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Ex-embajador de Perú en Cuba: “Fidel Castro me dijo ‘yo sé matar, tú no’”

Ernesto Pinto-Bazurco se había comprometido a no difundir detalles de la crisis conocida como "Exódo de la Embajada del Perú" hasta la muerte de Fidel Castro.

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Foto © Pronoticias

Este artículo es de hace 7 años

En 1980 el embajador de Perú en Cuba era Ernesto Pinto-Bazurco Rittler. Ese año, el 4 de abril, se desató una difícil crisis diplomática entre ambos países, cuando más de 10.000 cubanos ingresaron por la fuerza en el recinto de la embajada.

Pinto-Bazurco se había comprometido a no difundir detalles de la crisis hasta la muerte de Castro, según informó al diario El Comercio, que ha publicado recientemente un reportaje que aporta pasajes hasta ahora desconocidos de ese hecho histórico.

El exembajador ha revelado cómo fueron las negociaciones con Fidel Castro en aquel difícil momento.

Según ha destacado Pinto-Bazurco, un momento especialmente tenso fue cuando a sus planteos jurídicos, Fidel le respondió: “Bueno, pero hay una diferencia bien grande, yo sé matar, tú no”.

Sobre lo ocurrido ese día, describe:

“El 4 de abril de 1980 ingresaron 10.834 personas. Para tener una visión de cómo era la situación, había cinco personas por metro cuadrado. Ello era una señal de que había una enorme presión social y una enorme necesidad por salir del país”.

Pinto-Bazurco ha relatado que, presionado por su entorno, Fidel Castro reclamaba a algunas personas de las que estaban en la embajada. Eso complicó todavía más la negociación.

Y precisa:

“La exigencia era entregar a algunos. Curiosamente, la exigencia era más de su entorno [...] En las dictaduras son los entornos los que quieren ser fuertes, hacen méritos. Yo los escuchaba con paciencia, pero ya nos habíamos entendido con Castro. Le dije: ‘Mire, este no es problema mío, ni del Perú, yo me voy mañana y ustedes se quedan con el problema, acá hay que tratar de solucionar’”.

El exdiplomático ha destacado que Fidel Castro ejercía presión sobre él a partir de la falta de capacidad de la embajada para a mantener a más de 10.000 personas dentro del recinto.

Sin embargo, Pinto-Bazurco le respondió que si empezaba a morir la gente, él iba a ser responsable de los muertos.

Luego tuvieron otra conversación:

“La escena fue dramática, porque se apagaron todas las luces del sector. Pensé que venía la fuerza a atacar o venía Castro. De pronto se acercó sigiloso para que no lo vieran, lo invité a pasar, pero no aceptó. ‘Más seguro es mi auto’, dijo. Nos fuimos a dar vueltas en el malecón. Fue una conversación seria, profunda, por momentos dramática. Pero se solucionó porque hubo la garantía de que a esta gente no le iba a pasar nada”.

Como parte de las negociaciones, se acordó que no fueran llamados “asilados” ni “refugiados” quienes estaban en la embajada sino “ingresantes”.

A ello se suma que cada uno de los más de 10.000 cubanos saldrían con salvaconducto, menos tres.

¿Quiénes fueron esas tres personas? Según el relato de Pinto-Bazurco:

“Un policía de tránsito que se llamaba Ángel Gálvez, quien ingresó a la embajada simulando que traía una correspondencia y no salió. Entonces, el gobierno lo calificó como desertor y miembro del Ministerio del Interior y le correspondía la pena de muerte. No calificaba para el salvoconducto […] Los otros dos, uno fue el chofer del autobús que estrellaron contra la embajada para ingresar. A él lo habían acusado de ser el responsable indirecto de la muerte de uno de los custodios que falleció cerca del lugar. La otra persona se quedó por miedo. Posiblemente, era un agente del Ministerio del Interior”.

Esas tres personas vivieron hasta 9 años en la embajada, pero a la larga acabaron saliendo del país, según describe el exdiplomático.

Ahora que Fidel Castro ha muerto, Ernesto Pinto-Bazurco Rittler ha anunciado que piensa publicar un libro titulado “Democracia y libertad”, sobre ese episodio de la historia común de Cuba y Perú.

Sobre esos momentos de 1980, sentenció:

"El gran problema es que Castro estaba acostumbrado a dos tipos de persona: los que lo adulaban y los que le tenían miedo. Yo ni lo adulé ni le tuve miedo".

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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide


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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide