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Un ángel se derrumba pero el otro sigue en pie

La vista aérea del Parque Central y el Gran Teatro de La Habana nunca volverá a ser igual si cayera a la calle, definitivamente, el ángel doblegado por los vientos de Irma

Gran Teatro de La Habana Huracán Irma © Radio Rebelde
Gran Teatro de La Habana Huracán Irma Foto © Radio Rebelde

Este artículo es de hace 6 años

Larga y difícil será la recuperación luego del paso arrasador de un huracán que no solo inundó la ciudad capital, y arrasó con muchos de sus techos y árboles, sino que también golpeó con dureza monumentos e instituciones culturales como el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Todo el que ha estado en La Habana, o visto fotos del Gran Teatro, sabe que la majestuosa edificación está coronada por dos torres en cuyas cimas se yerguen (o más bien se erguían) sendos ángeles guardianes que simbolizan el triunfo del arte y la belleza.

Todo el mundo sabe la durísima tarea que tienen por delante los bomberos, trabajadores de comunales, electricistas y otros encargados de restablecer la normalidad, y por tanto es casi seguro que nadie se preocupe demasiado por la caída de un ángel de bronce, pero se trata de un símbolo en la fachada de un teatro fundado en 1838. Estamos hablando de patrimonio cultural, y sería una pena que desapareciera y dejara incompleta la imponente fachada.

Tal vez no quede más remedio que precipitar la caída del ángel, para evadir la amenaza que significa a los transeúntes de una de las esquinas más concurridas de la capital. Y seguramente enderezar la estatua, y volver a erguirla en la cima de la torre, requiere un despliegue de recursos que Cuba no puede permitirse en este momento, cuando tantísima gente está precisada de ayuda.

Sin embargo, aunque parezca inútil, y hasta descabellado, los cubanos debiéramos lamentar, siempre, la caída de un ángel, sobre todo cuando su altura simboliza el triunfo del arte y la belleza que tanto precisamos en estas horas difíciles.

Después que el ángel muerda el pavimento de Prado y San Rafael, nos quedarán para admirar los balcones curvados, los imponentes ventanales y cornisas, las torres, escaleras y grupos escultóricos concebidos por el italiano Giuseppe Moretti en mármol de Carrara, todo ello representación de la caridad, la educación, la música y el teatro.

Y además nos quedará el otro ángel de la fachada, enhiesto, vencedor de los vientos, porque a los ángeles que resguardan el arte y la belleza en Cuba, y a los cubanos todos, nos viene como anillo al dedo aquella canción que acompaña el final de Átame, la película de Almodóvar: “Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte, soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie, resistiré, para seguir viviendo, soportaré los golpes y jamás me rendiré, y aunque los sueños se me rompan en pedazos, resistiré.”

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.