“No creo que eso sea justo”, dijo Donald Trump sobre los beneficios migratorios a cubanos en Estados Unidos, en entrevista al Tampa Bay Times el pasado mes de julio.
Hoy el magnate es el nuevo presidente electo de ese país norteño, lo cual no solo deja las relaciones entre ambas naciones en una especie de limbo, sino que aumenta la expectativa sobre las decisiones de corte migratorio que pueda tomar el nuevo mandatario, abiertamente xenófobo e inconforme con el actual acercamiento a Cuba.
No es un total absurdo pensar entonces que, si con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington aumentó considerablemente la cifra de emigrados cubanos, quizá se aproxime ahora una nueva y más potente avalancha de isleños, temerosos de que Trump ponga marcha atrás a esta vieja legislación.
En dos años, unos 115 mil 808 cubanos han entrado de manera irregular por puntos fronterizos del territorio estadounidense, más de 93 mil de ellos durante la etapa de deshielo, apunta el periodista Wilfredo Cancio en la plataforma de noticias Yahoo.
“Las travesías marítimas desde la isla también se han multiplicado. En el 2016, el flujo migratorio, que incluye interceptados o avistados en el Estrecho de la Florida y zonas adyacentes del Atlántico y el Caribe, así como los que logran llegar a la costa, alcanzó los 7,358 cubanos, cifra superior a los 4,473 del período anterior”, destaca el articulista.
La publicación recuerda que los embates contra la ley, en vigor desde noviembre de 1966, se redoblaron en el Congreso desde 2015, cuando dos congresistas, el republicano Paul Gosar (Arizona) y el demócrata Henry Cuéllar (Texas), presentaron sendas propuestas legislativas para eliminar la Ley.
Otro proyecto, propuesto en Washington por el representante floridano Carlos Curbelo, se presentó para modificar la misma ley mediante una cláusula que modificaría la ayuda del programa para refugiados a la obtención del asilo político. Hasta el momento, la iniciativa de Curbelo cuenta con el apoyo de 128 congresistas.
De acuerdo con datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la referida modificación legislativa de la Ley de Ajuste ahorraría unos 2,500 millones de dólares en 10 años en gastos gubernamentales.
“La Ley debe preservarse como un beneficio migratorio para todos los cubanos que deciden escapar por persecución política o por falta de oportunidades bajo un sistema totalitario”, dijo a Yahoo Noticias Willy Allen, abogado de inmigración citado por Cancio. “Pero no los beneficios extendidos a personas que vienen a desangrar el sistema público o a recibir una ayuda del Seguro Social en un país donde jamás trabajaron”, acotó.
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