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Colaborador de TV cubana niega que Fidel fuera buen beisbolista

“Aunque él (Fidel) nunca lo desmiente, pero siempre le gustaba que se dijera eso, él nunca fue un gran jugador de béisbol”, asegura ex diplomático convertido hace unos años en historiador televisivo de la pelota.

Fidel jugando al beisbol © Juventud Rebelde
Fidel jugando al beisbol Foto © Juventud Rebelde

Este artículo es de hace 7 años

“Es mentira ese cuento que hacen por ahí que Fidel iba a ser firmado por el Washington, eso es mentira” dice Ismael Sené, un oficial retirado del gobierno y colaborador de la televisión cubana en espacios sobre la historia del béisbol.

En una entrevista con una cadena hispana de los EE.UU, Sené bosqueja el papel del líder fallecido el pasado 25 de noviembre en el desarrollo del llamado deporte nacional de la Isla y emite su opinión sobre el llevado y traído relato beisbolero de Castro y el ofrecimiento de contratos de Grandes Ligas cuando era un joven universitario.

“Aunque él (Fidel) nunca lo desmiente, pero siempre le gustaba que se dijera eso, él nunca fue un gran jugador de béisbol”, asegura el ex diplomático convertido hace unos años en historiador televisivo de la “pelota.”

En un interesante articulo, "Fidel y el béisbol" , el investigador estadounidense Peter C.Bjarkman ofrece con lujo de detalles cómo se ha tejido esta leyenda sobre la presumible “aterradora recta” de Castro que lo podría haber llevado al béisbol profesional.

“Fidel y el béisbol siguieron estando inevitablemente vinculados durante los 49 años del mandato activo de Castro en la Cuba Revolucionaria, y el máximo líder inevitablemente cambiaría el rostro y enfoque de las fortunas beisboleras en la isla tanto como cambió dramáticamente el resto de lo que constituía la sociedad cubana. Pero fue solamente como testaferro político y máximo líder —no como legítimo pelotero—que Fidel Castro surgió como una de las más notables figuras que se encuentran en cualquier parte de la historia del béisbol cubano. Como lanzador no fue tal solo la borrosa esencia de un mito imparable” fue la conclusión de su relato.

“Sin haber lanzado jamás una recta seria o incluso sin haber bateado con potencia, Fidel estaba destinado (…) a dejar un impacto más grande en el pasatiempo de la nación que muchas otras generaciones completas de estrellas que en el diamante golpeaban sus guantes o empuñaban bates” apuntó en el final de su artículo.

Las autoridades cubanas empezaron a permitir se volviera a hablar de las Grandes Ligas y del deporte profesional en general recientemente. Incluso se ha producido un acercamiento con las Grandes Ligas en un intento de atenuar la fuga ilegal hacia la Gran Carpa.

El único deporte que aún permanece vetado en la difusión pública es el boxeo femenino, un hecho paradójico con las buenas intenciones de la política de igualdad de géneros que se lleva a cabo en la isla alentada por la sexóloga Mariela Castro, hija del presidente Raul Castro.

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