APP GRATIS

El cubano Orestes Estévez produce su propio vino utilizando condones y frutas tropicales

Los preservativos se usan para el proceso de fermentación del vino.

Vino cubano © Youtube
Vino cubano Foto © Youtube

Este artículo es de hace 7 años

Orestes Estévez desarrolla en su casa de La Habana su negocio de producción de vinos con un procedimiento peculiar. El cubano no utiliza como materia prima exclusivamente la uva como es tradicional sino que usa también guayabas, berros o flor de Jaimaica.

Estévez, militar retirado de 65 años, usa además preservativos para sustituir las complejas válvulas presión que se empleab en el proceso de fermentación del vino y que son imposibles de encontrar en Cuba.

El negocio tiene ya una trayectoria dilatada. Empezó en las décadas de 1960 y 1970 con la producción y venta clandestina hasta que, aprovechando las reformas del gobierno de Raúl Castro, Orestes legalizó su pequeña fábrica en casa donde tiene casi 300 botellones de 20 litros tapados con preservativos y de los cuales salen también vinos de jengibre, fruta bomba o remolacha.

"El más popular sigue siendo el que hacemos de uva", señaló Orestes.

A día de hoy, Estévez, su esposa, su hijo y un ayudante contratado son los encargados de llevar adelante la empresa. Entre ellos desarrollan todos los procesos necesarios para la produccción; desde la cosecha de las frutas hasta el etiquetado con la marca de la casa: "El Canal".

Sobre el proceso de fermentación con preservativos el cubano explicó a la agencia AP: "Cuando usted le pone un preservativo a un botellón es igual que con un hombre, se para; y cuando el vino está, a eso no hay quien lo levante", dijo Estévez

De esta manera, el cuentapropista cubano explicó que el proceso de fermentación termina cuando ya no hay más gases en el vino que hinchen el prevervativo. Además indicó que son necesarios dos pinchazos en el preservativo para permitir a los gases salir.

Aunque el uso de condones para la producción de vino no puede atribuirse a Estévez, la fabricación de vino en un país con gran tradición en la fabricación de ron sí es un legado de la familia Estévez.

El abuelo de Orestes era originario de las Islas Canarias y fue quien compró en las afueras de La Habana una finca en la que producía vino para familiares y amigos.

Orestes visitó a España cuando fue oficial del Ministerio del Interior y aprovechó esta estancia también para aprender sobre la fabricación de esta bebida.

El cubano comenzó su negocio en una modesta vivienda donde tenía sus propias parras. Cuando se mudó de allí regaló algunas de estas plantas a sus vecinos a quienes a día de hoy les compra las uvas.

Con el paso del tiempo su vivienda ha ido creciendo y hoy dispone de un garaje convertido en local de venta, un piso donde vive la familia que tiene una salida al patio convertido en fábrica y una azotea donde hay algunas parras y donde también se reúnen una vez al mes algunos viticultores cubanos.

"Hoy soy un hombre realizado, satisfecho", aseguró Estévez.

Décadas después de haber iniciado su negocio, Orestes reconoce que existen ahora más facilidades para los cuentapropistas aunque lamenta que aún existen dificultades para obtener materias primas necesarias para el negocio como, por ejemplo las botellas.

Por otro lado, además de desarrollar su propio negocio Orestes se dedica también a apoyar la creación de casas de vino como la suya en otras barriadas de La Habana.

La producción nacional permite a los cubanos comprar unz copa de vino tinto por cinco pesos cubanos o una botella por 10 pesos; cuando una botella de vino importado de España, Chile o Argentina cuesta uno ocho dólares en las tiendas estatales.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689