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Detenido en Base Naval de Guantánamo dice que lo afectan “ruidos y vibraciones”; su abogado alude a los “ataques acústicos”

“No dicen que esas personas están locas. Cuesta el mismo trabajo entender lo que le sucede a esas personas que en el caso de nuestro cliente”

Jim Harrington © Carol Rosenberg/ Nuevo Herald
Jim Harrington Foto © Carol Rosenberg/ Nuevo Herald

Este artículo es de hace 6 años

Un hombre que cumple condena en la cárcel de la Base Naval de Guantánamo, acusado de ayudar a planear los atentados del 11 de septiembre, se queja desde hace años de que alguien está afectando su celda con ruidos y vibraciones. En su defensa, su abogado ha relacionado el caso con los presuntos ataques acústicos a diplomáticos de EE.UU. en La Habana.

Según recoge el diario El Nuevo Herald, Ramzi bin al Shibh, de 45 años, fue acusado de dirigir el grupo de Hamburgo de secuestradores en los atentados del 11 de septiembre del 2011, donde murieron casi 3,000 personas en Nueva York, Pennsylvania y en el Pentágono.

Los fiscales que atendieron el caso han desestimado las quejas del prisionero por considerarlas inciertas, mientras que un médico militar estadounidense lo trató por delirios. Pero ahora el abogado de Bin al Shibh quiere llamar a James Mitchell, antiguo interrogador de la CIA, en calidad de testigo.

En un libro sobre las técnicas de interrogatorio, Mitchell, que aplicó a detenidos la técnica de ahogamiento, escribió que en un centro de detención secreto descubrió un equipo que hacía vibrar la cama de Bin al Shibh. “Lo hacía sentir que la celda giraba”, relató.

Aparentemente, apunta el artículo de El Herald, esto fue antes que Bin al Shibh fuera trasladado a Guantánamo en el 2006. Ahora, el sospechoso está detenido en la prisión Camp 7, una instalación de máxima seguridad para 15 de los 41 presos de Guantánamo.

Jim Harrington, abogado defensor penal de Buffalo, Nueva York, citó el caso de los ataques acústicos que han afectado la salud de diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana, como un ejemplo de interferencia exterior que muchos aceptan.

“No dicen que esas personas están locas. Cuesta el mismo trabajo entender lo que le sucede a esas personas que en el caso de nuestro cliente”, escribió Harrington al juez el pasado lunes.

El caso de los diplomáticos “dicen que lo están estudiando. El FBI lo está estudiando. Personal forense estudia la situación. De manera que cuando eso beneficia al gobierno, lo hacen de una manera; pero cuando no los beneficia, lo hacen de otra manera”, acotó.

Pero para el fiscal Clay Trivett, ningún empleado norteamericano de la prisión ha validado la alegación de Bin al Shibh. “Según lo que sabemos, no está ocurriendo, es algo que sólo está en la mente de una persona”.

A lo que Harrington contestó que, los reportes noticiosos de lo ocurrido en La Habana sólo indican que algunos diplomáticos estadounidenses experimentaron agresiones invisibles. Citó el ejemplo de dos personas en habitaciones de hotel contiguas, en que una experimentó el problema y la otra no. “Pienso que eso nos favorece”.

Con información de El Nuevo Herald

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