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Si USA no importa mi cura contra el cáncer, yo viajo a Cuba a curarme

La historia de Mick Phillips, un residente de Wisconsin que viajó hasta Cuba para buscar una medicina con la que espera curarse, sería no la primera historia de este tipo, pero pudiera ser una que inspire a otros

 © Si USA no importa mi cura contra el cáncer, yo viajo a Cuba a curarme
Foto © Si USA no importa mi cura contra el cáncer, yo viajo a Cuba a curarme

Este artículo es de hace 7 años

Mick Phillips, un anciano residente en Wisconsin, USA, viajó a Cuba, vía Toronto para someterse a un tratamiento con el novedoso medicamento cubano CIMAVAX. Phillips, padece de cáncer, pero las leyes norteamericanas impiden que el medicamento cubano, cuya eficacia está documentada en una decena de países, pueda ser comercializado en los Estados Unidos.

Ciertamente Phillips no ha sido el único extranjero que ha ido a Cuba a curarse. No fue el primero, y ciertamente tampoco será el último, pero en los momentos actuales en que Cuba vive el "boom", los medios está que devoran cualquier noticia que tenga que ver con Cuba, incluso las más banales. Que un anciano enfermo acuda a su último recurso, y que este se encuentre en un país tercermundista, con una economía depauperada y en proceso de crecimiento, sí, pero muy lento, dice mucho y vende bastante.

¿Se imaginan que sucedería si tras la travesía Phillips se curara, o su cáncer se detuviera? ¿Sería la punta del iceberg? Hay mucho en juego, y Cuba no pierde absolutamente nada.

Si perderían, claro, las compañías de seguro estadounidenses, y las compañías farmaceúticas, que cobran una verdadera millonada por tratamientos prolongados durante meses, a veces sin esperanzas reales de cura, pero lo que importa es extender sufrimiento y bolsillo, para obtener un poco más. Siempre se puede un poco más.

Mick Phillips quizás no encuentre en Cuba lo que él desea, que es su cura definitiva, pero en algunas personas con su mismo padecimiento, el CIMAVAX ha actuado de modo eficaz.

Pero en caso contrario, probablemente Phillips encuentre un personal diferente al que encontró la madre de Napu Boychuk. Quizás en Cuba sea visto como un ser humano, y no como una caja registradora.

En Estados Unidos se necesitará un largo proceso para que finalmente se apruebe la comercialización del Cimavax, y de otros muchos medicamentos cubanos más.

Ni siquiera se trata de Cuba. En los Estados Unidos vive un joven, Jack Andraka, que descubrió hace ya casi tres años, formas novedosas de detectar el cáncer en edades tempranas, lo cual ayudaría a tratar la enfermedad con más éxito. Hasta el día de hoy, Andraka ni ha encontrado las puertas que hubiese querido abiertas, ni ha encontrado tantos oídos para escucharle.

El embargo, también funciona dentro, al parecer, cuando está en peligro, el salario de muchas personas.

foto: CBC Canadá

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