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Artículo racista en la prensa cubana: "Negro, ¿tú eres sueco?"

No debería bastarle al autor con referenciar al comediante Virulo, para quedarse tranquilo por haber usado tal expresión. Extrapolar los cánones del humor a los del periodismo, tan ligera e inapropiadamente es pecar, al menos, de una irresponsabilidad tan grande como imperdonable.

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Este artículo es de hace 8 años

Hubiera sido, quizás, conveniente que el expresidente cubano Fidel Castro hubiera leído un artículo publicado el pasado 24 de marzo en el periódico Tribuna de La Habana titulado “Negro, ¿tú eres sueco?”, antes de afirmar tan tajantemente que“la discriminación racial fue barrida por la Revolución”, así habría tenido constancia de al menos un evidente caso de discriminación en un medio de prensa cubano, antes emitir sus 'reflexiones' sobre la visita de Obama y la propia realidad cubana.

El artículo, publicado a escasos días de haber marchado Obama de Cuba, pretende subir un poco más la parada en la oleada de críticas y voces de rechazo 'oficiales' al discurso de Obama en Cuba y, de paso, poner una nota más al coro de quienes aprovechan la coyuntura para manifestarse fieles e incondicionales con el régimen. Desapercibido para algunos y denunciado por otros, el texto fue publicado no solo en la versión electrónica del periódico capitalino sino en la propia versión de papel.

No debería bastarle al autor, Elías Argudín Sánchez, con referenciar al comediante Virulo para quedarse tranquilo por haber usado tal expresión en su texto. Extrapolar los cánones del humor a los del periodismo, tan ligera e inapropiadamente es pecar, al menos, de una irresponsabilidad tan grande como imperdonable, que no le hace justicia ni a los negros en Cuba ni a los de Estados Unidos; no digamos ya al jefe de estado de una nación que visita.

"Optó por criticar y sugerir, con sutilezas, en una velada, pero a la vez inconfundible, incitación a la rebeldía y el desorden, sin importarle estar en morada ajena. No cabe dudas, a Obama se le fue la mano. No puedo menos que decirle –al estilo de Virulo- “¡Pero Negro, ¿tú eres sueco?!, dice textualmente.

Para quienes no entiendan el desconcierto que provoca el artículo, donde se responsabiliza al presidente estadounidense de “incitación a la rebeldía y el desorden, sin importarle estar en morada ajena”, ha de aclarárseles que no se trata solo de la ya casi cansina cruzada contra el presidente, su viaje y su política, ni tan siquiera de no poder decir que un negro es negro -faltaría menos-; se trata, fundamentalmente, de usar un rasgo que históricamente ha sido tomado como estigma y diana de las más injustas y profundas exclusiones y hacerlo en tono de sorna, burla, con la misma inexcusable simplificación de quienes no entienden (no pueden o no quieren) que un ser humano es mucho más que un color, un peso o una voluntad de elegir la orientación sexual.

El asunto es demasiado serio, casi más la visita oficial de un jefe de estado extranjero, como usarlo a propósito de..., o en tono irreverente.

Con semejante rótulo, tan irrespetuoso y racista la decisión de conocer los puntos de vista de quien así se pronuncia se convierte en un acto bondadoso de altruísmo o estoico ejercicio intelectual, porquerer comprobar si el artículo 'está a la altura' de tan nefasto titular.

Pero ni la mala e interesada interpretación del propósito de la visita de Obama y sus cambios de política con respecto a Cuba que hacen decir que “Obama vino, vio, pero desafortunadamente, con el pretendido gesto de tender la mano, también quiso vencer” consiguen mitigar el negativo alcance de esta publicación.

Ni el desconocimiento del autor, tanto del protocolo como de los derechos de las personas a hablar con quienes les plazca, que le llevan a decir que con Obama “Fuimos muy corteses, incluso al punto de dejarle hablar a solas (y a sus anchas) con los enemigos dentro de la propia casa”, consiguen que se entienda o acepte el 'chiste' de Virulo aplicado al actual inquilino de la Casa Blanca.

Pese a que las redes sociales ya han comenzado a ejercer su presión y denuncia, pese a que el propio artículo ha sido criticado por sus lectores, aún no ha habido disculpa ni pronunciamiento editorial alguno que explique por qué en una nación como la cubana, donde según sus dirigentes no hay racismo, se permite un titular y artículo de esta naturaleza.

Sea cual fuere el propósito de este texto, no existe motivo alguno para que en un medio de comunicación, con alcance, visibilidad y poder legitimador de juicios, creeencias y percepciones -de que goza la prensa y más si es escrita- se permita que un planteamiento tan racista se escude en los predios y códigos del humor para naturalizar juicios y criterios de exclusión.

NOTA ACLARATORIA: A escasas horas de haberse escrito esta nota, el artículo fue borrado de la web de Tribuna (los que quedaron en la versión de papel seguramente correrán mejor suerte). Afortunadamante en estos tiempos que vivimos, casi nada puede borrarse completamente de las redes, por eso dejamos una captura que da fe del texto en cuestión.

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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.


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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.