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Un preso muere de cáncer en Cuba y su esposa demanda a las autoridades de la Isla

La esposa sostiene que los carceleros cometieron negligencia, pues no ofrecieron la atención médica debida a su esposo.

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Este artículo es de hace 6 años

Natacha Valle Meléndez recibió respuesta a la demanda interpuesta a la prisión Veguita 2, de Bayamo, donde su esposo murió de cáncer el pasado mes de junio.

Según confesó Valle a Diario de Cuba, "ellos eximen de responsabilidad a las dos doctoras y al mayor jefe de la prisión, José Pérez Vázquez. Dicen que lo llevaron al hospital y que le habían sacado un turno para el mes de junio. Lo último es mentira, porque ellos nunca le hicieron seguimiento, lo atendieron sus compañeros de prisión y las profesoras".

Luis Bustamante Fernández, de 52 años, fue condenado a tres años de cárcel por homicidio, tras "la muerte de un pasajero en un accidente en Vado del Yeso en 2015", declara su esposa.

"La jueza lo llamó asesino", dice Valle. Sin embargo, "las pruebas demostraron que las malas condiciones de la carretera fueron las causantes del accidente".

Bustamante fue durante 27 años chofer de una agencia de taxis, y según afirma Valle, su esposo no iba a exceso de velocidad y los investigadores no encontraron rastro de consumo de bebidas alcohólicas.

Durante un pase de fin de semana el pasado mes de mayo, los médicos del Hospital Clínico Quirúrgico de Santiago de Cuba detectaron que Bustamante tenía un tumor de 10 centímetros que le comprimía un riñón, parte del hígado y que había hecho metástasis.

Valle sostiene que los carceleros cometieron negligencia, pues no ofrecieron la atención médica debida a su esposo, y también relató que el jefe de la prisión, mediante una llamada telefónica, le dijo sobre Bustamante que "pensaba que estaba fingiendo" dolores, ya que no había obtenido la libertad condicional.

De acuerdo con el testimonio ofrecido por Valle, "los primeros síntomas de su enfermedad comenzaron en abril", dice. "Tenía dolores en un riñón. Fue llevado al hospital de Veguita, donde le hicieron un ultrasonido diagnosticándole una irritación. Le prescribieron amoxicilina y eso fue todo. Nunca le hicieron seguimiento, ni fue internado en el hospital de la prisión, a pesar de los dolores, la fiebre y de que no comía nada".

"Desde el principio solicitamos su traslado para una prisión de Santiago, pero siempre nos la negaron. Solo cuando se enteraron de que estaba moribundo resolvieron el traslado en una semana para 'Confianza' (prisión de Santiago), no sin antes haber recibido amenazas del mayor José Pérez Vásquez, jefe de la prisión, de venir a sacarlo del hospital para llevarlo de regreso", relata la esposa.

Según Valle, una doctora le dijo al jefe de la prisión que el paciente estaba enfermo de muerte, que tenía un tumor y metástasis y que si lo sacaba del hospital sería bajo su responsabilidad.

La esposa dijo que mientras Bustamante se mantuvo en prisión, sabía de él “por los presos. Ellos se portaron muy bien, me llamaban diariamente para contármelo todo: que solo comía caramelos porque no podía tragar, que dormía sentado sobre una tanqueta porque los dolores no lo dejaban dormir, que las doctoras no se molestaban en ir al colectivo (dormitorios comunes) para revisarlo".

"También las profesoras lo atendieron. Él era de lo mejor que había allí, monitor de varias asignaturas, el único condenado por tránsito en medio de asesinos y matavacas. Ellas le llevaban té para aliviarle los dolores y también me llamaban para decirme que las doctoras no se asomaban por el colectivo ni para bajarle las fiebres", sostiene.

Desde que en mayo Valle llevara a Bustamante al hospital, solo transcurrió un mes para que este muriera.

"Nada más llegar, la doctora le palpó el torso y dijo que había un bulto muy grande. Le hizo un ultrasonido e inmediatamente salió el tumor. Tan grande era que la doctora no entendía cómo era posible que no lo hubieran visto en el ultrasonido del hospital de Veguita, por muy atrasado que fuera el equipo. Yo, que no sé nada de ultrasonidos, veía la bola aquella", confiesa Valle. "Llamó a una cirujana, pero desafortunadamente ya no era operable porque tenía metástasis".

Por último, Valle dijo haber estado inconforme con el veredicto ofrecido por Ciudadanía. Por tanto, dice: “Hice un escrito de respuesta y me informaron que lo elevarían al tribunal de Bayamo para que este investigara más a fondo. Espero que por lo menos entrevisten a los internos, y que se haga justicia, porque voy acudir a todas las instancias judiciales y del Gobierno".

Con información de Diario de Cuba

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