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La inyección de aceites para lucir “musculosos” es una práctica peligrosa

Esta es una tendencia reciente en Cuba y encuentra sus seguidores entre jóvenes y adolescentes preocupados por mejorar su apariencia física.

Riesgos inyección sustancias fisiculturismo © Guerrillero
Riesgos inyección sustancias fisiculturismo Foto © Guerrillero

Este artículo es de hace 7 años

En la provincia de Pinar del Río se ha popularizado la inyección de aceites de diferentes tipos en brazos, antebrazos y muslos para incrementar el volumen de estas zonas y que los jóvenes “luzcan más atléticos”.

El uso de sustancias como el aceite de cocina, el aceite de maní, la testosterona y hasta el synthol para promover el incremento de la masa muscular es una práctica que no es infrecuente entre los jóvenes cubanos y puede provocar efectos secundarios como trombos, quistes y parálisis de las fibras musculares, e incluso, se ha producido paro cardiaco si los productos químicos inyectados pasan directamente a la corriente sanguínea produciendo lo que se conoce como un embolismo.

Esta es una tendencia reciente en Cuba y encuentra sus seguidores entre jóvenes y adolescentes, preocupados por mejorar su apariencia física.

La inyección de sustancias de este tipo en zonas como el brazo, el antebrazo, los muslos, pudiera tener dos efectos adversos uno mecánico y otro químico.

El mecánico se produce al inyectar el líquido en un área “cerrada” como es el brazo o en antebrazo, lo que genera un aumento de la presión que comprime las estructuras que allí se encuentran (nervios, vasos sanguíneos, los músculos). Esta compresión hace que la sangre no llegue adecuadamente a los tejidos y se produce una necrosis o muerte celular.

Las sustancias que se están inyectando no están diseñadas para ser absorbidas en esas zonas, no son biocompatibles y esta falta de absorción, conjuntamente con la muerte celular propicia la infección.

Es así como se desarrollan abscesos y celulitis que son graves y que generalmente se producen porque las personas que aplican estas sustancias no utilizan las técnicas adecuadas de desinfección y tampoco conocen las características anatómicos de las áreas donde realizan la inyección.

Para tener un cuerpo musculoso hay que ir al gimnasio, sudar. Lo otro, es poner en riesgo la vida, es exponerse a una infección severa, a dolorosas curas y a quedar con cicatrices de por vida.

El uso de productos químicos a la larga provoca daño.

Para ser un buen fisiculturista se debe dejar de consumir grasa, sal, azúcar, comer carbohidratos, hacer un entrenamiento dosificado, ser disciplinado, no ingerir bebidas alcohólicas y tener una vida tranquila.

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