El tétanos que padecían las madres y los recién nacidos causaba la muerte de más de 10.000 de niños al año en los países y territorios del continente americano. Al declarar su eliminación este año en Haití se ha logrado eliminar esta enfermedad en toda la región.
El tétanos materno y neonatal es la sexta enfermedad prevenible mediante vacunación que ha podido ser eliminada en el continente americano, junto a la viruela en 1971, la poliomielitis en 1994, la rubéola y el síndrome de la rubéola congénita en 2015 y el sarampión en 2016.
El tétanos materno y neonatal se considera eliminado cuando la tasa anual es de menos de 1 caso por 1.000 nacidos vivos a nivel distrital. El tétanos no puede erradicarse totalmente porque la bacteria que produce la enfermedad, el Clostridium tetani, se encuentra en todos los suelos o en las heces de muchos animales.
Se estima que el tétanos neonatal se cobró la vida de cerca de 34.000 recién nacidos en el 2015, lo que representa una reducción de 96% con respecto a 1988, cuando unos 787.000 recién nacidos murieron por el tétanos en su primer mes de vida.
La enfermedad se produce cuando el cordón umbilical del recién nacido, aún sin cicatrizar, se infecta con la bacteria, en particular cuando el instrumento usado para cortar el cordón umbilical no es estéril, el lugar donde se realiza el parto está sucio, las manos de quien ayuda en el parto no están limpias o se usan sustancias tradicionales que dañan el cordón umbilical.
A menudo la enfermedad es mortal porque la parálisis que produce le impide al bebé respirar y amamantarse. Se previene vacunando a las embarazadas contra el tétanos durante los meses del embarazo.
En el mundo aún hay 16 países que todavía no han eliminado la enfermedad. La vacunación de las mujeres durante el embarazo debiera ser obligatoria en todos los países, esto hace que evitemos la muerte por tétanos de la madre y de su hijo.
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