APP GRATIS

“Aguas de La Habana” busca el líquido en la capital, pero deja las calles rotas

Huecos donde las personas se caen, escombros contra los que se tropieza, y mucha pudredumbre y enfermedades... eso deja a su paso "Aguas de la Habana"

Calles de La Habana © Cibercuba
Calles de La Habana Foto © Cibercuba

Este artículo es de hace 6 años

Las brigadas de la empresa concesionaria “Aguas de La Habana” provocan –hace alrededor de diez meses- el cierre total o parcial de no pocas vías en el municipio capitalino de Centro Habana para sustituir decenas de kilómetros de cañerías. Las cuadrillas se enfrentan a una misión harto difícil, mientras que los vecinos de la zona rezan por disfrutar de un trabajo consumado satisfactoriamente, sin fisuras.

Claro, las familias agradecen el gesto, pues la presencia del vital líquido en sus viviendas es más inestable que el mismísimo ritmo de un juego de pelota. Sin embargo, transitar por las arterias es casi una misión imposible, y, tras los “arreglos”, las rutas quedan -cuando menos- desniveladas, maltratadas y arrugadas; pierden su glamour.

Los huecos que obligatoriamente deben abrir los obreros son sellados apenas parcialmente, y hoy no pocos tramos parecen una añeja pista de atletismo lista para corredores de 110 metros con vallas, como si el estadio olímpico Joao Havelange hubiese sido mudado desde Río de Janeiro a las cercanías del malecón capitalino.

La aventura vive ahora sus “mejores” momentos en la conocida y muy transitada calle San Lázaro, segmento vial que nace en Prado y muere a los pies de la escalinata de la histórica y centenaria Universidad de La Habana. Este miércoles 24 de mayo, los almendrones y ómnibus de transporte urbano (P5, 23, 67, A58 y A95) hicieron colas para transitar por espacios reducidos y los pobladores tampoco dejaron de advertir los intensos olores que emanan de los profundos agujeros.

Pero la principal preocupación radica en conocer, dentro de algunas semanas, o meses, en qué estado quedarán las cuadras que conforman esta calle, que ha tenido varios nombres: Ancha del Norte, Basurero, Avenida Antonio Maceo y Avenida de la República.

¿Los baches serán multiplicados? ¿Los choferes tendrán que convertirse en verdaderos magos para poder driblar los agujeros? ¿Podemos confiar esta vez en que una solución no conllevará a una nueva preocupación?

El tema de la pavimentación es uno de los puntos más reclamados por el pueblo cubano. Y lo peor de todo es que el asunto no tiene una respuesta concreta. Solo resta rogarle al Viejo Lázaro por una perfecta faena y que el venerado Babalú Ayé coloque su mano en la apuesta.



¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689