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55 años, abogada...y maneja una Harley Davidson en Cuba

Cuentan que la legendaria actriz cubana María de Los Ángeles Santana fue la primera mujer en Cuba en pasearse en una Harley Davidson por todo el malecón habanero. Muchas décadas después, el movimiento de harlystas cubanos conoce bien a otra mujer que ha sabido ganarse un lugar en un mundo comúnmente habitado por hombres.

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Este artículo es de hace 7 años

Cuentan que la legendaria actriz cubana María de Los Ángeles Santana fue la primera mujer en Cuba en pasearse en una Harley Davidson por todo el malecón habanero.

Muchas décadas después, el movimiento de harlystas cubanos conoce bien a otra mujer que ha sabido ganarse un lugar en un mundo comúnmente habitado por hombres.

Adriana Domínguez es una cubana singular: abogada de 55 años y conductora de una Harley Davidson. Ambas, actriz y abogada, llegaron a conocerse y hasta posaron juntas en una foto.

Adriana es la esposa de un español que alquila Harleys en Cuba, y según ha confesado a la publicación Trend Privé Magazine, un día no le fue suficiente ir montada detrás de su marido y se planteó conducir una Harley ella misma.

Tuvo la suerte de que su esposo le acabara regalando una por su cumpleaños en el año 2006: una Harley de color rosa y púrpura.

Según su testimonio, al principio le costó introducirse en un mundo lleno de hombres que miraron con recelo la presencia de una piloto de Harley Davidson que fuera mujer.

Según declara:

“no me importa lo que piensen los demás y con el tiempo me gané el respeto de mis amigos y otros pilotos que celebran mi dedicación a las Harley. Me gustaría ver más mujeres que abrazan el hábito de Harley, he estado en motocicletas desde que era un adolescente. Se necesita habilidad para conducir una Harley antigua".

Adriana Domínguez relata que las mujeres cubanas que quieren montar, a menudo vienen a pedirle consejo, lo que considera que es una señal positiva.

Domínguez, habituada a las célebres motocicletas rusas que circularon durante décadas en Cuba: las Ural y las Minsk, debió acostumbrarse luego a la inigualable potencia de una Harley: “se necesita la coordinación, el equilibrio y la habilidad para conducir una Harley”, afirma.

Adriana precisa que prefiere montar en carretera porque las Harley se construyen para la velocidad y en las calles de La Habana, llenas de baches y de tráfico, no se puede hacer rugir verdaderamente una Harley a toda velocidad.

Aclara, no obstante:

"Conduzco con bastante cautela, pero es una carrera, me da una sensación de libertad, cuando uno va rápido en estas motos ruidosas y potentes, la gente nunca dejan de girar las cabezas cuando pasas. No hay dudas de cuándo es el sonido de una Harley Davidson."

Empuja Adriana su motocicleta desde el garaje de su casa y lleva a cabo el ritual de cada harlista para ponerla en marcha.

"Poner en marcha una vieja motocicleta es una gran tradición que se debe continuar con orgullo. Los procedimientos de partida se aprenden, y cada moto es un poco diferente, incluso en las mismas marcas y modelos cambia".

"Esa es la música!" grita Adriana, mientras se monta en su Harley y la hace rugir.

En los últimos años, los fabricantes de las icónicas motocicletas norteamericanas han intentado captar un abanico más amplio de clientes en todo el mundo.

Las mujeres representaron en torno al 12% de las ventas de motocicletas grandes en Estados Unidos en el año 2013, por ejemplo, lo cual ya constituye un aumento de la cuota del 30% en la última década. Harley no dice cuántas de sus motocicletas van a mujeres, aunque reivindica una cuota del 62% entre las compradoras de este segmento, lo cual significa que entregaría un 7% de sus motos a mujeres, porcentaje que podría ser mejorable para una compañía de su dimensión.

Especialmente, lo que quiere Harley-Davidson es llegar más a las mujeres, en las que encuentra un atractivo nicho de mercado de potencial crecimiento.

En Cuba, hay una harlysta mujer que ya tiene ese camino adelantado.

(Imágenes tomadas de lichterphoto; fotos de Michael Lichter)

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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide


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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide