Amanezco hoy con la turbulenta noticia de que un sismo de magnitud 5.8 en la Escala Richter sacudió a Santiago de Cuba siendo las 4:08 de la madrugada de este 17 de enero de 2017. El epicentro se localizó 85.0 km al suroeste de Chivirico, municipio Guamá, a 10 kilómetros de profundidad. La distancia con respecto a la Ciudad Héroe no impidió el sentirse fuerte en ella. Sonó el temblor con tal vibración que en todas las provincias orientales hasta en Las Tunas fue perceptible.
La fecha coincide exactamente, aunque no en la misma hora, con la anomalía de sucesión de movimientos telúricos que comenzó el pasado año al suroeste de la ciudad de Santiago.
El temblor de esta madrugada es el segundo perceptible del año 2017.
Pero sigo en Haití, alejado de mi patria, del calor de los míos, de mi sensible Santiago. Añoro seguir minuto a minuto cada réplica sin perderle la pista a las removidas de la tierra. No desde casa ni en el trabajo, sino en el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), allí donde me abrieron las puertas para siempre. Desde donde el periodismo es más creíble, donde las alarmas avisan más rápido que una llamada telefónica y las pantallas marcan cada latido de la tierra.
Anhelo a estas horas de incertidumbre y temor para mi pueblo informar a mi gente, a los internautas del mundo en cuya memoria vive Santiago de Cuba, un familiar, un amigo, o en cualquier rincón del suroriente del país. Se verifican posibles daños materiales en la provincia Granma. Hasta el momento ni muertos ni heridos por el zarandeo madrugador.
En comunicación desde Haití con la especialista Larisa García, del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, se registró una réplica perceptible a las 4:28 am, hora local, magnitud 3.5 y profundidad 6.1 km en la misma zona del epicentro.
Se reportan hasta el momento más de 47 réplicas, a unos 29 kilómetros del poblado El Uvero.
Publicado originalmente en FB de Cuscó Tarradell
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