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Vecinos de Baracoa culpan a Oficina del Historiador por destrozos de Matthew en zona patrimonial

La gran mayoría de las casas coloniales, de un solo nivel con puntal medio-alto, quedaron a la intemperie. Colchones, juegos de sala y equipos electrodomésticos se secaban al sol en los portales. 

Baracoa © CiberCuba
Baracoa Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 7 años

Algunos habitantes de la zona patrimonial que acoge la ciudad de Baracoa, primera villa fundada en Cuba por Diego Velázquez, atribuyen la mayoría de los daños causados por Matthew en las viviendas particulares a decisiones tomadas por autoridades de la Oficina del Historiador (OHCH).

Según comentaron a esta redactora vecinos del área que colinda con la iglesia Parroquial baracoense, la alta dirección de la OHCH prohibió estrictamente cualquier tipo de modificación o actualización de los hogares que formaran parte del baluarte arquitectónico de la villa.

“La gente quería tirar placas (techar con hormigón) en sus casas, y así evitar filtraciones a través de las tejas, que son de cerámica y a veces no son muy útiles cuando empieza a llover fuerte”, relató Marta, arrendadora en divisa que vive en el centro de la ciudad.

“Pero no los dejaban, ahora mira cuál es el resultado, casi todas las casas sin techo, esperando a que les entreguen las tejas de cerámica que son de las menos comunes”, acotó.

Luego de un amplio recorrido a finales de octubre por la Ciudad Primada, CiberCuba pudo constatar el testimonio de la casera. La gran mayoría de las casas coloniales, de un solo nivel con puntal medio-alto, quedaron a la intemperie. Colchones, juegos de sala y equipos electrodomésticos se secaban al sol en los portales.

Las tejas francesas de color rojo vivo, que distinguen el techado a aguas de los inmuebles, brillaban por su ausencia más de diez días después de que Bayamo anunciara su colaboración con el traslado de este accesorio en grandes cantidades a Baracoa.

Marta da gracias a Dios por no haber tenido que abandonar su hogar para guarecerse, como el resto de sus vecinos. Su casa, de dos pisos, es de construcción moderna y se encuentra en perfecto estado gracias al arrendamiento de tres de sus habitaciones, actividad económica que logra sustentar a toda la familia.

“¡No me toquen nada! A Baracoa hay que dejarla como estaba antes”

Su esposo, José, que ha recogido el sentir de algunos de sus vecinos más afectados, asegura que existe un estado de malestar general en el barrio, pues todos “veían venir la desgracia”. Sin embargo, “creo que veremos la luz al final del túnel”, comenta.

“Eusebio (Leal, director de la OHCH) fue el primero que llegó a Baracoa, antes que nadie, eso da muestra de que existe una preocupación de su parte”, explicó.

José está seguro de que las decisiones de Leal serán diferentes; según él, el historiador llegó exaltado a la villa y expresó a viva voz: “¡No me toquen nada! A Baracoa hay que dejarla como estaba antes”.

“Eso nos quita un peso de arriba, porque sabemos que por lo menos hay una fuerte intención de devolvernos la ciudad a como era antes de Matthew”, concluyó.

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