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Héctor Milián “Ojalá Mijaín sea el primer luchador de greco en conquistar 4 títulos olímpicos” (ENTREVISTA)

Hoy no extraña a nadie verlo ahí, al pie de sus muchachos, con el sabio consejo de un magnífico gladiador.

Entrevista a Héctor Milián © CiberCuba
Entrevista a Héctor Milián Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 6 años

Cada vez que asisto al Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento “Cerro Pelado”, me doy una vueltecita por el gimnasio de la lucha, pues tanto los grequistas como los libristas, son amables, hospitalarios y sinceros.

Y no hay un solo día que yo no vea allí al “Rey”, al primero de los campeones olímpicos cubanos de lucha greco romana, Héctor Milián, quien no pierde la costumbre de enseñar, de compartir con los más jóvenes.

Siempre es un verdadero placer conversar con el corpulento Milián, nacido hace 49 años en Taco Taco, ¡qué casualidad! , la misma tierra donde vino al mundo Mijaín López, el trimonarca olímpico de idéntica especialidad y división.

“¿De qué hablamos primero, de la familia o del deporte?”, nos dice un hombre que siempre ha sido atento con la prensa. “Por donde quieras”, contesto yo.

Así, con su habitual calma, esta “mole” toma asiento en uno de los bancos del gimnasio del Cerro Pelado, después de haber tenido una sesión de fotos para el Salón de la Fama del Deporte Cubano, que será inaugurado en fecha próxima.

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“Por mi familia, empecemos por ahí, pues sabes que es lo primero para mí. Estoy casado hace 18 años con Leysi, con quien tengo una niña de 12, Massiel. De mi anterior matrimonio tengo a Jennifer, de 24. Soy feliz, tengo un núcleo familiar organizado y hay respeto y disciplina, lo 'mismitico' que me enseñaron mis padres Antonia y Pedro desde pequeño.

“Precisamente, por ese entonces, estaba yo en cuarto grado en la Escuela Primaria Caridad Valverde de mi vecindario cuando fueron captando niños en diferentes especialidades deportivas.

“Yo estaba en atletismo, en lanzamientos, y el profesor Fernando Aranda me pasó para la lucha con 8 añitos.”

A tan corta edad, pasa a integrar la nómina de la EIDE Ormari Arenado de Vueltabajo, en lucha clásica o grecorromana.

¿Desde esa edad te gustaba la lucha?

“¡Qué va! Lo más lindo es que yo no sabía ni qué era la lucha cuando me vi en un colchón, recibiendo llaves y pegadas. Me asusté y mandé a buscar a mi mamá, quien, nunca se me olvidará me dijo:¨ 'usted es un hombre y ahí se queda'.

“Así empezaron a darme vueltas de carnera, embullándome, hasta que la lucha me entró en la sangre.”

Mucho tuvieron que ver en este amor los entrenadores Fernando Landa, Lorenzo Echevarría y Zoilo Montano.

“Muy jovencito, siendo un adolescente, fui trasladado a la ESPA Nacional en la capital. Cercanos estaban los Juegos Juveniles de la Amistad y el Campeonato Mundial de la categoría, en Alemania 86. Entonces me bautizaron con el sobrenombre 'el gordito', pero cuando gané el certamen del orbe, con apenas 16 años, nadie dijo jamás tal epíteto. Se me abrieron las puertas de la preselección nacional, en este Cerro Pelado que viene siendo mi segunda casa.”

¿Qué pasó cuando te viste entre los grandes de Cuba y tú tan pequeño?

“Nada, me recibieron bien, se encariñaron con el jovencito guapetón que era yo. Competía en los Nacionales, ganaba en experiencia. En mi primera incursión a esos eventos, perdí con un coterráneo, Guillermo Cruz, en los 90 kilos. Jamás pude derrotarlo, era buen luchador. A los 18 años ya hice el equipo grande bajo la égida de mi entrenador y maestro Pedro Val.”

Milián, al ir creciendo, fue ascendiendo en el peso y es así que llega a competir en los 100 kilogramos, categoría en la que fue prácticamente invencible entre los años 1990 y 1992.

Tu palmarés es realmente impresionante: además del cetro en el Mundial Juvenil, lograste cinco medallas de oro y dos de plata en Copas del Mundo; eres tetra campeón panamericano, bimonarca centrocaribeño, y tienes cinco medallas en Campeonatos del Orbe, la primera de ellas de oro en Varna 91.

¿De todos estos torneos, cuál fue el más fuerte, el que más disfrutaste?

“Sin dudas, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Me preparé con ahínco y sabía que podía ganar la división de los 100 kilogramos. Venía de vencer en el Mundial búlgaro el año anterior y tenía muy bien estudiados a mis rivales. Fui el abanderado de la delegación y eso representó un incentivo extra.

“Cuando derroté en la semi final al alemán Andreas Steinbach (después de haber vencido al senegalés Alioune Diouf y al búlgaro Aranas Komshev) me vi campeón olímpico, porque a mí se me había hecho muy fácil aventajar al estadounidense de origen polaco Dennis Koslowski.”

Sin embargo, la historia fue bien distinta, ¿No fue así?

“Muy distinta. Resulta que Dennis me estuvo engañando por dos años. Mientras yo perfeccionaba mis técnicas, entre ellas, mi favorita el suppley en la posición de 4 puntos; él no competía donde yo lo hacía, me decía que iba a dejar el deporte e iba a ser entrenador. Jamás lo pude ver entrenar. Y él sí me seguía a mí. Yo lo había derrotado en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 87.

“Llegué al colchón con mucha confianza, la gente de Barcelona dándome ánimos, estaban conmigo. Me enfrentaba sin dudas con un buen gladiador, era sub campeón del orbe, había sido monarca mundial, pero siempre se me hizo fácil, y me cobró y bien caro mi confianza, mi creencia en lo que me había dicho.

“Hizo un estudio tan pormenorizado de mi modo de pelear que no podía entrarle: ni el 4 puntos, ni el desbalance, ni el suppley que no podía concluir; empujones, piñazos, ahí hubo de todo. Yo me decía: 'caballero, este hombre no se cae'; pero al final saqué el extra y lo logré tirar y gané 1-0”.

Todos recordamos ese final cuando Milián 'toca' en la espalda a su rival, al decretarse su triunfo. ¿Cómo fue eso, te dijo algo Koslowski?

“Qué me va a decir si estuvo engañándome dos años, hasta una mala palabra le solté, pero nada; él se rió y después nos saludamos muy profesionalmente”.

En la rueda de prensa posterior al combate, el cubano declaró: “En esta oportunidad la pelea fue mucho más cerrada que en Indianápolis debido al interés de ambos en alcanzar el oro olímpico. Se trata de un gran adversario. Siempre recordaré este pleito como uno de los mejores de mi vida”.

Aunque tomó parte en otros dos Juegos Olímpicos: Atlanta 96 y Sydney 2000, el pinareño no logró retomar su forma física de antaño; le costaba mucho mantenerse en el peso de los 100 kilos y subir a los 130 lo eliminó de grandes resultados, sus lesiones en las rodillas eran constantes.

De ahí su determinación de retirarse del deporte de las llaves en el 2001, no sin antes acoger y servir de padrino, durante una década, a quien luego fuera dos veces titular olímpico, el inquieto Filiberto Azcuy, quien no duda en afirmar “Yo soy quien soy por Milián, pues desde que entré a la preselección nacional se puso para mí; en los viajes compartíamos la misma habitación, era mi controlador. Y no solo a mí, ayudaba a todos.”

¿Recuerdas las travesuras de Azcuy?

“Cómo para no recordarlas. Pero se arregló. Míralo, entrenador serio, dos veces titular olímpico. Yo me ponía de ejemplo y todos me seguían: a jugar básquet, todos a jugar básquet, a subir soga, a subir soga, a correr en la pista, a correr en la pista”.

Por eso hoy no extraña a nadie verlo ahí, al pie de sus muchachos, con el sabio consejo de un magnífico gladiador. No puedo concluir sin preguntarte por Alexander Karelin, el legendario ruso que ganó tres títulos olímpicos y una plata, y al cual aspira a superar Mijaín.

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¿Cómo eran tus combates con él?

“Me enfrenté varias veces con él pero a ese tren no había quien lo parara. Tenía una técnica espectacular: la turca en 4 puntos, peligrosa; te podías lesionar fácilmente. Yo pesaba mucho menos que él, un hombre muy fuerte, excelente luchador. Había que cuidarse mucho”.

Y de Mijaín y su cuarto título, ¿qué opinas?

“Él es muy inteligente y cuidadoso. Sus técnicos están trazando un plan para mantenerlo en forma competitiva sin agotarlo. Está en excelentes condiciones. Ojalá y sea mi coterráneo el primer luchador de greco en conquistar cuatro títulos olímpicos. Condiciones tiene para ello. Para mí sería un gran orgullo. Recuerda que ambos somos de Taco Taco; bueno, ambos somos de Cuba”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos