El Nuevo Herald pide a Obama que deje pasar a los cubanos varados en la frontera

En los últimos días, han sido varios los medios de prensa independientes o vinculados a Estados Unidos ―y en particular a Miami― que han expresado su solidaridad con los cubanos que se encuentran varados en diversos puntos de entrada a Estados Unidos.

Hay que recordar que el pasado jueves 12 de enero, la Casa Blanca hizo pública una orden ejecutiva que eliminó la política ―vigente desde 1995 y conocida como “Pies secos, pies mojados”― que concedía determinados privilegios a los cubanos que arribaban a suelo norteamericano.

Tal como expresa El Nuevo Herald en un reciente Editorial, tras la nueva medida, que ha sido de curso inmediato:

"Algunas familias quedaron separadas a última hora porque algunos eran procesados en la Patrulla Fronteriza antes de que la orden del Presidente entrara en vigor, el jueves por la tarde, mientras otros esperaban en la fila –algunos desde muy temprano en la mañana– y se les denegó el privilegio de entrar en Estados Unidos. Esas personas ahora están atrapadas en un limbo. Si regresan a Cuba, no los van a tratar amablemente, y no pueden quedarse en Centroamérica o en México mucho tiempo sin afrontar la deportación".

En el citado texto, El Herald hace un pedido que nos parece justo y oportuno:

“permitir que todo el que pueda probar que salió de Cuba el 12 de enero o antes sea acogido en Estados Unidos bajo las viejas reglas de pies secos”.

Y añade:

“Esta es la oportunidad del presidente Obama de terminar su mandato con un gesto humanitario. Puede enmendar su orden presidencial y permitir a los cubanos que puedan demostrar que habían salido de Cuba el 12 de enero o antes, que terminen su viaje y reciban un permiso de trabajo a su llegada a Estados Unidos”.

Desde CiberCuba compartimos también el deseo de que los cubanos que se encuentran varados en su camino hacia Estados Unidos, tengan la oportunidad de llegar a su destino.

Luego vendrá el reto de asumir los nuevos tiempos, pero ahora mismo no es justo dejar a cientos de personas en medio de la nada, obligados a regresar a un lugar donde, en muchos casos, ya no les espera ni una casa, ni pertenencias de ningún tipo.