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Habitantes de provincias orientales y centrales cubanas sufren la intensa sequía

Por municipios, la situación más tensa se localiza en Trinidad, uno de los polos turísticos más visitados de Cuba.

 © IPS/Jorge Luis Baños
Foto © IPS/Jorge Luis Baños

Este artículo es de hace 7 años

La Habana.- Reportes de las direcciones territoriales del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos señalan que las represas de provincias como Santiago de Cuba, Guantánamo, Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Villa Clara, se encuentran por debajo de 50 por ciento de su capacidad de almacenaje.

Tan solo en Santiago de Cuba, los 11 embalses registran solo 47 por ciento de sus capacidades, con el panorama más crítico en los municipios de Guamá y Tercer Frente y en los reservorios que abastecen a esta ciudad y la de Palma Soriano.

Con solo 86 por ciento de la media histórica de lluvias en el territorio, el 2016 se comportó como un año moderadamente seco. Desde 1973 hasta el pasado año, solo 11 calendarios superaron el promedio histórico, indican especialistas.

“La situación está tensa, ya no sabemos qué hacer para almacenar agua. La sequía nos ha hecho aprender su verdadero valor. Quien la deja botar es porque nunca la ha tenido tan escasa como la tenemos ahora. La reciclamos, la última vez, para descargar el baño”, comentó Sancristóbal.

Esta mujer lleva la ropa sucia acumulada a lavar en su centro de trabajo, adonde suministran el agua por camiones.

No es menos crítica la situación en la más oriental de las provincias cubanas, Guantánamo, donde la intensa sequía amenaza el abasto a la población y con restringir aún más la entrega de agua para el riego, de acuerdo con el parte emitido el pasado 15 de enero por la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos.

Ese territorio, indicó la prensa local, sigue padeciendo una sequía meteorológica, debido a la continua escasez de lluvias.

Según especialistas, ese fenómeno da origen a los tres restantes tipos de sequía: la hidrológica, agrícola y socioeconómica, que reciben esos calificativos, respectivamente, cuando afectan a las aguas superficiales y subterráneas; las necesidades de un cultivo, y el abasto a la población y a la economía.

En Camagüey, donde se acumula apenas 34,7 por ciento de la capacidad total de los embalses, se afecta el abasto de agua a los municipios de Santa Cruz del Sur, Esmeralda y Sierra de Cubitas, con restricciones en los horarios de bombeo y el suministro a través de carros cisterna que extraen el agua de pozos cercanos.

Las autoridades de la provincia central de Ciego de Ávila adoptaron acciones emergentes para mitigar los daños como construcción de nuevos pozos y conductoras, supresión de salideros y mejoramiento de las redes para distribuir mejor el líquido en la cabecera provincial.

El sector agrícola hasta tuvo que paralizar unos 900 sistemas ineficientes de riego.

En el territorio las presas almacenan 18 por ciento de su capacidad, mientras el manto freático acumula menos de 30 por ciento de su volumen.

La escases de agua se acentúa en los municipios de Florencia, Primero de Enero, Ciro Redondo y Ciego de Ávila, donde casi 50.000 personas reciben agua por carros cisternas, dijo a la prensa local Héctor Rosabales, director provincial de Acueducto y Alcantarillado.

Más al centro, en Villa Clara, medios locales alertaron que disponen de 455 millones de litros, es decir, el 45 por ciento de las posibilidades de abasto, lo que provoca afectaciones en el riego de cultivos como la caña y el arroz.

Sobresalen en ese territorio central el agotamiento de los embalses Agabama y Gramal, dedicados al abasto a la población de la ciudad cabecera provincial, Santa Clara, y Palma Sola, en Corralillo, donde se dejaron de sembrar 1.000 hectáreas de arroz por falta de agua.

En la vecina provincia de Sancti Spíritus, más de 65.000 personas de unos 30 núcleos poblacionales tienen limitaciones en el horario de bombeo o han comenzado a recibir agua en pipas como alternativa frente a la severa sequía que padece el territorio en los últimos años.

Por municipios, la situación más tensa se localiza en Trinidad, uno de los polos turísticos más visitados de Cuba, donde los manantiales de San Juan de Letrán, en las estribaciones del macizo montañoso del Escambray, aportan apenas 35 litros por segundo, de unos 110 que ofrecen en condiciones normales.

En Cienfuegos, aunque las lluvias no han favorecido la situación hidrológica del territorio, los embalses presentan una situación mejor que el resto del país, con 79 por ciento de su capacidad llena, algo que no sucede en otras diez provincias.

Serios pronósticos

Según el Centro del Clima, del Instituto de Meteorología, enero es el tercer mes del período poco lluvioso en Cuba, en el cual se produce una mayor afectación de los frentes fríos en relación con los meses anteriores, lo que influye en el establecimiento de condiciones invernales con frecuencia.

Es, a su vez, “uno de los meses menos lluviosos del año, y en los últimos 10 años las lluvias han mantenido un comportamiento por debajo de lo normal en gran parte del país”, indica.

La mayoría de los modelos consultados por el Centro del Clima coinciden en pronosticar totales de precipitación por debajo de la norma para enero de 2017, por lo que “se prevén totales de precipitación cercanos o por debajo de lo normal para la región occidental del país, así como totales de precipitación por debajo de lo normal en el centro y oriente del país”. (2017)

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