APP GRATIS

Los bomberos de Madrid vuelven a casa tras salvar dos pueblos en Portugal

Hasta el momento, se han reportado de 64 fallecidos, más de 200 heridos, 50.000 hectáreas afectadas, y más de 400 personas desalojadas de sus hogares.

entornointeligente © entornointeligente
entornointeligente Foto © entornointeligente

Este artículo es de hace 6 años

Vilar Formoso (Portugal), 22 jun (EFE).- Hoy regresaron a Madrid algunos de los bomberos y sanitarios que estuvieron durante cuatro días trabajando para hacer frente al incendio en el centro de Portugal y evitar que se reactivara el fuego.

29 bomberos y tres sanitarios españoles del ERICAM, el Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, regresaron hoy a su país tras combatir lo que se ha considerado el incendio más grande de ese país.

Hasta el momento, se han reportado de 64 fallecidos, más de 200 heridos, 50.000 hectáreas afectadas, y más de 400 personas desalojadas de sus hogares.

En una entrevista con Efe, el comandante de este grupo de bomberos, Aitor Soler, explica cómo "se reactivaban los focos casi en plan explosivo", cuando pensaban que todo ya estaba apagado.

Desde que se incorporaron a las labores de extinción durante la noche del domingo al lunes, decidieron trabajar de día porque "era cuando más peligro había" debido a que el fuego se intensificaba a causa de las condiciones meteorológicas adversas.

El primer día lo pasaron en la comarca de Góis, segundo epicentro del devastador incendio, junto al de Pedrógão Grande, que se ha saldado con 64 muertos, según el último balance.

Una de las jornadas más complicadas fue la del martes, cuando estaban junto a la población de Algares. "Fue complicado porque en algún momento el fuego se expandió por las copas de los árboles, justo cuando nos estábamos quedando sin agua", explicó.

El empeño de los 29 bomberos madrileños se vio compensado con la llegada de una cisterna de agua portuguesa: "Pudimos responder y logramos controlarlo", dice, para que, ya casi en Algares, las llamas no llegaran a las viviendas.

Sin embargo, "cuando pensamos que estaba controlado, en el propio Algares, apareció un incendio".

"También de estos explosivos, que se expandió por todo el valle de Algares con casas por todos los lados", relató el comandante del Ericam.

A pesar de que fue un momento muy crítico, lograron unirse a un equipo de bomberos de Portugal y consiguieron que las llamas no afectaran a ninguna de las aldeas próximas.

Habían pasado ya momentos al límite, pero lo peor estaba por llegar en la población de Fonte dos Sapos, a medio camino entre Pedrógão Grande y Góis.

Ocurrió el miércoles, cuando el equipo del Ericam acumulaba su tercera jornada de trabajo.

"Cuando todo estaba muy tranquilo, empezó un fuego en una zona con mucho vegetal que se iba directo a todas las casas", narró Soler.

"Ahí sí que tuvimos problemas de agua", recuerda el bombero, ya que la cuba del grupo se había ido a otra zona y tardó en llegar.

"Ahí estuvimos más justos", sin agua y con llamas altas, según el oficial de los bomberos, quien detalló que el tremendo apuro se solventó con la llegada de agua justo a tiempo y con la colaboración de un grupo de bomberos portugueses.

Aitor Soler, que ha participado con el Ericam en grandes incendios por todo el mundo o en los terremotos de Haití, Chile o el de Lorca (Murcia), califica de "tremendo" el incendio de Portugal.

"Desde arriba, ibas viendo focos por todos los sitios y cada uno de ellos gordo", añade.

También explicó que en algún momento tuvo que alertar a sus compañeros sobre la peligrosidad y la conveniencia de salvaguardar la integridad física: "Eh, ponte seguro, que te estás poniendo en mal sitio", relató en primera persona el comandante acerca de los consejos que ofrecía al escuadrón.

Lejos de buscar el agradecimiento del pueblo portugués, este equipo de profesionales asegura sentirse muy reconfortado con el trato que les han dado, tanto la población de la zona en la que han estado como los propios organismos.

Se llevan "muy buena sensación" de la gente de allí, aunque lamentan profundamente "la gran cantidad de fallecidos y las hectáreas quemadas".

La última parada, en Vilar Formoso, justo en la frontera con Salamanca, donde hicieron una pausa para comer antes de emprender el último trayecto hasta Las Rozas, localidad madrileña en la que se halla su base de operaciones.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689