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Alexei Bell: “Los juegos entre avispas y leones eran los más esperados de los clásicos"

Bell jugó en trece Series Nacionales, con saldo de 158 jonrones, 697 carreras impulsadas y average ofensivo de 320.

 © Fickr/Matthijs
Foto © Fickr/Matthijs

Este artículo es de hace 7 años

Hay peloteros que impresionan por su somatotipo, por su corpulencia o estatura; algunos, por la forma de pararse en home como era el caso de Omar Linares; y otros, por la de lanzar, como el “Duque” Hernández, que convertía sus envíos en un verdadero espectáculo cuando rozaban rodilla y mentón al hacer el wine up.

Sin embargo, nuestro entrevistado de hoy no es ni alto ni tan fuerte y, aunque fildeaba con elegancia y era oportuno al bate, tampoco caía en el renglón de lo espectacular; sin embargo, siempre lo quiero en mi equipo. Nuestro entrevistado de hoy es el jardinero santiaguero Alexei Bell.

“Tato” Bell nace en el poblado del Caney en su amada Santiago de Cuba el 2 de octubre de 1983. Sus primeras andanzas se remontan a sus tempranos nueve añitos y el terreno conocido por El Campito. Pedro Domínguez fue su primer entrenado quien no reparó solo en la pequeña estatura de su alumno y sí por el contrario evaluó su inmensa calidad.

“Siempre sentí pasión por el béisbol, llevado por la tremenda admiración hacia Antonio Pacheco y Orestes Kindelán.” (Pacheco, por muchos años, capitán de capitanes del seleccionado nacional; el Tambor Mayor Orestes Kindelán, líder absoluto de jonrones en nuestras Series Nacionales, entre otros grandes logaritmos).

“Cursé la pirámide del alto rendimiento; así estudié en la EIDE “Orestes Acosta” y la ESPA “Israel Reyes”, ambas de la indómita ciudad, cuando la pelota era la pasión de mi pueblo y la Plaza de Marte sólo respiraba béisbol.”

Aún recuerdo aquel Panamericano juvenil desarrollado en Camagüey, sensacionalmente ganado en las postrimerías del juego por el oro, y que tenía valores como Yulieski Gourriel, Kendry Morales, Juan Carlos Linares, el habanero; Rodney Mustelier, todos dirigidos por Rigoberto Blanco, y pienso en la figura de Bell, siempre oportuno, siempre líder.

“Precisamente de esas edades mantengo latente en mi memoria a Kendry, al July, a Yuniel Escobar, Yuniesky Rikimbili Betancourt, Héctor Olivera, con quienes he mantenido la amistad a lo largo de los años y las situaciones donde nos ha puesto la vida”.

Casi siempre menospreciado por ser pequeño, Alexei Bell empezó a hacer historia en aquellos equipos Santiago de Cuba, que discutían y ganaban campeonatos año tras año. “Mis esfuerzos, la dedicación que ponía al entrenar, mi fe en Dios, mi familia me impulsaron a superar todas esas barreras y llegué a ganarme un puesto como regular en una alienación de lujo, en la cual TODOS bateaban.

“Llegar a la serie Nacional fue uno de mis sueños hechos realidad; llegar a un conjunto de tanto nombre, de tanto respeto, tan grande y repleto de figuras legendarias, fue un orgullo para mí”.

Y amigos, ¿quién que siga nuestra pelota y tenga unos añitos de vida no mantiene vivos en su mente aquellos juegazos entre Industriales y Santiago de Cuba, que una vez bauticé como Clásico de clásicos de la pelota cubana? Eran verdaderos ejércitos puestos frente a frente en dos escenarios, el Coloso del Cerro, el Latinoamericano, en la capital de todos los cubanos, y el “Guillermón Moncada” de la Avenida de las Rosas en la combativa Santiago.

“Los juegos entre avispas y leones eran, de los clásicos, los más esperados por todo el pueblo. Jugar en el Latino contra los azules era una prueba de fuego para cualquier pelotero del país, pero en nuestro caso era una doble atracción por la cantidad de orientales que hay en La Habana, y allí colmaban el parque tuneros, granmenses, guantanameros , holguineros y claro, santiagueros a apoyarnos y casi teníamos más afición que los capitalinos. Era jugar a grada llena.

“Algo que puedo decir de aquellas batallas durante la temporada regular y los play off es que siempre me preparaba mental y físicamente para tener buen resultado tanto a la defensa o a la ofensiva. Siempre dispuesto a darla a la hora buena. ¿Qué si me presionaba? No, echaba pa'lante como un tren, y las cogía todas, robaba bases, impulsaba carreras, las sacaba del parque”.

Llegó el momento en que la aparentemente escasa estatura de Alexei Bell no importaba, y así integró la selección nacional, lo que considera el segundo de sus grandes añoranzas.

“Eso te llena de orgullo ya que hay muchos equipos y peloteros de calidad en Cuba para estar dentro de un Equipo de sólo 24 peloteros. Estuve en varios eventos internacionales como pre Mundial, Juegos Centro y Panamericanos, Copa Intercontinental, Campeonato Mundial, Serie del Caribe y Clásico Mundial, pero el más importante para mí fue la Olimpíada de Beijing.

“Fue mi primer evento con la selección grande, y aunque el objetivo principal no se logró (Cuba perdió ante Corea del Sur en la disputa del cetro), individualmente yo fui líder de bateo 520 así como en hits, extravases y slugging. Claro, todo eso yo lo hubiera cambiado por el oro olímpico pero las cosas no son así.”

En sentido general, ese 2008 fue un año grande para el pequeño gigante santiaguero. En la entonces fortísima justa nacional, acaparó varios apartamentos ofensivos como líder en cuadrangulares con 31, slugging 722; bases robadas, 25; carreras impulsadas, 111 y anotadas, 96, además de ser también primero en bases recorridas. Todo esto unido a una más que férrea defensa, yo diría que espectacular defensa en el right field. Su brazo, aunque no con la fortaleza de antaño, era de respeto; su desplazamiento era exacto, su guante siempre estaba colocado donde debía.

Bell jugó en trece Series Nacionales, con saldo de 158 jonrones, 697 carreras impulsadas y average ofensivo de 320.

Ante la pregunta que me gusta hacerles a todos mis entrevistados rápidamente contesta el Tato indómito.

“Para mí el equipo todos estrellas de la pelota cubana lo integran Norge Luis Vera, Jorge Luis Valdés y Pedro Luis Lazo, como pitchers; receptor: Ariel Pestano; inicialista: Orestes Kindelán; camarero: Antonio Pacheco; antesalista: Omar Linares; torpedero: Germán Mesa; Lourdes Gourriel, Víctor Mesa y Luis Giraldo Casanova, jardineros; y bateador designado, Frederich Cepeda; Manager, Alfonso Urquiola”.

“Fui a jugar con los Capitales de Québec de la liga canadiense-americana, en contrato gestionado por la Federación Cubana de Béisbol. Allí, como cuarto bate, participé en 59 desafíos en los que conecté para 317 con 23 empujadas. Nos dijeron que teníamos prácticamente asegurada nuestra presencia en los Juegos Panamaricanos de Toronto 2015.Y no fue así. Sin ninguna explicación quedé fuera del Cuba.

“Yo sentía hacía tiempo que no era lo mismo. Muchas cosas contra mi persona y mi carrera deportiva. Fue entonces que pedí la baja del contrato en Canadá y también del mi muy amado equipo Santiago. Aquello me golpeó mucho. Decidí tomar a mi familia y emprender un nuevo camino, siempre haciendo lo que me gusta, jugar béisbol.

“En estos momentos estoy con Texas luchando por un puesto dentro del equipo grande, los Rangers, jugando en doble A.”

Tuve la oportunidad de compartir con Janet y el pequeño Albert, esposa e hijo del pelotero, en su casa en Santiago cuando realizaba reportajes con los deportistas que nos representarían en la cita olímpica de Beijing. Sencillamente, una encantadora familia que pudo llevar consigo Alexei Bell.

“Sobre la familia es algo que todo ser humano debe de tratar de construir y mantener; es algo tan grande que no hay palabras para describirlo. Por eso estoy muy feliz, me siento una persona realizada.

“Junto a ellos estoy bien en cualquier parte del mundo donde nos encontremos. Me dan fuerzas para luchar en este deporte que es tan exigente ya que hay que alejarse tanto tiempo fuera de la vida normal. Sobre mi hijo te digo que en estos momentos está en una escuela en Miami y en un área de béisbol, donde entrena junto a sus compañeros y participa en torneos muy bien organizado por los directivos del Ta Miami. Los entrenadores lo ponen mucho a jugar como receptor y en el short stop.”

Quizás muchos piensen que es tarde para Tato Bell, a sus ya casi 34 años, pero hay quienes han llegado y triunfado a esas edades; además, todo no son las Grandes Ligas. Su vida ha sido y es jugar pelota, y segura estoy, que sus sueños están en sus manos y ¿por qué no? , también en el pequeño Albert.

Bell fue liberado del equipo de los Tigres de Quintana Roo de la Liga Mexicana para enfocarse en su camino hacia la MLB, su tercera gran quimera que espera lograr este mismo año. Su paso por el béisbol azteca le sirvió de preparación para tratar de llegar a la Gran Carpa.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos