El inicio del Programa humanitario de atención médica gratuita a los niños afectados por el accidente nuclear ocurrido en Chernóbil arriba por estos días a su 30 aniversario.
Chernobil es una ciudad situada al norte de la República de Ucrania, a 130 km de Kíev y a 20 km de la Central de energía nuclear, cuyo reactor sufrió, el 26 de abril de 1986, la peor catástrofe nuclear conocida hasta esa fecha.
Fue la supervisión incorrecta del funcionamiento de la central lo que provocó una reacción incontrolable, que causó una expulsión de vapor. La capa protectora del reactor se destruyó y aproximadamente 100 millones de curios de nucleidos radiactivos se liberaron a la atmósfera. Parte de la radiación se extendió por Europa septentrional y llegó hasta Gran Bretaña.
Los datos ofrecidos por las autoridades en aquel momento indicaron que 31 personas murieron como resultado del accidente, pero las muertes causadas por la radiación aún se desconocen. Más de 100 000 ciudadanos ucranianos fueron evacuados de las áreas aledañas al emplazamiento del reactor; y Chernóbil y otras regiones cercanas, permanecieron deshabitadas durante un año después del accidente.
El gobierno de la entonces Unión Soviética pidió ayuda internacional y la respuesta de Cuba no se hizo esperar, fue a principios de 1990 que especialistas cubanos visitaron Ucrania, con el objetivo de evaluar la envergadura del problema y el tipo de ayuda que se podría brindar.
Más de 24 mil personas, entre ellos 20 mil 423 niños, fueron tratados en Cuba como parte del programa de atención médica integral creado por el Gobierno a inicios de la década de 1990 para rehabilitar a pequeños, adolescentes y jóvenes afectados por el accidente en la central electronuclear de Chernóbil.
El 29 de marzo de 1990 y costeado por la parte cubana llegó el primer avión a La Habana. Durante 21 años de existencia del programa los médicos cubanos devolvieron la vida a miles de niños ucranianos.
La sede del programa se estableció en el Hospital Pediátrico de Tarará ubicado en el reparto de Playa Tarará, al Este de la Ciudad de La Habana, a 27 km del centro de la capital. Este reparto tiene una 520 viviendas, instalaciones hospitalarias y de aseguramiento administrativo, cuenta además con 850 metros de playa. En esta ciudad radicaba, desde el año 1976, el Campamento Internacional de Pioneros "José Martí", que a partir de entonces se convirtió en el hospital para la atención médica a los niños que vendrían de zonas relacionadas con el accidente de Chernóbil.
El programa "Niños de Chernóbil" cesó hace varios años, pero los efectos de la tragedia persisten. Por ello con la participación de la sociedad civil y los propios afectados esperan renovar el programa en bien de la protección de la joven generación de ucranianos.
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