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El hércules cubano que representó a México con el “Frankenstein" de los uniformes olímpicos

Bredni es oriundo de Pinar del Río y antes de hacer carrera en su país adoptivo representó a Cuba en juegos panamericanos y en tres campeonatos mundiales con resultados más o menos alentadores.

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Este artículo es de hace 7 años

La delegación mexicana tenía cifradas sus esperanzas de alcanzar una medalla olímpica en levantamiento de pesas en los brazos de Bredni Roque, el único exponente del país azteca en la halterofilia masculina que compitió en los Juegos Olímpicos de Río.

El pesista alcanzó finalmente el quinto lugar en la categoría de menos de 69 kg con una marca de 326 kg.

Tras la obtención del diploma olímpico se ha visto envuelto en una polémica que se ha disparado en las redes sociales y en el mundo deportivo.

El hecho es que este guerrero del músculo decidió no salir a la arena de Río con el uniforme oficial de su selección por “mala gestión” de los dirigentes del Comité Olímpico Mexicano (COM), según ha explicado él mismo en su perfil en la red social Facebook.

En cambio, millones de espectadores lo vieron compitiendo con un traje con parches elaborado por el propio deportista para sentirse lo más cómodo posible en la competencia.

Quizás si se hurga en los records el “caso Bredni” sea el primero de su tipo en la historia del deporte olímpico.

El halterista quiso dejar clara su posición sobre el suceso. “Me gustaría aclarar lo que se ha estado manejando sobre por qué no utilicé el uniforme de México en mi competencia. Nunca me imaginé que mis primeros juegos olímpicos serían de esa manera, me quitaron la oportunidad de portar los colores de la bandera de México, y me obligaron a competir con la vergüenza e incomodidad de estar parchando marcas de la indumentaria que necesito (muñequeras, rodilleras, faja, calcetines y por supuesto la licra de competencia.) No es mi responsabilidad que no me den el equipo obligatorio que necesito para poder competir: rodilleras, muñequeras, faja, calcetines, y licra de competencia” explicó Bredni.

El deportista aclaró que no tenía otra opción que echar mano a este “uniforme” o de lo contrario no podría salir a la arena de Río.

“No tenía otra opción. Salí con la vergüenza de que México entero me estuvier a viendo lleno de parches, me da una tristeza profunda y vergüenza ver fotos de mi competencia con esa indumentaria, ya que yo esperaba poder representar con orgullo los colores de la bandera en mi uniforme”.

El halterista fue rotundo cuando terminó de plasmar la indignación en las declaraciones que publicó tras el final de la competencia.

“No fue capricho mío. Me dieron una licra talla XL cuando saben que este deporte mientras más ajustado este el uniforme mejor es para poder competir. No es responsabilidad mía y la FMLP (Federación Mexicana de
Levantamiento de Pesas) lo sabe desde el inicio del camino hacia los juegos olímpicos. Por qué esperaron 2 días antes de la competencia para darme a todas luces una licra de competencia inservible. Sin opción de poder hacerle ningún arreglo de última hora”, se pregunta el deportista.

“Me siento triste y avergonzado, pero me gustaría que sepan que me quitaron la oportunidad de portar el uniforme de México en unos juegos olímpicos”, remató.

A pesar de la situación y el evidente estrés psicológico del que fue presa al tener que arroparse con el “Frankenstein” de los uniformes olímpicos, Bredni no colgó los guantes y aseguró que continuará trabajando para mantenerse en la élite mundial de la halterofilia.

“Sentir a tantas personas apoyándome fue lo que me hizo levantar el último intento de arranque cuando ya ni fuerzas me quedaban. Fue el momento en que vi pasar toda mi preparación por delante de mí y pensé que no podría defraudar a todos los que estuvieron tan pendientes de mis resultados. Fue cuando apreté duro mis brazos y no dejé que se me cayera ese peso. Tal vez no llegué en la mejor forma como hubiera querido. Tal vez no competí de la mejor manera, pero me llevo una gran satisfacción de saber que hay infinidades de personas en todo el mundo apoyando mi carrera deportiva. No me daré por vencido jamás”, señaló este baluarte de las pesas latinoamericanas para luego dar paso a una frase que podría sorprender a quien no estuviera al tanto de la procedencia del deportista “mexicano”.

“Gracias por tanto a Cuba y a México” dijo y ahora algunos se preguntarán por qué sacó a relucir el nombre de la isla en su declaración de principios.

En realidad este pesista de alto rendimiento no nació en México a pesar de ser ya un icono del deporte de ese país. Bredni es oriundo de Pinar del Río y antes de hacer carrera en su país adoptivo representó a Cuba en juegos panamericanos y en tres campeonatos mundiales con resultados más o menos alentadores.

El pesista, de 69 kg y 1.60 metros de estatura, se naturalizó como mexicano en 2012 tras casarse con la pesista mexicana Carolina Valencia, quien había obtenido tres medallas de oro con la selección nacional de su país antes de retirarse del deporte activo.

Ubicado en el séptimo lugar del ranking olímpico, el halterista cubano ha desarrollado en México una carrera en ascenso. Alcanzó tres medallas de oro y estableció un record panamericano en envión en el XXV Panamericano de Halterofilia, en Cartagena de Indias, Colombia y derrotó al favorito, el colombiano Edwin Mosquera, quien venía de ser campeón juvenil.

Además también se colgó en el pecho el bronce mundial en la categoría de 69 kilos, un resultado inédito para México en la disciplina.

Para mayores méritos, la Federación Panamericana de Levantamiento de Pesas lo nombró como el Mejor Halterista de América.

A pesar de sus relevantes resultados en la arena internacional bajo la bandera de México, Bredni, evidentemente, no ha olvidado sus orígenes ni su preparación en la isla.

De ahí viene, sin dudas, esa frase en la que puso a Cuba en primer lugar al dar las gracias al mundo deportivo por haberlo seguido hasta ese quinto puesto, que, para Bredni, de seguro no es más que una nueva escala para continuar hacia la cima del Olimpo de las pesas.

Y esperemos, tanto por Cuba como por México, que así sea.

Y que, además, para futuras ocasiones, le entreguen al halterista un uniforme que esté a la altura de su clase mundial.

(Imagen tomada del perfil en Facebook de Bredni Roque)

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