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Hermano del violinista que tocó para Trump desmiente acusaciones de Cuba sobre la muerte de Frank País

Cubadebate arremetió contra el violinista señalando que su padre había sido uno de los asesinos de Frank País.

Luis Haza © codalario.com
Luis Haza Foto © codalario.com

Este artículo es de hace 6 años

El hermano de Luis Haza, el violinista cubano que tocó para Trump en el teatro Artime de Miami, ha desmentido la acusación del gobierno cubano que vincula a su padre, Bonifacio Haza Grasso, con el asesinato del líder revolucionario Frank País en 1957.

“Mi padre amaneció enfermo con un ataque a la vesícula (…) lo sé porque yo estaba allí, y mi madre nos decía que guardáramos silencio para que mi padre pudiera dormir hasta que se le pasara el dolor (…) Ese día nos llegó la noticia que Frank País había sido asesinado”, dijo otro de los hijos de Haza Grasso, citado por el diario El Nuevo Herald el pasado sábado.

El padre del violinista, comandante de la Policía Nacional en Santiago de Cuba en los días finales del gobierno de Batista, fue asesinado en la Loma de San Juan de esa oriental provincia, junto a otras 71 personas, apenas 12 días después del triunfo de la Revolución.

Este hecho fue recordado por el mandatario estadounidense durante su visita a Miami el 16 de junio, lo cual provocó una rápida respuesta de la prensa oficialista cubana que, a modo de editorial en uno de sus medios más activos, afirmó que Trump debió de haber mencionado también que el padre de Haza “fue uno de los asesinos de Frank País”.

“Los hijos no son culpables de la actuación de sus padres; pero sí la asumen cuando comulgan y blasonan con ella. A esa “Cuba Libre” jamás volveremos”, reza un artículo publicado por Cubadebate el 17 de junio.

El Herald, por su parte, apunta que esta afirmación -basada en otro texto publicado en el mismo medio cubano y firmado por el contralmirante José Luis Cuza Téllez, compañero de País– se contradice, ya que en el texto original Cuza Téllez señala como autor del asesinato del joven líder al teniente coronel José María Salas Cañizares, supervisor de la Policía Nacional.

“Golpearon brutalmente a Pujol, que cayó inconsciente […] a adonde fue Salas y le ametralló toda la espalda con una ráfaga larga. Se viró para donde estaba Frank y le tiró los últimos proyectiles que le quedaban”, escribió el Contraalmirante en Cubadebate.

En el 2012, Bonifacio Haza Jr., que reside en Vero Beach, en el centro de la Florida, publicó el libro de memorias Escritos sobre la arena, donde detalló que en la Loma de San Juan “algunos fueron ejecutados por el solo hecho de haber pertenecido o colaborado con el Ejército y la Policía Nacional”.

“Su trabajo era mantener el orden público, no pelear contra los alzados”, dijo Haza sobre su padre, a quien describe en su libro como un hombre que “no fue extremista y no estuvo de acuerdo con el golpe del 10 de marzo de 1952”.

El oficial incluso ejerció como intermediario para propiciar las conversaciones entre el Ejército Nacional y el Ejército Rebelde, según defiende su hijo.

De acuerdo con el diario, algunas fotos de la época muestran a Fidel y Raúl Castro, conversando con Haza Grasso, el 1ro. de enero de 1959 en El Caney “para ultimar la entrada de los rebeldes que habían proclamado la victoria”, tras la huida de Batista hacia República Dominicana.

Para Bonifacio L. Haza, “la masacre de los 71 no fue un hecho fortuito. La evidencia sugiere que esto fue un acto premeditado, planeado, y preparado con anterioridad”; añadiendo: “la trinchera de unos 40 metros de largo, donde caían los cuerpos de los ejecutados, fue cavada antes de que fueran condenados a muerte”.

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