APP GRATIS

Primera agencia de empleadas domésticas en Santiago de Cuba

Para formar parte de “Domestik”, Ilídice tiene implementados algunos requisitos a cumplir, en aras de garantizar calidad, profesionalidad y prestigio, más en un negocio privado que recién comienza: tener 12 grado de nivel de escolaridad de sus trabajadoras, buena presencia, entre 25 y 50 años de edad, aunque este último dice ser flexible pues más importante son las ganas de hacer.

 © Cortesía Idalmis Conde Mayet
Foto © Cortesía Idalmis Conde Mayet

Este artículo es de hace 6 años

Mientras a Isaac Newton la caída de una manzana le inspiró su famosa Ley de Gravitación Universal y a Arquímedes de Siracusa un baño le apuntó la solución para medir el volumen de los cuerpos irregulares, a la santiaguera Ilídice Idalmis Conde Mayet le llegó su “eureka” mientras hacía las tareas hogareñas.

“Un día, aunque me sentía muy mal de salud, tenía que hacer algunos deberes en la casa. Hablando conmigo misma me pregunté: «¿por qué en Santiago no existe una agencia donde uno pueda contratar una empleada doméstica?», y fue en ese momento en que busqué el documento legal donde se recogen las actividades por cuenta propia autorizadas que se realizan en Cuba y ahí estaba el del trabajo doméstico”.

¿Por qué en Santiago no existe una agencia donde uno pueda contratar una empleada doméstica?

Fue así que esta Licenciada en Ciencias de la Computación y Matemática decidió crear algo tan sencillo, común e insólito a la vez, algo que estaba ahí y a nadie se le había ocurrido hacer antes. Se trata de “Domestik”, una Agencia Empleadora de Personal Doméstico fundada en abril de 2016, y donde su slogan “La limpieza es santa y hace mucho bien”, resume las aspiraciones.

Idalmis Conde Mayet/ Foto cedida por la outora

Ser universitaria y egresada de una especialidad tan difícil sin dudas ayudaron a esta cubana a ponerle ciencia al emprendimiento privado, “busqué la información de cómo crear un negocio, hice un croquis hacia dónde se podía apuntar este servicio. Antes hice encuestas y estudios de mercado, y una vez que visualicé mis posibles clientes, entonces me enfoqué en cómo complacerlos” asegura Ilídice, quien añade datos reveladores de cuán serio es su proyecto “actualmente estoy intentando que a mis trabajadoras con hijos no les falte el círculo infantil, yo pongo los utensilios y medios de protección que ellas emplearán en sus deberes, el uniforme, los guantes y el nasobuco, mientras que al cliente le brindo la posibilidad de que yo suministre todos los productos que requiere hacer una limpieza profunda”.

Cortesía: Idalmis Conde Mayet

Yo pongo los utensilios y medios de protección que ellas emplearán en sus deberes, el uniforme, los guantes y el nasobuco, mientras que al cliente le brindo la posibilidad de que yo suministre todos los productos que requiere hacer una limpieza profunda

En solo un año de creada “Domestik”, ya tiene entre sus clientes ocho hogares y con proyecciones incluir otros más, además de una cafetería y sumar otra, y en planes está lograr contratos con varias entidades estatales de la ciudad.

Cortesía: Idalmis Conde Mayet

“Estructuré el negocio en función de que cada una de mis muchachas pudiera trabajar en 3 ó 6 casas, en dependencia de la rapidez y el tipo de limpieza en cada caso. Cada una de mis empleadas domésticas puede ganar como mínimo mil 500 pesos al mes, en el contrato especifico que las ganancias son al 50 por ciento, aunque en realidad ganan el 60 por ciento, y yo corro con el gasto de todos los productos. Cuando yo coloco a una muchacha en un hogar o negocio privado o estatal, lo hago por los servicios de limpieza, lavado y planchado, si en ese lugar deciden que ella puede hacer algo extra, eso va directamente al bolsillo de mi doméstica, forma parte de sus propinas”, asegura.

Cada una de mis empleadas domésticas puede ganar como mínimo mil 500 pesos al mes

Para formar parte de “Domestik”, Ilídice tiene implementados algunos requisitos a cumplir, en aras de garantizar calidad, profesionalidad y prestigio, más en un negocio privado que recién comienza: tener 12 grado de nivel de escolaridad de sus trabajadoras, buena presencia, entre 25 y 50 años de edad, aunque este último dice ser flexible pues más importante son las ganas de hacer, “hay muchachas de lugares alejados que están deseosas de trabajar conmigo, tengo una lista de personas que están en espera de que consiga nuevos clientes. Tengo en plantilla 20 personas”.

Cortesía: Idalmis Conde Mayet

“Exijo un alto nivel de escolaridad porque es mi intención que las trabajadoras reciban cursos de superación que ofrecen instituciones estatales como FORMATUR, entre ellos de especialidades como el de camarera, también de idiomas… demando buena presencia porque vendo limpieza, por tanto, ellas tienen que tener lucir en correspondencia”.

“En un año he aprendido y he pasado de todo”, acota Ilídice y explica que “en el estudio socioeconómico y cultural que hice previamente me percaté de que el nivel cultural en Santiago de Cuba es bajo, entonces es difícil colocar un nuevo producto o servicio como este pues pasa por el desconocimiento y la incultura, hasta llegar a la incomprensión”.

El otro detalle, explica la creadora de “Domestik”, está en el abastecimiento, “y eso que yo he logrado tener un control del mercado de los productos, normalmente los compro en grandes cantidades: trabajo con ambientadores, desincrustantes que no son dañinos a los materiales del baño… todos de calidad, e intento emplearlos todos, pues es el prestigio del servicio que ofrezco pero la ausencia de un mercado mayorista y de estabilidad sí me afecta, al final lo soluciono llegando a un arreglo con el cliente.

No realizo importación de productos porque no tengo ningún patrocinador foráneo, y no lo he dejado de buscar porque sé lo que significa para la prosperidad de mi negocio contar con uno, en especial para darle condiciones a mis trabajadoras y que ellas se mantengan felices… yo tengo una que hasta pidió la baja de su puesto laboral estatal para venir a trabajar conmigo todo el tiempo”.

La ausencia de un mercado mayorista y de estabilidad sí me afecta, al final lo soluciono llegando a un arreglo con el cliente

“Domestik” tiene un detalle que, sin lugar a dudas, le garantiza un futuro promisorio en Santiago de Cuba, en especial en el sector privado, y en aquellos lugares que requieran más personal como las paladares o restaurantes: al contratar los servicios de este joven negocio uno se ahorra dinero por concepto de no emplear demasiada fuerza de trabajo, y por ende, menos impuestos a abonar.

De sus servicios, Ilídice asegura que no existen obstáculos insuperables para las limpiezas profundas que ofrecen, las que abarcan techos, paredes, pisos, los baños, mover los muebles, etc. también están por eventos, o sea, la higienización de un lugar antes de una actividad festiva, por ejemplo, y después de su realización, una opción muy cómoda para algunos clientes, y no hay que olvidar el lavado y el planchado en los hogares.

Cortesía: Idalmis Conde Mayet

La naturaleza de “Domestik” es la misma de su creadora: no estar nunca quieta y, al contrario, siempre en expansión. De sus proyecciones futuras por posicionarse en el mercado de Santiago de Cuba y seguir apostando por la calidad y el prestigio, asegura que está buscando un local para una sede de su joven empresa donde se incluiría una guardería infantil para los hijos de sus propias trabajadoras, y que todas las negociaciones no sean a través de su teléfono móvil (53404909). Además, pretende crear nuevos servicios como el cuidado de personas mayores y de niños, e implementar un sistema de promoción, donde las mejores domésticas pasen a ser supervisoras, en función del tiempo en la empresa y su calidad como persona y trabajadora. “Es una manera de asegurar la prosperidad de “Domestik” y que sea perdurable en el tiempo”, asegura Ilídice.

De los precios, añade que son 20 pesos el metro cuadrado si es una empresa estatal, y de 7 a 10 si es una casa particular, aunque asegura que todo, absolutamente todo, es negociable.

Cortesía: Idalmis Conde Mayet

“Domestik” es, sin lugar a dudas, un ejercicio de fuerza de voluntad. Pero no uno cualquiera, sino de esos donde se deja la vida y se convierte el protagonista en un inventor en tiempos modernos. Eso es Ilídice, quien se ha topado con los obstáculos más variados que puede encontrar uno en Cuba cuando lleva adelante un negocio privado. No quisiera dejar su puesto de trabajo vinculado directamente con el estado, sin embargo, sabe que para prosperar y expandirse, en algún momento tendrá que tomar la decisión, aunque la evitará siempre que pueda.

Mientras, se mueve con una agilidad tremenda entre empresas, casas particulares y negocios privados. A todos promete lo mismo: calidad. Paralelamente, se convierte en una maga y perseguidora de cuanto producto de limpieza comercializan en Cuba, tanto en CUP como en CUC, hace malabares con los precios, con los costos, y, sobre todo, ayuda a sus “muchachas” –como las llama cariñosamente, aunque algunas superen su propia edad– a que crezcan profesional y espiritualmente, “para que estén contentas en Domestik”.

Ilídice, sin saberlo, es una de las personas que inscriben su nombre en la historia de los negocios privados en Cuba, sobre todo, por buscar un modelo propio que se adapte a las condiciones actuales del país, que le ofrezca jugosos dividendos y, además, apueste por fórmulas sostenibles y que devuelvan a la sociedad parte de su suerte, así sea el crecimiento profesional de su personal.

Lamenta, como mayor obstáculo, las incomprensiones de las personas de que exista una Agencia Empleadora de Personal Doméstico, y la falta de preparación de la sociedad para asumir este tipo de emprendimiento profesional, sobre todo, en el sector estatal.

Razones de sobras hacen que la existencia de “Domestik”, cuando menos, debe ser aplaudida.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:

José Roberto Loo Vázquez

Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


José Roberto Loo Vázquez

Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.