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Yasser Romero Mayeta: "Si tuviera edad y cambiaran las leyes, estaría dispuesto a representar mis cuatro letras de nuevo"

"Estoy muy de acuerdo con que aquéllos que jueguen en el exterior, de cualquier deporte, puedan ser llamados a defender la bandera. Pero, hasta ahora, no es así.”

Entrevista de CiberCuba a Yasser Romero © Faceboo/Yasser Romero Mayeta
Entrevista de CiberCuba a Yasser Romero Foto © Faceboo/Yasser Romero Mayeta

Este artículo es de hace 6 años

Para nadie resulta extraño que yo le dé la denominación de hijo o hija a un deportista cubano, pero específicamente del que vamos a hablar hoy sí lo es una realidad.

No lleva mis apellidos. No somos parecidos físicamente, pero él y su hermano Ileixis, quien fue esgrimista, se criaron junto a mis tres 'diablos'.

¿Acaso no es este es un buen punto de partida para que Yasser Romero Mayeta, uno de los mejores líberos que ha pasado por la selección nacional de voleibol, sea catalogado así por mí?

Después de hacer el equipo Cuba de mayores por tres años y de su partida en el 2001, este cubano nacido en La Habana el 5 de agosto de 1979 ha caminado mundo.

¿Siempre te gustó el voly o te embullaste por ser tu mamá, Margarita Mayeta, una de las primeras espectaculares morenas del Caribe?

“Me gustaba, aunque al principio preferí el béisbol, pero no clasifiqué en ese deporte. Después me incliné por el básquet, e hice las pruebas para entrar en la EIDE Mártires de Barbados y me aceptaron tanto en el deporte de las cestas como en el voly.

“En el baloncesto era muy bueno. Tanto que me escogieron para jugar las Provinciales y el Campeonato Nacional por ese deporte, pero al final me cambiaron para el de la malla alta. Jugábamos las Provinciales en el conocido por Pontón en Centro Habana.

“Cuando llegué empezado el Torneo, el equipo del Cerro, donde nací, estaba en el último lugar, y conmigo ascendimos al tercero. Fue ahí que mi mamá me dijo: 'el voleibol está hecho para ti' y yo me reí”.

Y la razón que tenía la santiaguera de San Luis. No los olvido, los cuatro paraditos en fila india, esperando porque su mamá o yo los fuéramos a recoger los viernes antes del ómnibus que trasladaba a los muchachos.

¿Qué fue para ti la EIDE?

“Recuerdo esos tiempos como si fuera hoy, junto a mi hermano y tus hijos mayores. Esa Escuela fue un gran empuje para mí, tanto en la educación, el deporte. Despertó mi inteligencia, me enseñó a pensar y cómo luchar en la vida.

“Allí, Carlos Orta me enseñó a dar mis primeros pasos sólidos, esos que son la base de todo. Por él supe lo que realmente era el voly. Después entrenábamos y competíamos en las canchas de cemento de la Ciudad Deportiva con el profe Carlos Sánchez y Sergio”.

Eres uno de los voleibolistas de aquella época que entró más jovencito al Centro Nacional de Entrenamiento Cerro Pelado, porque hoy eso se hace una realidad diaria por la cantidad de deserciones que, lamentablemente, sufrimos.

“Sí, entré cuando tenía 15 años. Me hicieron un test, lo pasé e hice el grado. Puse en práctica lo que mis entrenadores habían inculcado en mí; había grandes compañeros que me ayudaron. Aunque no era nada fácil, yo no vivía en el Cerro Pelado.

“Estudiaba en una escuela externa, o sea, la docencia la hacía afuera. Almorzaba en mi casa. Después me iba para los entrenamientos de los cadetes con entrenadores tan avezados como Antonio Rojas, el Chino; Alberto Travieso y Ramón Catey.”

¿Cuándo fue tu primer evento internacional, en qué país?

“Fue en Costa Rica, en un clasificatorio para el Mundial Cadetes que sería en Puerto Rico. En tierra boricua quedamos cuartos pero yo fui seleccionado en el all star, y ahí me di cuenta de que lo mío era defender.

“Después pasé para el seleccionado nacional juvenil y asistimos a Campeonatos del Orbe, torneos NORCECA (Norte, Centroamericano y del Caribe). Ganábamos más de las que perdíamos.”

¿Cómo tú ves, desde tu perspectiva actual, al Yasser jovencito?

“Imagínate. Yo soy producto de la pirámide del alto rendimiento cubano y como cubano al fin ponía todo mi empeño, mi confianza. Era disciplinado, defendía muy bien y, por sobre todo, era guapo, a pesar de no ser de los más altos del conjunto. Sabía que aquello era lo que yo quería, que podía llegar a donde quisiera.”

De los juveniles al seleccionado nacional fue un pasito. ¿Cómo te fue?

“Entré en 1999 bajo la égida de Juan Díaz hasta el 2001. Lamenté mucho no ser escogido para ir a los Juegos Olímpicos de Sydney. Hubiera sido para mí una experiencia excepcional. Pero no asistir me sirvió de acicate para demostrar quién era yo.

“Así en el 2001, sin dudas el año más importante de mi vida, ganamos la Grand Champions Cup, escenificada en Japón, con Gilberto Herrera, el Venao, de director técnico, y fui elegido el mejor líbero del mundo, lo que me colmó de una felicidad tan grande que aún perdura.

“Quisiera decirte que como profesor el Venao fue lo mejor de mi vida. Era un educador nato y se portó como un padre, no conmigo, sino con todos. Siempre tuvo confianza en mí y yo no lo defraudé.

“Todos estaban orgullosos de mí: mi familia, mi mamá Margarita Mayeta, quien siempre ha estado para mí en las buenas y las malas. Lo hizo cuando decidí cambiar el rumbo de mi vida, lo hace ahora, lo hará siempre.”

En tan poco tiempo en el equipo grande, viviste grandes momentos, protagonizaste excelentes resultados.

“¡Cómo no! En Copas del Mundo, NORCECA, Ligas Mundiales (cuando cogimos segundo lugar en Italia), Juegos Panamericanos, Grand Champions Cup. Precisamente en el 2001, después de ese evento en suelo nipón, decidimos irnos para Italia, Ihosvani Hernández, Leonel Marshall, Ángel Dennis, Ramón Gato, Jorge Luis Hernandez y yo.”

Ese acto protagonizado por ustedes sorprendió a todos. Hablando beisboleramente fue un toque por tercera que nadie esperaba. ¿Estás arrepentido?

“Claro que no. Lo que siento es no tener ahora 15 años para volver a hacerlo. Me duele lo que sufrió mi madre; extraño a los míos. Ser cubano es algo muy especial. Y te digo, si tuviera edad y cambiaran las leyes, estaría dispuesto a representar mis cuatro letras en el pecho de nuevo. Estoy muy de acuerdo con que aquellos que jueguen en el exterior, de cualquier deporte, puedan ser llamados a defender la bandera. Pero, hasta ahora, no es así.”

Tu carrera fuera de Cuba ha sido bien extensa, sobre todo en Italia.

¿Te adaptaste bien al juego de ellos; por cierto, en aquella época grandes rivales nuestros en la arena internacional?

“Italia me recibió como a un hijo más; incluso, allí conocí el amor y me casé. La afición aplaudía a los cubanos. Yo jugué como atacador auxiliar y líbero. Me adapté bien rápido. Digamos que mejoré en cuanto a tener más disciplina táctica en la cancha. Jugué desde el mismo 2001 con el Inattivo, Piacenza Pallavolo, Wild Grottazzolina, Igo de Génova, M. de Roma, entre otros.

“También me desempeñé en tabloncillos turcos, rumanos y en Arabia Saudita, ganando el oro o subiendo al podio.

“A veces, cuando había descanso, me desempeñaba con los Leones de Ponce en Puerto Rico, por ejemplo en el 2005. Estuve jugando hasta el 2016 que me retiro con otro conjunto boricua, el Patriotas de San Juan.

“Conjuntamente hacía las funciones de entrenador en la llamada Isla del Edén. En estos momentos radico en Houston, Texas, Estados Unidos, donde aún no he podido lograr mi objetivo de abrir una escuela de voly, sueño que sé pronto se hará realidad. Me acompañan mi esposa Alexia Prasciolu, mamá de mis dos hijas: Alyssa de 8 años y Brenda, de 2. Estoy trabajando en una fábrica de pintura como inspector de los productos.

“Me sigo abriendo camino porque, como dice mi mamá que es mi motor impulsor: '¡pa'lante que de los cobardes no se ha escrito nada!' Ése es el lema que está presente en mi vida, en mi corazón, cuerpo, espíritu, alma.

“Mi madre es lo mejor de este mundo para mí. Siempre mente positiva y en ella siempre presentes están mi esposa, mis hijas , mi hermano y mi papá.”

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos