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¿Café cubano? Solo el Estado puede venderle a Nespresso (Nestlé S.A)

El cultivo de café genera millones a quienes lo producen en el mundo entero; pero en todos los países no es así, y Cuba no es la excepción de la regla. Sus cultivadores en esta isla, tienen que "morir quemados" vendiéndole al Estado.

 © ¿Café cubano? Solo el Estado puede venderle a Nespresso (Nestlé S.A)
Foto © ¿Café cubano? Solo el Estado puede venderle a Nespresso (Nestlé S.A)

Este artículo es de hace 7 años

Una nota periodística aparecida en Diario de Cuba da cuenta de "la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) había rechazado, "en nombre de los caficultores cubanos", la posibilidad de vender directamente su café a EEUU", una respuesta a la noticia divulgada aquí en Cibercuba sobre la posiblidad que tendrían los productores directos de vender su café a los Estados Unidos, después que este gobierno aceptara incluir el grano entrea los productos que se le podrían comprar a Cuba.

La nota señala además que "la Nestlé exportara hacia EEUU café producido en Cuba" aunque se pregunta, con mucha justicia "¿Quién venderá el café cubano a Nestlé?"

Y ellos mismos se responden: el Gobierno cubano. Cualquier coincidencia con el personaje del "Jefe", en el popular programa humorístico de la televisión cubana de Pateando la Lata, no es pura coincidencia.

Aquel gritaba: "Cabo Ma(s)caoooooo" e instantes después dictaminaba certero: Que nadie toque nada; yo solo puedo tocar.

Con esto del café sucede lo mismo, y Diario de Cuba bien que lo refleja ilustrando la cruda realidad de quienes de verdad "sudan" el grano, ya sea en el Escambray o en el lomerío oriental.

Cultivar café no es nada fácil. Requiere trabajar en las lomas, y si se quiere - al menos en las condiciones cubanas es lo que se aconsejaría - hay que vivir en las lomas. Lejos de casi todo. No importa que haya una escuelita para los niños, o un médico de familia; vivir en las lomas tiene una complejidad solo superable por cultivar café en las lomas.

Arrancar el grano de la mata, envasarlo en las cestas, luego en los sacos, trasladarlo en mulos hacia los secaderos,... y bajo las leyes cubanas, que sancionan fuertemente a quien cojan vendiendo café "por la izquierda" uno pudiera esperar al menos que el Estado pagase el grano tanto o más que el sudor que equivale producirlo, pero no.

A decir verdad, es la misma práctica estatal socialista: controlarlo todo, principalmente en la economía. Un fenómeno que nunca, escúchese bien. nunca ha tenido resultados positivos: Solo ahora, y tras muchos años, el gobierno se ha percatado que las cafeterías que venden café (malo y aguado) en las esquinas de los barrios, con dos dependientas por el día y uno por la noche, y además, un administrador, no son rentables, y han decidido "abrir el abanico a los particulares" en la mal llamada gastronomía popular.

Pero los precios a los que sigue comprando el café a sus productores son una baratela, y para ser justos, este tema no es nuevo.

Sucedió en la colonia, con el llamado estanco del tabaco, en fechas posteriores al 1555, cuando Europa descubrió que "fumar" era "delicioso" e impuso leyes draconianas a los colonos de este lado de acá del Atlántico.

Luego sucedió igual con el café, y aquellos esclavos haitianos, y aquellas fincas regentadas por franceses en el Oriente cubano. Cuando acabó el oro, ellos descubrieron que había otro oro en la tierra.

No ha cambiado mucho desde entonces la situación, aunque los tabaqueros perciben mejores dividendos, pero el café en Cuba, es un tema aún muy caliente, y que pertenece al Estado.

A este, deberá comprarle Nestlé el café; mejor dicho, solo el Estado está autorizado a venderle el café a Nestlé.

con información de: Diario de Cuba

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