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Esposa de espía devuelto a Cuba muestra embarazo avanzado

Para el jefe de la red Avispa, Gerardo Hernández, su regreso a Cuba no pudo ocurrir en un mejor momento: su esposa, Adriana Pérez O’ Connor, espera el primer hijo de la pareja.

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Este artículo es de hace 9 años

Para el jefe de la red Avispa, Gerardo Hernández, su regreso a Cuba no pudo ocurrir en un mejor momento: su esposa, Adriana Pérez O’ Connor, espera el primer hijo de la pareja. El embarazo de Pérez, de 44 años y casada con Hernández desde 1989, es evidente en las imágenes mostradas en los medios cubanos a raíz del recibimiento a los tres espías cubanos este miércoles en La Habana, pero ninguno de los reportes mencionó que la mujer está esperando un hijo. Sin embargo, el hecho fue evidente para las audiencias tanto en Cuba como en Miami, tras apreciar las fotos de Estudios Revolución y el reportaje especial de la Televisión Cubana, realizado por la periodista Talía González. En ambos casos las imágenes fueron cuidadas para disimular el estado de gestación. Enigma y silencio “No se ha dicho nada, pero es la comidilla en la calle”, dijo una fuente vinculada a los medios oficiales. De acuerdo con la fuente, se comenta que el embarazo habría ocurrido por inseminación artificial, pero esta información no pudo ser confirmada con otros testimonios independientes. A los prisioneros que cumplen condenas en cárceles federales se les impiden visitas conyugales, según el reglamento establecido. No obstante, pueden existir excepciones en algunos casos, debido a consideraciones de fuerza mayor. Los medios oficiales cubanos habían hecho reiteradas alusiones a la imposibilidad de Pérez de ser madre, debido a la separación forzosa de Hernández, quien permanecía en una cárcel de Victorville, California, cumpliendo una sentencia de dos cadenas perpetuas además de 15 años. Pérez había mostrado preocupación de quedarse sin hijos a causa del arresto de su marido. “Ahora bien, para nosotros la ausencia de los hijos no será nunca una frustración. Cuando Gera viajó la primera vez, pensé que sería por un tiempo corto. Con el tiempo, su ausencia me ayudó a percatarme de que sería un egoísmo mío no dejar que él participara de la crianza y educación de su hijo. Acordamos esperar hasta su regreso definitivo. Sin embargo, el tiempo comienza a marcar límites, los años ya son decisivos y representan un problema para el embarazo. Por supuesto, entre esas fronteras está el reloj biológico que también da avisos impostergables”, confesó Pérez en una entrevista para la revista Bohemia en el 2009. La agente Bonsai Hernández, jefe de la desmantelada Red Avispa, fue condenado en el 2001 bajo acusaciones de conspirar para cometer asesinato, por el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996. Su situación era la más comprometida legalmente de los cinco espías presos en cárceles estadounidenses. La intensa campaña propagandística del gobierno cubano para reclamar la libertad de los espías insistió en el drama de Pérez, quien se preparó en Cuba como la agente Bonsai para inflitrarse en Estados Unidos. Sin embargo, el desmantelamiento de la red en septiembre de 1998 impidió que pudiera sumarse a la misión de inteligencia junto a su esposo. Sus antecedentes como agente de inteligencia impedían el otorgamiento de una visa a Pérez para visitar a su esposo, lo que era fustigado por la propaganda oficial cubana. Sin embargo, en octubre del 2010 funcionarios estadounidenses y fuentes congresionales confirmaron a CaféFuerte que Pérez viajó a Estados Unidos para una corta visita a su esposo en la prisión de Victorville. El permiso especial otorgado a Pérez para venir a Estados Unidos en septiembre de ese año marcó un viraje en el tratamiento dado por Washington a las solicitudes de visado de ella y de Olga Salanueva, esposa de René González, otro de los cinco agentes condenados en el 2001. Visitas furtivas Salanueva fue capturada junto a su esposo René González y deportada a Cuba en el 2000, poco antes de iniciarse el juicio contra los cinco agentes de la red que rechazaron cooperar con la fiscalía federal. Por esa razón se le impedía visitar a González en la cárcel. Pero en un documento judicial presentado ante un tribunal federal de Miami en el 2012, Salanueva admitió que las autoridades estadounidenses le permitieron visitar a su esposo en la prisión de Marianna, Florida, “solo una sola vez, por tres días en 10 años”, a fines del 2010. Las furtivas visitas de Pérez y Salanueva coincidieron con los viajes autorizados por el gobierno cubano para que Judy Gross, esposa del contratista Alan Gross, lo visitara en La Habana. Es posible que Pérez haya hecho varias visitas a Estados Unidos. Graduada de ingeniería, trabaja actualmente como especialista del Instituto de Investigaciones para la Industria Alimentaria.

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