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Béisbol: Billy Beane vive muy lejos de Cuba (+ Tablas)

Beane convirtió a un equipo de bajo presupuesto como los Atléticos de Oakland en una de las franquicias que más rentabiliza sus victorias en las Ligas Mayores.

Billy Beane © Wikimedia Commons
Billy Beane Foto © Wikimedia Commons

Este artículo es de hace 6 años

“Hay una falla epidémica dentro del juego. No entienden lo que está pasando. Y eso hace que la gente que maneja equipos de Grandes Ligas evalúe mal a los jugadores y administre mal a sus equipos... La gente que dirige equipos piensa en términos de comprar jugadores. La meta no debe ser comprar jugadores sino comprar victorias. Y para comprar victorias, necesita comprar carreras”.

Contundente como un puñetazo de Joe Louis, la frase es de Billy Beane, una de las mentes más lúcidas que ha tenido el béisbol. Protagonista (en la piel de Brad Pitt) del filme Moneyball, Beane revolucionó el modo de evaluar el valor del jugador atendiendo a elementos subestimados hasta entonces, con el foco puesto esencialmente en el porcentaje de embasado u OBP, por sus siglas en inglés.

Sobre esa base, el hombre convirtió a un equipo de bajo presupuesto como los Atléticos de Oakland en una de las franquicias que más rentabiliza sus victorias en las Ligas Mayores. A fin de cuentas, está visto que no hay nada como la disciplina en home para derrotar a los lanzadores de la elite.

Precisamente en ese punto, la paciencia, es donde a mi juicio reside la ventaja del pelotero estadounidense sobre su similar latino. Por puro y elemental temperamento, los dominicanos, venezolanos, puertorriqueños, mexicanos y –faltaba más- cubanos, son más propensos a atacar envíos fuera de la zona de strike y, con eso, malgastar veces al bate. En plan de lamentable boomerang, la agresividad se vuelve en contra suya.

De ahí que, por ejemplo, únicamente el morocho José Altuve represente a Nuestra América en el listado Top Ten del OBP en 2017. O que el cubano mejor ubicado en esa relación, Yonder Alonso, ancle en el trigésimo peldaño con un .367 muy lejano –lejanísimo- del .447 que exhibe el líder de la temporada, el siempre flemático canadiense Joey Votto.

¿Sabe cuál es el average de embasado de la Armada de la Mayor de las Antillas este año? Pues de apenas .312, bastante por debajo de los .325 de toda la MLB. Realmente, estamos mal en ese indicador. Tanto, que solo ocho de los 18 bateadores nacionales que han visto acción en ambos circuitos están por encima de esa media. (VER TABLA 1)

Foto: Cibercuba

Lo cierto es que, salvo contadas excepciones, la disciplina con el madero en ristre nunca ha sido el punto fuerte del pelotero cubano. Y no es que uno se encapriche en que alguno de los nuestros se pasee por los cielos inverosímiles de Ted Williams (.482) o Babe Ruth (.474), pero vamos, que la vanguardia reside en un barrio muy lejano y no hay por qué aceptarlo con resignación. Afortunadamente, hay quienes ayudan a lavar la mala imagen. (VER TABLA 2)

Foto: Cibercuba

Trabajar en la paciencia y consecuente selectividad de lanzamientos de los jugadores del país, es un paso imprescindible en el mejoramiento de este béisbol urgido de retoques y aun reconstrucciones. Así, privilegiar el porcentaje de embasado sobre el promedio de bateo es uno de los cambios inmediatos que reclama la filosofía beisbolera cubana, aferrada con lamentable ahínco a un montón de conceptos superados por el paso del tiempo y el peso de la modernidad.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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