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Insistentes violaciones de privacidad en celulares cubanos

La insistencia promocional de los negocios particulares en Cuba invaden los celulares a cualquier hora del día y de la noche, sin contar para nada con el permiso del usuario

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Este artículo es de hace 8 años

Cuando en Cuba alguien recibe un mensaje de un número desconocido, casi nunca se trata de alguien que olvidó colocar en la lista de Contactos, ni mucho menos de un equivocado, o de alguien que sabe quién eres y necesita comunicarse contigo. Simplemente suele ocurrir, con una frecuencia desesperante, que estén entrando en tu cell promociones llegadas de cualquier emisario, desde salas de baile hasta peluquerías, fiestas, restaurantes, bares, cafeterías y conciertos.

La enorme popularidad de los dispositivos móviles en la Isla, casi siempre con juegos y aplicaciones offline compradas en el mercado negro, ha impuesto también, como un mal aparentemente necesario, la entrada de promociones y anuncios de cualquier cosa, recibidos como mensajes de texto, gracias a que, aparentemente, alguien en ETECSA violó la confidencialidad de una lista de usuarios privada, confidencial.

La empresa estatal Cubacel tiene el monopolio del servicio a celulares, y evidentemente alguien vendió, negoció, o dejó que se filtrara la lista de usuarios, una lista que fue comprada, trapicheada o negociada por los dueños de los negocios particulares, y he aquí las razones para la lluvia de anuncios y promociones recibidas a diario, por todos los usuarios. Porque a veces es un verdadero diluvio de publicidad sin autorización, sin permiso ni anuencia de ningún tipo por parte del usuario.

Es comprensible que en Cuba ha crecido la necesidad de anuncios de los propietarios con el auge de la empresa privada y la competencia. También queda claro que las opciones publicitarias son limitadas en un país cuyos medios están libres de comerciales y publicidad. Pero esta situación tampoco justifica la invasión de la privacidad que cada año se torna más agresiva y, por lo visto, inevitable.

Los responsables de los negocios mandan mensajes de forma tan masiva que no conozco de alguien a salvo de semejante insistencia. Y es que debe haber un modo de liberarse de toda esa mensajería quizás generada en el extranjero, de forma barata, con las últimas noticias y ofertas. Aunque independientemente de dónde se genere, sí está claro que el dueño del celular, el que paga la línea, debiera tener derecho a recibir solo lo que le interesa, y poder retirarse de los medios que promocionan algo que no le interesa saber. Y ya se sabe que bloquear el número que envía el anuncio es en vano, porque provienen de los más diversos emisores, y cambiar tu número es otro intento estéril, porque en unos pocos días los anunciantes dispondrán de él.

ETECSA debiera cuidar cual secreto de Estado su lista de usuarios, y año tras año esa lista se filtra de alguna manera y llega a los manos de los anunciantes, que las usan indiscriminadamente y te bombardean con información que es innecesaria en tanto jamás ha sido solicitada. Por lo visto, no hay manera de evitarlo.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.