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Director y dramaturgo cubanoamericano estrena obra de Chéjov en Miami

Nilo Cruz, director y dramaturgo cubanoamericano y primer hispano ganador de un Premio Pulitzer de teatro, estrenará mañana en Miami "Tío Vania", una pieza "juguetona" como su autor, el ruso Anton Chéjov.

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Este artículo es de hace 7 años

Miami, 3 ago (EFEUSA).- Nilo Cruz, director y dramaturgo cubanoamericano y primer hispano ganador de un Premio Pulitzer de teatro, estrenará mañana en Miami "Tío Vania", una pieza "juguetona" como su autor, el ruso Anton Chéjov, el maestro del "subtexto" según sus palabras.

Cruz (Matanzas, Cuba, 1960) siempre quiso tener en su repertorio esta obra, según le contó a Efe en un descanso de uno de los últimos ensayos en el Miami Dade County Auditorium, donde "Tio Vania" estará en cartel del 4 al 14 de agosto.

Aunque vino a este país cuando tenía diez años, Nilo Cruz se siente en Miami como pez en el agua, tiene su equipo formado y trabaja con actores locales que ya conoce de otras puestas en escena. Cruz vive entre Nueva York y Miami y parece que su tiempo no alcanza, de acuerdo con la cantidad de planes que tiene en mente.

"Esta pieza tiene mucho que decir sobre lo que está ocurriendo hoy en día con el medio ambiente; los monólogos del doctor Ástrov son increíbles. Si ves el decorado, notarás que los árboles no están sembrados en la tierra, sino permanecen como en un limbo", comenta.

Además de director, Cruz también es dramaturgo y obtuvo un Premio Pulitzer en la categoría de Teatro en 2003 con la pieza "Anna in the Tropics" (Ana en los trópicos). Ha sido el primer latinoamericano en ganar ese prestigioso galardón.

Ahora acaba de cumplir el sueño de tener la obra de Chéjov en su repertorio, una obra que, según comenta a Efe, cambió definitivamente el estilo del autor ruso. Tanto es así, que Chéjov la reescribió, porque inicialmente se llamaba "El demonio del bosque", señaló.

"Esta es una pieza juguetona, de la misma manera que Chéjov era muy juguetón. Trató de indagar en la comedia. Chéjov decía que sus obras eran comedias, no dramas", dice Cruz entusiasmado.

Cruz destaca que hay personajes como el del Tío Vania que es "un bufón en resumidas cuentas" y opina que, posiblemente, "Chéjov estuvo inspirado en los bufones de Shakespeare", .

Larry Villanueva, Eduardo Serrano, Alexa Kuve, Ariel Texidó y Grettel Trujillo son los actores escogidos por Cruz para su "Tío Vania", que, además, cuenta con las actuaciones especiales de las reconocidas actrices cubanas Martha Picanes y Zully Montero.

Durante el ensayo, Cruz, vestido de una manera muy sencilla, se mueve entre los actores con extrema agilidad, carga sillas, retoca los decorados y arregla un traje si hace falta.

Es bilingüe, pero, para dirigir la escena, su cabeza se ordena en inglés. Aunque es cubano de origen, su cabeza es más "americana".

Preguntado sobre si le gustaría llevar "Tío Vania" a la isla se sorprende con la pregunta. Dice no pensar especialmente en Cuba, sino que ve a su país natal como una plaza más.

Hace teatro para el mundo, de eso está convencido. Ha visto algo de teatro de lo que, en todos estos largos años, ha llegado de la isla. Destaca al fallecido Aberlado Estorino y a directores como Carlos Celdrán y Carlos Díaz. Pero no más.

Él se siente parte del circuito teatral neoyorquino. De hecho, estrenó allí por primera vez en los años 90.

Cruz perteneció al Teatro Público de Nueva York. Es el colectivo que presenta las obras de Shakespeare en el Parque Central.

"Con esa compañía", recuerda, "presenté mi primera obra en Nueva York, 'Bailando de rodillas', que coincidentemente se desarrollaba en Miami, en los años 90. La presenté en 1996".

En octubre próximo estrena en Nueva Jersey su nueva obra, "Baño de Luna", según adelantó en la entrevista. Está escrita por él, de manera que vuelve a sus tiempos de dramaturgo, con la feliz oportunidad de dirigir el montaje.

Ajeno a la fama y más bien tímido, el creador cubano-estadounidense revela que comenzó dirigiendo. "Pero la dirección no me llenaba del todo", subraya.

Cuando se le pregunta qué más se puede pedir luego de un Pulitzer y de vivir entre Miami y Nueva York, su respuesta es sencilla: "claridad mental, inspiración para seguir haciendo mi trabajo. Claridad en la búsqueda de nuevos temas para explorar. Es lo que quiero. No me interesa la fama".

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