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Mi Out en Home: ¿Cómo marcha la Sub 23?

Encuentros vespertinos, estadios vacíos o semi vacíos acompañan a un evento caracterizado por la horrible cantidad de errores, desboles y bases por bolas, causantes en un buen número de ocasiones de las victorias y derrotas; esto sin contar con la cantidad de expulsiones que por indisciplinas, se han materializado.

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Foto © Radio Bayamo

Este artículo es de hace 6 años

Hoy voy a comentarles sobre la marcha de la cuarta Serie Nacional de Béisbol sub 23 que se desarrolla en la Isla. Estaba esperando el descanso que marca esta semana, enfrascada la familia beisbolera en las eliminatorias de los escolares y pioneriles para los Juegos Nacionales.

Sí, transita la cuarta temporada Sub 23, un intento de la pelota cubana por recobrar escaños perdidos dentro y fuera del país. Intento que considero provechoso a pesar de las fallas notorias que vemos día a día en el de cursar del Campeonato.

Para aquellos que no están al tanto, les digo que esta lid se juega distribuida en cuatro grupos, dos de Occidente y dos de Oriente, estructura que estuvo vigente por años en nuestras Series Nacionales.

Desde comienzos de este mes y hasta el pasado sábado se han efectuado los topes inter-grupos, en sub series de cuatro encuentros y ahora, a partir del lunes próximo, se reinicia la lid con los choques entre las llaves y dentro de las zonas, o sea, los equipos de la A y la B por Occidente y C y D por el Oriente.

Al concluir, se repetirá el ciclo inicial, jugando dentro del grupo. De ahí saldrán los dos mejores conjuntos que lidiarán entre sí en un tope de tres desafíos a ganar dos, que discutirá el cetro nacional. Es, por tanto, la única ocasión en que se ven las caras los peloteros del este y oeste, en la finalísima.

Es una salida, digamos económica, porque lo más acertado sería buscar los mejores a lo largo de la nación, que bien podrían ser dos del Occidente o del Oriente. Pero, bueno amigos, al menos se juega pelota.

Encuentros vespertinos, estadios vacíos o semi vacíos acompañan a un evento caracterizado por la horrible cantidad de errores, desboles y bases por bolas, causantes en un buen número de ocasiones de las victorias y derrotas; esto sin contar con la cantidad de expulsiones que por indisciplinas, se han materializado.

A estas edades y con esas reacciones en un campeonato que está empezando, ¿qué podemos esperar de esos jugadores que en un gran número de los casos integrarán las selecciones de sus provincias a la quincuagésimo séptima Serie Nacional de Béisbol?

Y como no se puede hablar de pelota sin estadísticas, aquí les muestro algunas de las que me han proporcionado un joven y brillante colega villaclareño, Duanys Hernández y mi fraterno Rafael Guerra, “Guerrita”, mi compañero de numeritos por casi 30 años.

Imagínense ustedes que el total de boletos en 96 juegos suma 726 para un altísimo 7,56 por partido mientras los desboles (pelotazos) ascienden a 197: 2,05 por choque. Saquen ustedes la cuenta: entre pelotazos y bases por bolas se embasan 9,61 corredores por encuentro. Solo por el concepto del descontrol del pitcheo.

Ahora echémosle una ojeada a la defensa: son 280 los errores cometidos en los 96 encuentros realizados a razón de 2,9 por desafío. Sencillamente, números ceñidos con una calidad media, por no decir números desastrosos, como los califica el propio Duanys. Así, de esta forma, se defiende colectivamente para un pésimo 963.

Pero tampoco anda bien la ofensiva, y es que no por gusto les dije con anterioridad que muchos éxitos y fracasos estaban proporcionados por errores y descontrol de los lanzadores. Es por ello que el bateo colectivo anda por los 262. Los únicos equipos que marchan sobre los 300 son Villa Clara, 311; Granma, 308, y Santiago de Cuba, 300.

En cuanto al pitcheo, el promedio de limpias permitidas por nueve innings de actuación es tres coma 55 y el whip de una coma 43, o sea se embasa un hombre y medio por entrada por los conceptos de hit o boleto.

En cuanto a los líderes en una y otra zonas, sobresalen por el este Santiago de Cuba, con una sola derrota en doce salidas; equipo cuyo staff de pitcheo es puntero en ponches propinados con 77; Camagüey con balance de 10 y dos y un excelente cuerpo de serpentineros que posee el mejor promedio de efectividad: solo una coma 60, y Granma, siete victorias y cinco reveses con un excelente average ofensivo de 308.

Por Occidente, los que marchan a la vanguardia son Artemisa (8-4), Pinar (7-5) y Matanzas ((7-5). Artemiseños y vueltabajeros sobresalen por su defensa.

Y por supuesto que hay muchachos de los que ya se está hablando en las peñas beisboleras (algo que hay que recobrar pues la pelota le ha cedido el espacio al fútbol internacional de una forma alarmante).

Por ejemplo, después de los doce desafíos ya celebrados, el cienfueguero Daniel Pérez Pérez encabeza el bateo con 487, en hits con 19; comparten la punta el artemiseño Hardy González, el propio Daniel Pérez, el habanero Dayron Montoto y los pineros Rubén Pérez y Eliceo Rojas. En un béisbol de poca fuerza destaca el santiaguero Lionard Kindelán (hijo de Orestes Kindelán), con cuatro cuadrangulares. Lionard comparte el liderazgo de impulsadas con su compañero de equipo, Yoelkis Guibert, ambos con 15.

En el pitcheo, el habanero Dairon Durán con 0,45 es el mejor en promedio de efectividad mientras en victorias sobresalen Misael Villa de Artemisa, Ulfrido García de Santiago y Pedro Álvarez de Sancti Spíritus con tres per cápita. ¿Una anécdota? En lo que a la postre fue su segundo triunfo, Ulfrido estuvo a un solo strike del juego de cero hit cero carrera.

Otros que llaman la atención son el zurdo santiaguero Oscar Luis Colás, quien además juega la primera base, y los también siniestros Yariel Rodríguez, de Camagüey y Ariel Díaz, de La Habana.

Finalmente, en lo que va de Serie el promedio de embasado (OBP) es 355; el de slugging (promedio de bases recorridas por los batazos), 343, y un 698 de OPS (suma de ambos indicadores que arroja el bateo más integral), cifras encontradas en el sitio de béisbol cubano.

Las cifras no son halagüeñas pero se juega pelota

Las cifras no son halagüeñas pero se juega pelota, y eso es bien importante. Ojalá la segunda etapa que comienza el lunes venidero mejore la calidad de juego y podramos ser testigos de un verdadero espectáculo en los terrenos beisboleros de Cuba.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos