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Ex judoca cubana Yurisel Laborde: “Siento que tengo todo lo que necesito en mi vida”

Dos veces sub campeona del mundo, en Alemania 2001 y Tokio 2003, dos titular del orbe en el Cairo 2005 y Río 2007; tercera en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Yurisel Laborde era favorita para imponerse en la fiesta olímpica de Beijing en su división de los 78 kilos; sin embargo, la santiaguera tomó una decisión para muchos insospechada y abandonó el equipo meses antes de los Juegos, en un Panamericano del deporte que tuvo por sede a Miami, Estados Unidos.

Yurisel Laborde © Facebook Yurisel Laborde y Ecured
Yurisel Laborde Foto © Facebook Yurisel Laborde y Ecured

Este artículo es de hace 7 años

Durante la primera década del presente siglo, entrar en el colchón del equipo femenino de judo situado en el centro de alto rendimiento Cerro Pelado, era visitar parte de lo mejor de este ancestral arte marcial en el planeta. Guiadas por el Buda Mayor, el profesor Ronaldo Veitía, muchas judocas posaban bien alto su mirada y es que él, lo que tocaba lo convertía en campeonas.

Una de estas chicas, de fuerte constitución física y dulce mirar era la santiaguera Yurisel Laborde, quien nos relata su historia.

“Llegué al seleccionado nacional en el 1996. Todo surgió un día que estaba sentada en el tatami del Cerro Pelado esperando a que mi amiga Yahíma Menéndez terminara de entrenar. En ese momento, el profe Veitía me vio y me preguntó si era judoca y le dije que sí. Luego me dijo si quería pelear y mi respuesta fue sí. Cuando terminó el tope se interesó por mí; yo le dije que estudiaba en la ESPA (Escuela de Perfeccionamiento Atlético) nacional, y entonces me dijo: “cuando comience el curso escolar espera tu boleta que vienes para el equipo”.”

En ese momento la muchacha de la tierra caliente no le creyó y ¡cuál sería su sorpresa cuando a principios de septiembre llegó su boleta para el equipo grande!.

Sin embargo, con anterioridad nada había sido fácil para Yuyú. El sobrenombre de Yuyú viene desde los trece años en la EIDE de Santiago. “En ese año todo el equipo femenino comenzaba su nombre con Y. La capitana me iba a llamar y no recordaba mi nombre y en lo que trataba de acordarse del mismo dijo Yuyú, y ahí mismo se me quedó”.

Tras dos meses en un área especial en su natal Santiago, su madre hizo gestiones para entrar en la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva) indómita, pero allí prácticamente la desecharon por su bajo peso corporal y “por no tener cara de judoca”, hasta que logró convencer al preparador Luis Enrique Senón y ahí prosiguió por la pirámide hasta la selección juvenil en el 1995 luego de haber ganado los Juegos Escolares de ese mismo año en Cienfuegos.

Dos veces sub campeona del mundo, en Alemania 2001 y Tokio 2003, dos titular del orbe en el Cairo 2005 y Río 2007; tercera en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Yuyú era favorita para imponerse en la fiesta olímpica de Beijing en su división de los 78 kilos; sin embargo, la santiaguera tomó una decisión para muchos insospechada y abandonó el equipo meses antes de los Juegos, en un Panamericano del deporte que tuvo por sede a Miami, Estados Unidos.

“Decido quedarme por varias razones, la fundamental, sentimental pues me casé con el que hoy es padre de mis dos hijos, un judoca puertorriqueño, y desde entonces vivo en la Isla del Ensueño y soy muy feliz. Anthuane y Thiago Fabian, de cinco y tres años, respectivamente, son la razón de ser de mi vida.”

“¿Que qué se siente al abandonar a los tuyos? Créeme que muy mal, abandonar a mi entrenador que tanto había hecho por mí, dejar detrás a mis compañeras que éramos una familia, olvidar mi sueño dorado de un cetro olímpico. No, no fue fácil. Lo pensé, no creas que fue un arranque. Pero, como siempre nos decía el profe Veitía, era un momento de decisión no de titubeos.

Soy una mujer sumamente feliz por así decirlo, siento que tengo todo lo que necesito en mi vida y aún más por los dos príncipes que Dios me regaló, fanática a los perfumes y a las flores. Mi perfume favorito es el By Flower de Kenzo y mi flor favorita, el girasol, que tanto tiene que ver con la Virgen del Cobre, la patrona de Cuba. Esos son los regalos que más disfruto. Además soy una compradora compulsiva. Ir de shopping y comprar zapatos, ropas y carteras, es mi hobby. Me gusta bailar casino y todavía algo de reguetón”.

Quien haya conocido a Yurisel Laborde con su kimono puesto, dando estrellones a diestra y siniestra, en los tatamis del planeta, no la relaciona con esta bellísima y refinada mujer que hoy día transita por las calles de la bella isla de Boriquen.

Actualmente trabaja en la policía Municipal de Guaynabo con niños en un programa llamado Liga Atlética, algo que la apasiona sin olvidar jamás sus diarios ejercicios que la mantienen esbelta y saludable.

“Hoy a mis 37 años puedo decir que soy una mujer realizada, he vivido diferentes etapas de mi vida y cada una de ellas me han dejado grandes experiencias. Estoy orgullosa de mí y sobre todo de mi gran madre que me enseñó a luchar por mis sueños; ella, la que siempre estuvo en todo momento para apoyarme. A ella le debo todo cuanto soy”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos