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Ciego y La Isla inauguran la 55 Serie Nacional de Béisbol

Este sábado comienza la 55 Serie Nacional, un evento que está a merced de los abandonos constantes, de las fracturas internas y de nuestra incapacidad para transformarla realmente.

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Este artículo es de hace 8 años
Mañana sábado 29 de agosto dará inicio la 55 Serie Nacional de Béisbol, cuando se enfrenten a las 8 de la noche las novenas de Ciego de Ávila y La Isla.Ciego de Ávila, el campeón de la pasada campaña, y el subcampeón, Isla de la Juventud, pondrán en marcha una nueva edición de los clásicos cubanos, cada vez más sujetos a turbulencias e inconsistencias; debidas, por un lado, a las bajas constantes que padecen los equipos, y por otro, a los cambios continuos que sufren estos torneos en su estructura y reglamentos, con los cuales se trata de corregir inútilmente sus deficiencias.En un época en que las ligas deportivas del mundo se abren a atletas de todas las latitudes, la cubana se cierra sobre sí misma, nutriéndose exclusivamente de peloteros nacionales, y desangrándose casi a la misma velocidad, pues la mayoría de los jugadores, después de alcanzar cierta madurez, emigran a las ligas extranjeras, más estables, de mayor calidad y con mejores salarios.En medio de este panorama, las autoridades deportivas cubanas se resisten a ubicar masivamente a sus peloteros en las ligas extranjeras. Hasta el momento, no pasan de diez los que lo han hecho. Aquellos que se van por su cuenta, sin permiso o al menos sin consentimiento, son expulsados de la Federación y pierden el derecho a volver a jugar en la Serie Nacional o a representar a su país en torneos internacionales.La Serie Nacional queda así a merced de los abandonos constantes, de las fracturas internas y de nuestra incapacidad para transformarla, de la manera que sea, en una liga moderna, que garantice al menos una de esas tres variables básicas: estabilidad, calidad y salarios.Para las condiciones actuales de Cuba, parece imposible que puedan mejorarse la calidad o los salarios. Solo queda entonces la estabilidad, que no se logra cambiando reglas y estructuras ni obligando a los técnicos y árbitros a pasar cursos disciplinarios, sino flexibilizando las restricciones y prohibiciones impuestas a los peloteros.Todas las ligas del mundo, excepto las mejores, son ligas de transición, que los jugadores visitan y abandonan según las exigencias y posibilidades de cada momento de su carrera. A estas alturas, pretender mantener una liga deportiva secuestrando deportistas o prohibiéndoles ir y venir a su antojo, es condenarla a la obsolescencia.El domingo, comenzarán las primeras subseries, que enfrentarán a los equipos Ciego de Ávila-Industriales, Cienfuegos-Matanzas, Sancti Spíritu-Pinar del Río, Villa Clara-La Isla, Camagüey-Las Tunas, Granma-Artemisa, Santiago-Mayabeque y Guantánamo-Holguín.

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