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Oggún llega a Cuba: Un exiliado cubano pronto estaría trayendo a Cuba tractores para la agricultura

Un cubano emigrado en el año 1960, y su amigo nacido en Estados Unidos, serían los primeros en traer al modelo de tractor "Oggún" a operar en los campos cubanos.

 © Oggún llega a Cuba: Un exiliado cubano pronto estaría trayendo a Cuba tractores para la agricultura
Foto © Oggún llega a Cuba: Un exiliado cubano pronto estaría trayendo a Cuba tractores para la agricultura

Este artículo es de hace 7 años

El Congreso de Estados Unidos autorizó en el año 2000 la venta de productos agropecuarios a Cuba, pero sin autorizar créditos para esas transacciones. Desde entonces Cuba ha comprado a Estados Unidos algo más de $5,000 millones de dólares en alimentos, impulsada por los precios competitivos estadounidenses, a pesar de las restricciones vigentes.

Horace Clemmons y su antiguo amigo y socio de negocios, Saul Berenthal, se conocieron a principios de 1970, mientras trabajaban para IBM.

Berenthal tenía un puesto de venta en la oficina de la ciudad de Nueva York, y Clemmons trabajaba en Raleigh, North Carolina, en la rama de desarrollo. Trece años después, salieron de IBM y fundaron Publish Software International, una compañía de software de punto de venta, que vendieron catorce años después a la gigante Fujitsu.

Berenthal nació en Cuba en 1944 y se trasladó a la U. S. en 1960. Clemmons, por su parte, nació en Alabama. Ambos, ya sobre los 70 años, no están jubilados y sentados en el portal de sus casas; al contrario, continúan en la carrera de los negocios.

CLEBER

Luego que en febrero de este año 2016, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos aprobara la solicitud de la compañía Cleber (Clemmons & Berenthal) para que fuera la primera empresa norteamericana con base para construir y operar una planta de fabricación en Cuba, esta aún no había encontrado que hacer, hasta que Clemmons y Berenthal, se propusieron construir tractores de baja tecnología para las pequeñas explotaciones agrícolas. Ahora, la empresa, planea comenzar sus operaciones en el 2017.

Vencida ya la etapa de conseguir el visto bueno del gobierno de Estados Unidos, se han visto envueltos en las operaciones de logística, que incluyen, finalización del diseño, obtención de materias para su primer tractor, fabricación de prototipos para ser probados en Cuba, construcción de las instalaciones, negociar términos y condiciones con el gobierno cubano, y luego obtener una financiación por valor de $ 15 millones de dólares.

¿HACEMOS NEGOCIOS?

Berenthal había estado insistiéndole a Clemmons durante años para iniciar un negocio en Cuba, luego de haber estado observando cómo venían desarrollándose los cambios económicos en la isla. Le llamó especial atención un día en que Fidel Castro hizo referencia a que el modelo económico no estaba funcionando. Eso ocurrió en el 2010. Cuatro años después, en diciembre de 2014, cuando el presidente Obama anunció que la U. S. comenzaría el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, Berenthal llamó a Clemmons, y enfático le dijo: “Este es el momento. Vamos a hacerlo.”

CUBA: EL LUGAR

Cuba importa el 80 por ciento de sus alimentos a un costo de varios millones de dólares al año.

Casi el 70 por ciento de su superficie, alrededor de 19 millones de acres, es fértil, pero sólo el 40 por ciento se utiliza para la agricultura y la agricultura; según datos estadísticos, alrededor de 1 millón de personas, trabaja en ella.

El país, cuenta con una cifra cercana a las 200.000 granjas pequeñas, de propiedad privada, así como cooperativas regionales.

Según Mario González-Corzo, profesor de economía en el Lehman College de la City University de Nueva York, que nació y creció en Cuba y se especializa en la agricultura cubana, “todos los agricultores cubanos coinciden en afirmar que Cuba tiene el potencial para producir más, pero lo que hay que cambiar es el mecanismo de producción.''

La inmensa mayoría de los equipos agrícolas de la isla tienen más de 30 años de explotación. Funcionan a base de “remiendos”. Son equipos obtenidos en China o en la URSS, antiguos aliados comerciales. Reparar estos equipos cuando se rompen – y suelen romperse muy a menudo – se convierte en un verdadero dolor de cabeza para los agricultores, por el alto costo de las piezas de repuesto. Por tal motivo, muchos de ellos han vuelto a utilizar mano de obra de los animales, con yuntas de bueyes que algunas, aran un surco a la vez.

Tractor Oggún. foto: Bloomberg

Oggún

Oggún es el nombre del tractor. En la religión afrocubana o santería, Oggún es la deidad de la metalurgia. Guerrero y protector.

Oggún puede ser el primer tractor de código abierto del mundo, y parte de un modelo de diseño original aunque está fuertemente inspirado en el Allis-Chalmers Modelo G, que fue uno de los pilares del auge de la agricultura de la posguerra a finales de 1940 y principios de los 50 en los Estados Unidos.

Es un diseño escueto, con un bastidor tubular resistente, simple y abierto a los elementos. El conductor se sienta en lo alto para obtener mayor visibilidad; el motor está detrás, atornillado al bastidor entre las ruedas traseras. Su chasis, puede soportar un motor de gasolina o diesel de 18 a 25 caballos de fuerza, no exclusivo “americano”. Cleber tiene siete fabricantes americanos, japoneses, británicos, alemanes, o italianos, que pueden suministrar un motor compatible, lo que permite una mayor versatilidad, en pro de lo que se necesite.

De ejes ampliables en el frente y en la parte trasera, Oggún es ideal en la versatilidad que se requiera a la hora de plantar hileras de cultivos, la navegación por caminos estrechos, o transportar el tractor de remolque o la parte trasera de un camión. Incluso, los ejes traseros se pueden aflojar usando herramientas de mano. En la parte delantera, el marco tiene muescas cada dos pulgadas. Todo lo que el agricultor necesita hacer es alzarlo con el gato, quitar los tornillos, deslizar las ruedas delante, y poner los tornillos de nuevo.

Puede portar bajo su vientre, aperos de labranza adicionales, lo mismo un arado para romper el suelo, que un cultivador, que un “sembrador de semillas.”

“Es terriblemente simple”, dice Clemmons.

El precio del tractor estaría sobre los $ 10.000, un precio muy bajo para un tractor de calidad.

Inicialmente se prevé que las partes se fabriquen en Estados Unidos, y luego sean enviadas a Cuba para su ensamblaje en una planta que se piensa construir de 66.000 metros cuadrados.Dicha planta estará ubicada en el Mariel, cercana al puerto y a la zona industrial de desarrollo.

FUTURO A LARGO PLAZO

Berenthal cree que hay fundamentadas razones para que el negocio se expanda y prospere. Cleber no descarta que, con el tiempo, se puedan fabricar in situ las piezas, lo que conllevaría a contratar más empleados. El gobierno cubano se haría cargo de los recursos humanos.

“Si todo va bien – dice Berenthal -, la compañía podría obtener $ 100 millones de dólares en ganacias dentro de 10 años.” Incluso, tanto él como Clemmons, creen posible, una vez que estén creadas todas las condiciones y que la planta esté instalada en el Mariel, puedan comenzar a exportar desde allí, tractores a otros países de América Latina.

La gran pregunta es ¿cómo pudieran obtener esos 100 millones? ¿lo harán vendiendo tractor a tractor a los agricultores cubanos? ¿O sería el gobierno cubano, que al fin, y de una vez por todas pueda tener acceso a los préstamos financieros norteamericanos quien les comprara a “Oggún”?

con información de Bloomberg.com

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