rasante vial provocado por un mal trabajo en la reparación de las calles, y las obstrucciones originadas por la deposición de desechos y escombros en la vía pública, repercuten de manera desfavorable en la pérdida de la capacidad de respuesta del sistema de drenaje pluvial. Sobre el tema, Osvaldo Fumero, subdirector de Saneamiento de Aguas de La Habana, subrayó que tales indisciplinas sociales cometidas por los ciudadanos e instituciones contribuyen a incrementar la magnitud de las inundaciones y lastran el trabajo que se realiza para propiciar una más rápida evacuación de las aguas. Otras de las causas que impiden la eficiencia del sistema de drenaje son la sedimentación de los drenes a la salida al mar, asociada al atraque de los barcos, y los movimientos de tierra inadecuados y las construcciones ilegales, que dañan el escurrimiento natural del terreno. Resulta oportuno recordar que la mayoría de las cuencas de drenaje atendidas por la empresa conducen las aguas de las precipitaciones fundamentalmente hacia el litoral, la Bahía de La Habana, y a los ríos. Más allá de perjudicar a los tragantes, cada desecho, basura o desperdicio arrojado por personas inconscientes, va a parar a esas fuentes pluviales y las contaminan. Baste ver una crecida del río Quibú para comprender la magnitud del problema. LA LIMPIEZA ES LO IDEAL Desde finales del 2009, la empresa Aguas de La Habana, a través de su Departamento de Drenaje Pluvial, aplica una nueva estrategia de trabajo dirigida a fortalecer la labor de limpieza sistemática de tragantes, alcantarillas y conductos, en los ocho municipios del centro y oeste de la urbe atendidos por la entidad: La Lisa, Playa, Marianao, Plaza, Centro Habana, La Habana Vieja, 10 de Octubre y Cerro. Según precisó Alonso, en los ocho municipios mencionados están identificadas 78 zonas de inundación, concentrándose los casos más críticos en La Lisa, Playa, Habana Vieja, 10 de Octubre, Cerro y Centro Habana y en total hay 370 kilómetros de redes de drenaje pluvial y 23 430 tragantes bajo la supervisión de la entidad. A fin de lograr una mayor eficiencia en la rehabilitación de tragantes y alcantarillas, en los meses finales del 2009 se instauró el trabajo por cuencas, que consiste en hacer dicha tarea teniendo en cuenta las cuencas de drenaje en toda su magnitud, y no solamente en la zona de inundación. El objetivo, explica el ingeniero Sergio, es recuperar la capacidad de evacuación de los sistemas de drenaje existentes, mediante la limpieza eficiente de los tragantes y el mantenimiento preventivo de las redes, aprovechando y respetando la estructura topográfica del terreno. Para ello la empresa cuenta con diez brigadas. Cada una atiende de forma permanente un área determinada y tiene que responder por la calidad del saneamiento. El ciclo de limpieza abarca como promedio de 35 a 40 días, en dependencia de la cantidad de tragantes que haya en la zona. También hay una brigada de cuatro buzos, con todo el equipo y los medios necesarios, para hacer esa labor en los lugares más complejos y de difícil acceso. Más allá de la mejoría experimentada en una actividad que durante años presentó serias deficiencias, el programa enfrenta dificultades de orden logístico referidas a la insuficiente disponibilidad de carros de alta presión destinados a la desobstrucción de las conexiones de los tragantes, la carencia de winches (recogen los desechos sólidos) empleados en el mantenimiento de los colectores, y la falta de financiamiento para ejecutar las obras proyectadas en dicha actividad, aseveró el especialista. Los directivos de Aguas de La Habana explicaron que la entidad trabaja también en el saneamiento y limpieza de los principales ríos, arroyos y zanjas existentes en los ocho municipios del centro y oeste de la ciudad, mediante la chapea de los cauces y otras acciones, aunque no cuentan con los equipos de dragado. Afirman que el estado del drenaje pluvial en la capital salió de sus peores momentos y la efectividad en las labores de limpieza y mantenimiento mejoró de manera significativa. El veredicto definitivo lo mostrará la madre naturaleza. Fuente: Granma

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