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Se dispara el turismo norteamericano en Cuba

Los hoteles de Cuba están todos en "overbooking", o lo que es lo mismo: "no hay cama pa tanta gente"

Hotel Saratoga donde se hospedó Madonna © En.Wikipedia.org
Hotel Saratoga donde se hospedó Madonna Foto © En.Wikipedia.org

Este artículo es de hace 7 años

“Hay paro de ventas por todo este mes” informa, vía telefónica, la empleada de uno de los hoteles ubicados en los cayos al norte de Villa Clara, en el centro de Cuba. La misma respuesta de “overbooking” se escucharía al indagar en otras instalaciones de esa zona geográfica de la isla

En La Habana, CiberCuba confirmó un importante flujo de turistas especialmente canadienses, estadounidenses, españoles, italianos, alemanes, ingleses y franceses, dispersos por la parte colonial de la ciudad y a lo largo del malecón habanero.

Esa “postal” se corresponde con la noticia divulgada hoy en la prensa local sobre la llegada a Cuba de en el primer semestre de este año de dos millones 147 919 visitantes, un record que sobrepasa en un 11,7 % las cifras alcanzadas en el mismo similar del 2015.

En el reporte se detalló que después de Canadá y la comunidad cubana residente en el exterior, Estados Unidos es el tercer mercado emisor de visitantes a Cuba con un significativo incremento de 61,2 %. Le siguen Inglaterra, Alemania, España, México, Italia, Ar­gen­tina y Francia, cuyas visitantes también han aumentado durante la primera mitad de este año.

Algunos de los emblemáticos hoteles de la capital, sobre todo en la llamada Habana Vieja, no cuentan con plazas, pero en otros sí se encuentran, hasta para el mismo día.

Las especulaciones sobre el impacto en el turismo nacional del inicio de la “reconciliación” entre Estados Unidos y Cuba anunciada hace dos años aumentan casi a diario.

Para incrementar este “boom turístico”, que continuará cuesta arriba con la próxima apertura de los vuelos regulares entre Cuba y Estados Unidos liderada por las compañías estadounidenses Jet Blue y American Airlines, la nación caribeña ha acelerado la modernización de sus aeropuertos y la creación de 3.000 habitaciones, las cuales se sumarán a las 66.000 con que cuenta el sistema hotelero del país.

Además, la compañía cubana de telecomunicaciones ETECSA acaba de finalizar acuerdos de roaming y de interconexión directa con la estadounidense T&T, y la empresa norteamericana Starwood pasó a administrar el hotel Quinta Avenida, en la capital cubana y después tendrá a su cargo los hoteles Inglaterra y Santa Isabel.

“Cuando se pongan en marcha todos los proyectos de inversión extranjera y los negocios con las empresas estadounidenses se resolverán muchos problemas en la economía cubana”, comenta uno de estos choferes privados que exhibe detrás del parabrisas de su vehículo banderitas de Estados Unidos y Cuba debajo de las cuales guarda un abultado fajo de billetes.

Algunos calculan el potencial anual desde la Unión Americana en un millón y medio de visitantes mientras se habló de una primera “oleada” movida por la curiosidad de la “isla prohibida” por décadas y una segunda mucho menor, que se estabilizaría en torno al medio millón.

Dietmar Fischer, un turista alemán, jubilado, oriundo de Dresde, habló con CiberCuba mientras caminaba cuesta arriba por la calle San Lázaro que comienza (¿o termina?) a los pies de la escalinata de la Universidad de La Habana. “Me gustaría que Cuba conservará su imagen y no cambie con los negocios con compañías extranjeras cuando se elimine definitivamente el embargo” dice.

”He hablado con gentes, unas están escépticas, pero la mayoría anda optimista ante este nuevo contexto.”

“Ha habido un fuerte aumento de turistas estadounidenses en nuestra instalación desde hace más de un año,” opina una funcionaria de un hotel cercano, el Habana Libre, al preguntársele si se había notado un incremento de huéspedes estadounidenses. “Los mismos grupos de otros años se han incrementado considerablemente en el hotel”, añade.

En el 2015 había sido visitado fugazmente por la famosa Paris Hilton, quien entró de sorpresa al lugar para dirigirse a su tienda de habanos. El hotel había pertenecido a su bisabuelo antes de ser confiscado por la Revolución en los años 60 cuando se llamaba Habana Hilton. Esa noche la célebre chica se tomaría fotos en la clausura de un festival de los conocidos tabacos habanos.

Los que rentan habitaciones o son dueños de “paladares” (restaurantes domésticos) están haciendo su “agosto” sobre todo aquellos que sus negocios se han hecho célebres, por diversas razones, entre ellas las visitas de las celebridades del mundo del espectáculo como Rihanna, Katy Perry, Mick Jagger, Usher, Madonna, o el alemán Karl Lagerfeld, quien realizó un inédito desfile de la marca de modas Channel en La Habana.

”Los “americanos” prefieren los platos individuales del menú más que las ofertas, y piden varias bebidas, además que dejan buena propina” asegura Juan Sánchez, un empresario privado, que se dice estar “listo” para recibir a los “yumas” como suelen llamar popularmente a los norteamericanos.

La ley del bloqueo impide que los norteamericanos viajen en calidad de turistas a la nación caribeña, y sanciona a quienes burlen el veto, pero en Cuba los llaman como tales aunque sus viajes sean por motivos culturales religiosos o educativos y estén incluidos en las 12 categorías de visitantes aprobadas por el presidente Barack Obama.

Las autoridades cubanas descartan que se produzca un súbito aluvión de visitantes del Norte.”No habrá tal, afirmó el ministro del turismo, Manuel Marrero, sino un proceso gradual y hoy tenemos capacidad instalada para mucho más de los tres millones que recibimos en 2014".

Por su lado un ex militar y experto náutico dijo que unas 60 000 embarcaciones de recreo podrían llegar a Cuba desde Estados Unidos anualmente si se eliminan totalmente las restricciones. ”Y es un número conservador” aseguró el comodoro José Miguel Díaz Escrich que pasó 30años en la Marina de Guerra cubana y casi 20 en el turismo, tiempo en el que fundó el Club Náutico Internacional “Hemingway” en 1992 y que hoy cuenta con más de dos mil socios de 50 países y un muelle para más de 400 yates.

Aunque no esperaba de la noche a la mañana una avalancha de turistas norteamericanos reconoció la inexistencia de una infraestructura tanto de marinas, astilleros o de varias técnicas para el mantenimiento y reparación de embarcaciones, y del suministro necesario, para asumir el reto

"Pero cuando vengan, más que prepararnos en muelle lo debemos estar en regulaciones para evitar las depredaciones del ambiente marino" como dice ha visto en otras islas cercanas.

Mientras los pronósticos de oleadas de estadounidenses aumentan junto a los intereses de sus empresas , que esperan el momento de la supresión de las restricciones – algo complicado con el actual control de las Cámaras por los republicanos- , los cubanos no le prestan demasiado atención a las especulaciones y continúan enfrascados salir a la calle para realizar sus labores diarias.

Y entre ellas continúa la lucha a pecho descubierto por subirse encima de un almendrón ( los que tienen los diez pesos para costear el pasaje, lógicamente), esas reliquias rodantes que han tornado más difícil el transporte público con el incremento del pasaje y sus mil malabares para seguir comprando la gasolina en el mercado negro y torturar el debilitado bolsillo de los cubanos.

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